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¿Cómo evitar incendios como los de O Courel? «Un monte limpo arde menos e o lume apágase mellor»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

FORESTAL

Monte comunal de Lagostelle, situado en el municipio de Guitiriz
Monte comunal de Lagostelle, situado en el municipio de Guitiriz SUSO PENA

Comuneros de la provincia de Lugo apuestan por la prevención para evitar fuegos

25 jul 2023 . Actualizado a las 17:14 h.

La lucha contra el fuego dura meses y empieza bastante antes del período en que los incendios son más frecuentes o más intensos. En estas últimas semanas, en comarcas como O Courel o Valdeorras los incendios están arrasando centenares y centenares de hectáreas y causando un grave daño ambiental y social. Mientras tanto, la idea de que los incendios se apagan en realidad durante parte del año, procurando que las zonas arboladas estén limpias, es una idea muy presente en el trabajo habitual de comunidades de montes. La construcción de infraestructuras que ayuden en la extinción y la introducción de actividades que mantengan la actividad y frenen el avance de la maleza son otros dos aspectos que estas sociedades tienen en cuenta.

Para luchar contra los incendios, un monte limpio es condición fundamental pero no parece ser la única: «Tentamos coidalo, pero tamén hai que ser un pouco afortunado. Por moito que limpes, algún susto pode haber; pero é fundamental ter o monte limpo». Quien reflexiona así es el presidente de la comunidad de montes de Lagostelle (Guitiriz), Francisco Roca. La superficie de la comunidad rebasa ligeramente las 1.100 hectáreas, de las que unas 900 son zona arbolada (pino sobre todo y también algo de castaño y de roble).

Unas 100 hectáreas limpiadas el año pasado, en una intervención que duró unos dos meses, y unas 70 u 80 que se limpiarán en este demuestran que la prevención es en este caso mucho más que una declaración de intenciones. El coste de la limpieza puede rondar los 200 euros por hectárea, aunque el presupuesto, comenta Roca, aumenta en las zonas con más maleza, que necesitan una intervención más potente.

Donde no parece haber matices es en los efectos de esas actuaciones. «Un monte limpo arde menos e o lume apágase mellor», asegura el presidente de los comuneros de Lagostelle. Por el contrario, subraya que en un terreno poco cuidado el fuego alcanza más altura y se extiende por las copas de los árboles, con lo que la extinción acaba siendo más complicada.

Esta comunidad, que tiene 380 miembros, incluso estudió, hace años, la introducción de caballos en algunas zonas, lo que serviría, entre otros fines, para favorecer la limpieza; sin embargo, el proyecto no cuajó. Estar pendiente de esos trabajos requiere tiempo y esfuerzo, aunque también se logra alguna satisfacción: «Ver o monte limpo é un orgullo», reconoce Roca.

Depósitos

Dentro del mismo municipio guitiricense, en otra comunidad se lanza un mensaje similar: «O mellor é a prevención», recalca José Manuel López, presidente de los comuneros de Parga. «Se non se limpa, o monte acaba converténdose nun risco de catástrofe», agrega.

En este caso, ya antes del verano se realizó la limpieza, que abarcó unas 80 hectáreas e incluyó también la construcción de un cortafuegos cerca del límite con el municipio de Friol. Además, explica el presidente de los comuneros, se realizaron cortas selectivas, dejando una franja de separación, de distinta extensión según las especies plantadas, entre zonas arboladas y pistas.

Esta comunidad, que tiene 167 integrantes y unas 300 hectáreas de superficie arbolada (pino y frondosas), ha llevado a cabo actuaciones que favorecen la extinción. Así, se han preparado dos depósitos de agua, con capacidad para albergar 80 millones de litros y situados en el espacio que antes ocupaba una cantera. Así, resalta López, no haría falta desplazarse a lugares más alejados para abastecerse de agua si apareciese un incendio. También se ha preparado una balsa y están disponibles dos depósitos, que podrían utilizar carrocetas.

Vacas y yeguas

Otro lugar donde la limpieza está prevista pero todavía pendiente es la parroquia de Labrada (Abadín). Como explica la presidenta de la comunidad de montes, Henar Román, se limpiarán unas doce hectáreas, que supone más o menos la misma extensión que el año pasado. «O monte ten que estar limpo e activo. Non hai outra alternativa», dice Román.

En este caso, además de la limpieza que se contrate, hay un trabajo igualmente útil para que el monte esté limpio y se aleje el riesgo de incendios. Unos 50 comuneros (la comunidad cuenta con 75) tienen vacas y yeguas en el monte, con lo que el trabajo de desbrozar encuentra un gran complemento. Ese aprovechamiento del monte no supone ningún coste para los comuneros, detalla la presidenta.

La comunidad de montes de Labrada abarca unas 2.000 hectáreas, de las que algo menos de la tercera parte son superficie arbolada. El pino es la especie que más abunda, y la presencia del eucalipto resulta testimonial: solo hay plantadas unas dos o tres hectáreas, dice Román.