Dará continuidad al proyecto de José Antonio López en O Condado, al igual que hizo con Viña Meín-Emilio Rojo en O Ribeiro
27 feb 2024 . Actualizado a las 10:26 h.Hace ya unos años que Alma Carraovejas puso sus ojos en el sector vitícola gallego. Entonces, se fijó en O Ribeiro y en el proyecto que allí estaba desempeñando Emilio Rojo a través de Viña Meín. Cinco años después, el grupo bodeguero, con presencia en Ribera del Duero y Rioja, entre otras regiones de España, ha decidido afianzar su apuesta por la comunidad gallega y dar continuidad al proyecto de Compañía de Vinos Tricó, que en Rías Baixas desarrolló José Antonio López.
Tricó es un proyecto vitivinícola icónico iniciado en el año 2007 en O Condado de Tea por José Antonio López, una de las personalidades del mundo del vino en la denominación de origen del albariño, aseguran en Alma Carraovejas. El proyecto es un emblema, que atesora la experiencia de López y refleja su trayectoria de máximo conocimiento en la variedad albariño. Y son precisamente este tipo de proyectos singulares y auténticos, que expresan la identidad de cada uno de los terruños, los que busca este grupo bodeguero, asegura Pedro Ruiz Aragoneses, director del mismo. Considera que Tricó y sus albariños de guardan son todo un referente como consecuencia de un conocimiento exhaustivo de la viña, de la identificación de distintas parcelas concretas y por su apuesta por elaboraciones con un mayor potencial de envejecimiento. Ahora, estos albariños de guarda pasarán a formar parte de la familia vitivinícola de Alma.
«Estamos muy orgullosos y emocionados de poder dar continuidad a un proyecto tan apasionante como Tricó"», añade Ruiz Aragoneses. En su opinión, «este es uno de los mejores ejemplos del potencial del Condado de Tea; el marco paisajístico y cultural, su entorno singular, el ecosistema y su pureza vitícola convierten Tricó en algo realmente extraordinario». Su intención es la de «seguir siendo capaces de interpretar y mostrar el gran potencial y la singularidad de estas viñas desde la máxima sensibilidad».
Por su parte, López, explica que «hay un momento en la vida en el que tienes que pensar en darle continuidad a los proyectos en los que estás. Para mí, Rías Baixas ha sido siempre un mundo por descubrir y he llegado hasta donde he llegado, pero hace falta alguien con eses espíritu de trabajo y respeto que lo continúe y lo siga mejorando». Su intención es la de seguir «hasta donde pueda, aportando mi experiencia y mi saber hacer y confío en que los que llegan continuarán con este espíritu».
El equipo técnico de Alma está ya trabajando en Tricó, tanto en la viña como en la bodega. Laura Montero, actualmente directora técnica de Viña Meín- Emilio Rojo, pasará a coordinar también Tricó, un proyecto que ya conoce desde hace años de su etapa como asesora. Desde este grupo bodeguero recuerdan que su objetivo en este tipo de proyectos es reivindicar con determinación y honestidad el origen de cada proyecto. Buscan preservar el patrimonio vitivinícola en cada entorno, su cultura y las personas que lo hacen posible. Para ello, se persiguea expresar el carácter único y la singularidad de cada paisaje en el que se trabaja, reclamando su protagonismo desde un enfoque sostenible y una viticultura ecológica.
El viñedo de Tricó se ubica en el entorno de Valdeixe, la que Alma considera una de las zonas con mayor potencial e identidad de la denominación de origen. En total, se trabajan siete hectáreas de viña que se reparten entre Valeixe y As Neves, en los que el albariño es la variedad predominante. Desde sus inicios, Tricó apostó firmemente por una viticultura auténtica de respeto y sostenibilidad desde una marcada identidad. Sus elaboraciones reflejaron siempre esa filosofía de trabajo en viña y en bodega con una excepcional capacidad de guarda. Actualmente el proyecto tiene a la venta la añada del 2020 de Tricó y los vinos de parcela Claudia y Nicolás.