España utilizará su presidencia para forzar cambios en la política pesquera

No son pocas las comunidades autónomas de España que ahora que a la política común pesquera le toca pasar la revisión de los diez años reclaman cambios profundos. Galicia, por supuesto. Quiere una Europa Azul que facilite el relevo generacional, un terreno de juego igualitario para todas las flotas, adaptar la obligación de desembarque para que sea posible su cumplimiento e, incluso, que abra el melón de la estabilidad relativa —la clave de reparto de cuotas— ahora que no está el Reino Unido. Pero en Bruselas no están por la labor. Lo confirmó el propio comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, en la Eurocámara, donde dijo que no habrá reforma legislativa más allá de retoques para mejorar su funcionamiento en función de los resultados del informe sobre 10 años de funcionamiento, que saldrá a principios del 2023.

Pero resulta que en la segunda parte del año España estará en la presidencia del Consejo de la UE. Le corresponderá, por tanto, orientar los debates de la reforma de la política común de pesca. Y ahí pretende hacer valer su posición para forzar que esa Europa Azul cambie para hacer posible un sector pesquero comunitario sostenible y competitivo, observando las tres vertientes de esa perdurabilidad: la que atañe a los recursos marinos, pero también a los propios pescadores y a las comunidades que dependen de la pesca. Y para ello busca la complicidad de Portugal, con cuya ministra de Agricultura, María do Céu Antunes, se reunió ayer Luis Planas, responsable español de ese departamento y de Pesca.

Trabajar «para fortalecer el liderazgo de la UE en materia de gobernanza pesquera internacional, impulsar el mejor conocimiento científico y fomentar el relevo generacional en el sector», otra de las prioridades de España para su presidencia, según explicó el ministerio español en un comunicado, es un objetivo que comparten España y Portugal. Como también ocurre con el próximo Consejo de Ministros de Pesca, que arrancará el domingo. Ambas autoridades mostraron su compromiso de apoyarse mutuamente en los stocks compartidos y también quedaron de ir de la mano en las negociaciones con el Reino Unido y Noruega.

El éxito de la sardina

La buena sintonía entre ambos países se plasmó también en la firma de memorandos de entendimiento en agricultura y desarrollo rural y en investigación pesquera. Este último adquiere especial relevancia porque comparten stocks de interés a los que bien podrían aplicarse las técnicas de éxito que se siguieron con la ya recuperada sardina. El convenio prevé planificar y desarrollar campañas conjuntas e intercambiar información.

Como prueba de ese acercamiento, la ministra portuguesa se fue con la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Alimentario y Pesquero y la anterior secretaria de estado de Pesca, Teresa Coelho, regresó con la Encomienda de número al mérito pesquero.

Agentes sociales quieren mejorar contratos a pescadores migrantes

«Mejorar la dimensión social» de la PCP es el objetivo del proyecto de la patronal Europêche y de la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF) que arrancó el miércoles en Ámsterdam. Cofinanciado por la UE, uno de sus cuatro ejes será el de establecer «directrices para armadores sobre contratación decente de pescadores migrantes», mediante modelos de contratos basados en la legislación comunitaria e internacional.

Esa tarea se la han encomendado a Estelle Brendtall, experta internacional en asuntos sociales. Otra se la encomiendan a la gallega Fundación Marinnleg, que explorará la posibilidad de que la UE vete la importación de productos del mar de barcos o países identificados por trabajo en forzoso en la industria pesquera.

A la Asociación Internacional de Salud Marítima le encargaron el programa de formación para facultativos que realicen reconocimientos médicos a los pescadores. Y a Innatial Developers, la actualización del traductor de lenguaje laboral a bordo.

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