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Sabotean los coches de bateeiros mientras estos recogían mejilla

E. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Las asociaciones critican la pasividad de la Consellería do Mar y la lentitud en resolver un problema que puede volver a estallar

21 abr 2022 . Actualizado a las 07:55 h.

Pablo tiene seis bateas de mejillón y a estas alturas de la campaña todavía le faltan 300 cuerdas por llenar con cría. Es de Rianxo, pero tiene que desplazarse hasta el área de Ferrol, con el gasoil al precio que está, para encontrar una semilla que antes podía obtener mucho más cerca, casi sin salir de la ría de Arousa. Van a Ferrolterra porque casi toda «é zona verde», libre de áreas vedadas por la Xunta a los mejilloneros para proteger el percebe. El martes pasado se desplazaron hasta allí tres personas (dos armadores y un trabajador) en un vehículo con remolque, que aparcaron en Doniños, en una pista asfaltada, al lado de un bar, y bajaron a las rocas a recoger mejilla. Cuando regresaron, a las dos de la tarde, el coche estaba, pero con 6 ruedas rajadas. Sí, las del remolque también.

Pablo casi descarta conocer algún día la identidad de quienes les ocasionaron daños por más de mil euros. Llamó a la Guardia Civil de Narón: «Dixéronnos que non era xurisdicción deles; a Nacional, que non se presentan neses casos...» Así que el martes llamó a una grúa especial para llevar el coche y el remolque y ayer regresó a Narón a poner la denuncia. «A ver si acaba a campaña de unha vez porque estamos estresados», confesaba el profesional de Rianxo.

Pero el de Pablo no fue un caso aislado. Ese mismo día, en el extremo contrario de Doniños, también sufrieron sabotajes otros bateeiros. Hallaron sus coches con las ruedas rajadas. El día anterior, en la zona de Prior, lo mismo. Y la furgoneta de un bateeiro apareció volteada cuando este y su gente regresaron de las rocas. En todos los casos se desconoce la autoría, pero muy pocos dudan de la relación entre estos ataques y el conflicto que desde hace un par de años enfrenta a bateeiros y percebeiros por las rocas en las que comparten el recurso que explotan unos y otros.

Los incidentes han incendiado los ánimos de un colectivo que se considera que está siendo peor tratado que los percebeiros, pues se les ha recortado el campo de actuación y, por más advertencias que han hecho a la Consellería do Mar sobre las dificultades con las que se están encontrando para llenar las bateas, desde la Administración, denuncian, no han dado más que muestras de pasividad para resolver el problema. Y, si se mide con el termómetro de las redes sociales, el conflicto está a punto de estallar de nuevo.

«É vergoñento que haxa zonas cerradas á mexilla cheas dela e sin un triste percebe», apunta Alejandro Tubío, presidente de la Federación Arousa-Norte. Alude a que existen informes del CIMA (Centro de Investigacións Mariñas) que sustentan eso: que hay zonas cerradas a los bateeiros en las que crece la cría de bivalvo que necesitan para las bateas y no se ve crustáceo. Son áreas de Aguiño, Baiona y Sanxenxo que la Xunta se comprometió a revisar para comprobar si es posible incluirlas en las áreas de trabajo de los mejilloneros. Pero desde esa ha transcurrido una semana y Mar no ha modificado el mapa ni abierto alguna zona más para aliviar la tensión. La presión y el bolsillo, pues el desplazamiento al norte de Galicia ha disparado los costes de explotación para los bateeiros

«E iso que levábamos meses advertindo á consellería que íamos traballar en medio de amenazas e insultos», explica Tubío. Se movilizaron en una de las manifestaciones más pacíficas de las que se recuerdan «parecíamos un grupo de peregrinos facendo o Camiño» y se ha pasado a los sabotajes. «¿Que máis ten que pasar?», preguntan desde el clúster.