Tropic Gaia vende también sus mermeladas en las instalaciones de Arteixo
23 mar 2024 . Actualizado a las 22:06 h.El gigante Inditex monta cada jueves un mercadillo de productos de proximidad en el que sus trabajadores pueden surtirse de algunos de los artículos y alimentos más selectos gallegos. Es el caso de las pitayas que salen de la plantación experimental más al Norte de la península y localizada en Morás (Xove).
De su producción y su comercialización se encarga la firma Tropic Gaia, cuya gerente Andrea González Río participó en las últimas semanas en dos de los mercadillos que se celebran cada jueves en las dependencias de Inditex en Arteixo. Acudió el pasado 28 por segunda vez —la anterior fue hace dos semanas— y expuso en su puesto varios artículos: pitayas de pulpa roja y de pulpa blanca, esquejes de esa planta y también cuatro de las cinco mermeladas que elabora y vende: de kiwis y «physalis», de kiwis, de kiwis y fresas y de cebolla caramelizada con cerveza tostada (esta, de otra firma mariñana, Augas Santas).
¿Cómo fue la acogida? «Marabillosa foi a resposta, creo que principalmente porque a pitaya é un produto novidoso nalgúns mercados e moitos descoñecían que se cultivara no Norte galego», apunta la gerente de Tropic Gaia. Asegura que algunos trabajadores que ya conocían la relación de puestos que acudirían el jueves fueron directamente en busca de información y de producto. Para otros, fue toda una sorpresa descubrir que en A Mariña lucense se dan sabrosas piezas de esta fruta de origen exótico, conocida popularmente como la fruta del dragón.
Para Andrea y su empresa el poder participar en esta iniciativa es motivo de orgullo. Por lo ambicioso del escaparate, por el impulso a la promoción del producto y por los contactos y canales de venta que se abren. Compaginar producción y comercialización es tarea compleja para esta pequeña firma mariñana que estas semanas continúa inmersa en la campaña de la pitaya. «Estamos rematando agora de recoller a oleada máis grande de produción e continuaremos ata mediados de outubro aproximadamente», reconoce, puntualizando que este año la iniciaron a finales de julio, principios de agosto.
Pendientes de las cifras totales de la cosecha, desde Tropic Gaia ratifican lo que ya avanzaban los estudios que realizaron previamente: «Ata os sete anos vai incrementándose a produción e tamén intensificándose o sabor da froita». En la plantación experimental de la que salen las pitayas que ahora también llegan a Inditex —se han servido también en el comedor— se dieron los primeros pasos en diciembre de 2019. Comenzaron a cultivar en febrero de 2020: 1.160 plantas de variedades diferentes.
Detrás de este proyecto hay mucha ilusión y constancia, más trabajo y una inversión económica. Porque la técnica es muy laboriosa y porque lo experimental siempre está abierto a posibles perfeccionamientos. Las dudas iniciales se disiparon poco después de llegar al mercado la primera cosecha. Hubo una tarea de divulgación y concienciación a la que ayudaron de forma notable los vendedores que comercializan las frutas de Tropic Gaia en mercados de la comarca, en tiendas especializadas, en mercadillos y en ferias...
Andrea no tiene más que palabras de agradecimiento para negocios como O Ferrado Marelo de Ribadeo o Frutas José. Este último las dio a conocer en sus tiendas y en los mercados a lo largo y ancho de la costa. «Frutas José sempre apostou por nós, foi un apoio brutal pola cobertura que ten», explica la gerente, que también distribuye a Lugo, Arteixo, Melide y a otras poblaciones, pero siempre con una máxima: «Non me gusta ampliar tendas e non poder cumprir cos clientes que temos».
Las pitayas triunfaron en el mercadillo del jueves, pero en Inditex desembarcó Andrea por primera vez hace dos semanas. Entonces, lo hizo cargada de pitayas, pero también de tomates, «physalis» y mermeladas. No descarta que en invierno, ya sin fruta, y si existe ocasión de volver a montar su expositor en Arteixo, pueda llevar los productos de su marca Cóxegas na alma.
Y es que Andrea y su compañero Jorge Carballeira no le ponen puertas al campo. Tuvieron confianza en que las pitayas se aclimataran como años antes ocurrió con los kiwis y las fresas, y hoy siguen creyendo en el potencial del producto de proximidad.