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Quemas antes del verano y ganado: así se evitan incendios y se regenera el monte

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

El terreno donde se realizan quemas controladas queda después listo para el pastoreo.
El terreno donde se realizan quemas controladas queda después listo para el pastoreo. OSCAR CELA

Investigadores del campus de Lugo colaboran en la preparación de terreno en Os Ancares

13 nov 2023 . Actualizado a las 18:52 h.

Los incendios forestales se evitan antes del verano. Es una idea sobradamente conocida por quienes viven en el medio rural, y tiene ahora reflejo en una experiencia que se lleva a cabo en la comarca de Os Ancares. Quemas prescritas que se llevan a cabo en meses de invierno en terrenos con diversa vegetación (toxos o xestas, por ejemplo) y uso de la ganadería después son la fórmula elegida. Se trata de un proyecto en el que intervienen el Campus Terra y la cooperativa ganadera A Carqueixa, con sede en Cervantes, y que está amparado por la Fundación Biodiversidad.

La realización de las quemas permite eliminar masa combustible y regenerar el monte, como explica Rosa Mosquera, catedrática del Departamento de Produción Vexetal de la Escola Politécnica Superior del campus de Lugo (USC). La razón está en que las raíces no arden y la vegetación rebrota luego con más fuerza. Cuando empieza a aparecer la vegetación en el terreno que ha ardido, se mete ganado (vacuno, caprino o caballar).

La consecuencia ambiental no es solamente la reducción del riesgo de incendios, sino que también, como apunta Mosquera, aumenta el secuestro de carbono y se potencia la biodiversidad. Las quemas deben realizarse en momentos en los que se dan unas determinadas circunstancias de temperatura y de humedad, y se llevan a cabo con la colaboración de agentes forestales y de personal de servicios de extinción.

Las condiciones meteorológicas influyen, como detalla la investigadora del Campus Terra. En primer lugar, el suelo no puede estar muy seco ni muy húmedo. En segundo, el viento no puede ser intenso. Así las cosas, a lo largo del año no suele haber más de quince días idóneos para la operación, admite Mosquera. Este año se realizaron ya varias quemas, que tuvieron lugar en el mes de febrero y que abarcaron unas 15 hectáreas de terreno. Las fincas pertenecen a ganaderos que son socios de A Carqueixa.

Con esta medida, además, el terreno se regenera con rapidez. En el suelo queda carbono, que hace aumentar el contenido del suelo en materia orgánica al incorporarse con rapidez debido a la humedad. En cambio, en lugares como Cataluña, con un clima más seco, esa incorporación es más lenta. Unos cuatro meses después, ya está regenerado el suelo, listo para que entre el ganado a pastar. La rapidez con la que se recupera el terreno tras esas quemas prescritas contrasta, dice Mosquera, con los problemas de otros lugares, en los que los incendios causan destrozos que tardan años en corregirse.

Esta experiencia se lleva a cabo en Os Ancares, pero es perfectamente válida para otros lugares, como reconoce la catedrática. Por otra parte, no se trata de una medida original sino de algo que estaba perfectamente asentado en zonas rurales hace décadas. Las quemas que se realizaban permitían eliminar biomasa cerca de montes y de bosques, y ahora se hace la misma operación, aunque con la diferencia de que la población ha disminuido notablemente y la superficie de terreno en la que se trabaja de modo habitual ha descendido.