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Galicia ya planta 4.000 hectáreas de pino al año

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

FORESTAL

MONICA IRAGO

En octubre del 2018, la cadena forestal-madera dio la voz de alarma sobre la escasez de esta madera y puso en marcha la Fundación Arume con el objetivo, entre otros, de recuperar esta especie; desde el 2018, la comunidad ha conseguido multiplicar por 10 este tipo de plantaciones forestales

06 abr 2022 . Actualizado a las 18:46 h.

El pino vuelve a ganar presencia en los montes gallegos. Esta es una de las conclusiones del informe presentado por la Fundación Arume en el que se revela que, solo tres años después de la constitución de esta entidad, la recuperación de esta especie en los montes gallegos es un hecho. Porque desde el 2018 se produce diez veces más planta de esta especie, de la que también se plantan anualmente más de cuatro mil hectáreas por año en Galicia. La fundación se muestra muy satisfecha con estas cifras, porque considera que los propietarios forestales se están dando cuenta de que el pino puede ser una especie muy rentable, y asegura que Galicia necesita todavía más plantaciones de coníferas, hasta unas 10.000 hectáreas por año, para satisfacer la demanda que se generará en los próximos años.

«Estamos moi satisfeitos con estas cifras», aseguró Francisco Dans, vicepresidente de la Fundación Arume. Recordó que en octubre del 2018 la cadena forestal madera firmó un convenio para restaurar los montes con coníferas y frondosas, pues las existencias de ese tipo de madera empezaban a escasear. Ese fue el origen de la fundación, que nació con el doble objetivo de mejorar la genética de las plantas de estas especies y de promover su plantación. «Queríamos que os propietarios forestais mirasen ás coníferas e ás frondosas e viran posibilidades reais de rendabilidade», añadió. Un objetivo que, añadió, empieza a cumplirse.

«Todo parece indicar que las coníferas han venido para quedarse», añadió Isabel García, presidenta de Viveiros Forestais de Galicia (Vifoga). Este sector venía de unos años complejos, en el que se estaba registrando el cierre de muchos viveros. De hecho, en el 2016 y en el 2017 estas empresas produjeron menos de medio millón de plantas de pino al año. La recuperación se inició en el 2018, con 524.000 plantas. Pero fue en el 2019, cuando se creó la Fundación Arume, cuando se produjo el despegue y la producción anual aumentó hasta los 4.6 millones de plantas al año. Una cifra que, en el 2020, llegó a los 5,7 millones de plantas. 

Esto significa que, en los últimos tres años, los viveros gallegos produjeron una media de 5,1 millones de plantas de pino anuales, lo que prácticamente multiplica por diez las cifras del 2018. Estas cifras permiten estimar que la plantación anual de coníferas en Galicia ronda ya las 4.000 hectáreas, a las que hay que sumar las superficies de pinares cortados que se regeneran de forma natural.

García tiene claro que parte de este cambio se debe «a la iniciativa privada y al empuje de la Fundación Arume por promover el pino», argumentó. «Estamos nun momento histórico para o sector forestal, porque a cadea alineouse para dar resposta ás necesidades do futuro, que é a bioeconomía, coa madeira nun papel principal», añadió Dans. Pero es que, además, estas nuevas plantaciones se están llevando a cabo con «a mellor planta de pino posible, a que procede de poboacións de mellora xenética e que é máis resistente ás enfermidades».  

La necesidad de seguir creciendo

«Se eu fora un propietario forestal e tivera 2.000 euros e unha hectárea de terreno invertiría nunha plantación de piñeiro coma unha opción de futuro», aseguró Jacobo Feijoo, secretario de la Asociación Sectorial Forestal de Galicia (Asefoga). La revalorización del precio de la madera de coníferas ha provocado que el monte gallego se convierta en una opción interesante para invertir. Prueba de ello es que, cada año, se plantan ya en Galicia 4.000 hectáreas de monte de pino «con planta de viveiro, é dicir, máis resistente a enfermidades e pragas». Pero es que Galicia todavía precisa producir más madera de este tipo. «No 2017, nunha soa noite os incendios asolaron 50.000 hectáreas de piñeiros e o impacto diso vai ser terrible», explicó Dans. Por eso está de acuerdo con Feijoo en que es el momento de plantar y considera que la comunidad tiene mercado para unas 10.000 hectáreas de coníferas al año.

«No 2017 tomamos conciencia de que a desparición do piñeiro podía poñer en risco toda a cadea forestal», aseguró el vicepresidente de Arume. Se inició entonces la promoción de este tipo de plantaciones, que debía venir de la mano de un incremento del precio de la madera de pino. «Iso era o máis dificil porque non se fai por decreto. Pero tivemos sorte, a pandemia levou a moitos a mellorar as súas vivendas e iso reactivou a demanda e os mercados», aseguró. La guerra de Rusia vino a poner todavía más en valor este tipo de madera, pues este país era el principal exportador, y actualmente las previsiones pasan porque el precio de la madera de coníferas se siga revalorizando pues este material está llamado a tener un papel protagonista en la bioeconomía.  

Con estas perspectivas en mente, la Fundación Arume considera que es el momento de seguir trabajando con el mismo objetivo, el de recuperar las plantaciones de pino en los montes gallegos. «Debemos facelo gastando un pouco máis e invertindo en boa planta», aseguró Dans. Porque también se espera que el precio de la madera siga subiendo. Primero, porque se verá afectado por la actual escalada de precios de la energía y el carburante. Pero también porque seguirá habiendo demanda. «Portugal vai ter problemas de suministro e imos ter demanda dese país», añadió. Insistió, al mismo tiempo, en la necesidad de apostar por el I+D+i y por desarrollar en Galicia la industria de la segunda transformación, para crear así productos de mayor valor añadido.