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Bruselas bendice los valores del pastoreo tradicional en el monte

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

SOMOS AGRO

Ejemplares de porco celta en monte comunal de Carballo (Friol)
Ejemplares de porco celta en monte comunal de Carballo (Friol) OSCAR CELA

Los criterios de la PAC potencian la presencia de animales al aire libre

25 jul 2023 . Actualizado a las 17:10 h.

«É o de antes, traído ao presente pero estudado e tecnificado». Antonio Rigueiro, catedrático de la Escola Politécnica Superior de Lugo, reconoce que el silvopastoreo, hoy promovido en numerosos países, no es una gran sorpresa para quien vivía en el campo hace décadas y sabía lo que era llevar el ganado a pastar. Sin necesidad de miradas al pasado, hay también una importante previsión de futuro, procedente de la Unión Europea.

Este docente de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) subraya que la nueva etapa de la Política Agraria Común (PAC), que tendrá vigencia del 2021 al 2027, dará importancia a esta actividad, que tiene entre sus características la de favorecer la reducciones de emisiones a la atmósfera. Rigueiro recuerda que ese aspecto está ya estudiado desde un punto de vista científico, y recalca que donde se practica el pastoreo aumenta la concentración de carbono, con lo que se mitiga el efecto invernadero.

 Especies diferentes

En los últimos años el silvopastoreo ha ido ganando espacio en distintas comarcas de Galicia. Rigueiro detalla que son frecuentes los casos en los que se emplean vacas, caballos, ovejas o cabras; por otro lado, recalca, a esos animales se les unió, más recientemente, el porco celta. Podría ampliarse a especies como el ciervo o el corzo, aunque en esos casos habría que cercar el terreno de monte por donde se moviesen.

Rigueiro reconoce que la fauna causa a veces accidentes en las carreteras y problemas en las proximidades de casas, ya que se acerca a fincas si no tiene alimento en su zona habitual. De todos modos, sostiene que el ganado que pasta en el monte mejora el rendimiento económico del terreno.

 Beneficio

Apoyándose en estudios, Rigueiro pone un cálculo: si hay cuatro animales en una hectárea de terreno y cada uno tiene una cría por año -estimación que, afirma, es razonable-, el beneficio económico de sus ventas puede ser tan notable, al cabo de un tiempo, como el de la madera. Otro rendimiento que mejora en el monte donde hay animales es el micológico: la cantidad de boletus o de níscalos que se recogen en una temporada puede aumentar un 25 %.

En ese caso, detalla el profesor, hay el inconveniente de que los animales pueden comer las setas. Para evitar la situación, lo que puede hacerse, cuando el monte es grande, es impedir que los animales se acerquen a esas zonas en determinados meses. Otro beneficio, indirecto en este caso, es que el monte con ganado está más limpio, de modo que trabajos forestales habituales -cortas o clareos, por ejemplo- se ejecutan con más facilidad y las posibilidades turísticas y de ocio también se aprovechan mejor. A esas ventajas se les añaden otras, de gran importancia ambiental y económica: donde hay ganado, el monte arde menos, ya que el pastoreo reduce la cantidad de combustibles vegetales como el toxo o la xesta.

 Recuperación

Razas como el porco celta o la raza cachena, que estuvieron casi en peligro de extinción hace años, están ahora menos amenazadas: entre otros usos, se utilizan en algunas zonas de monte para tener limpio el terreno, ya que se adaptan bien por ser especies rústicas, precisa Rigueiro. Puede llegar a ocurrir, frente a todas esas ventajas citadas, que en el monte donde hay animales crezcan menos los árboles, al compactarse más el terreno; sin embargo, la carga ganadera no suele ser elevada y ese riesgo puede evitarse

La estabulación, un criterio que estuvo extendido

Rigueiro recuerda que hace décadas el pastoreo tenía menos aceptación y que incluso se oía decir a técnicos que el ganado tenía que estar estabulado. «Críase que as árbores e o gando non podían convivir», comenta este profesor, que el lunes interviene en el ciclo Luis Asorey con la ponencia «Os sistemas silvopastorais: prácticas ecolóxicas sostibles». Frente a la ganadería intensiva, que hoy requiere empleo de informática, el pastoreo es más sencillo, dice.