Operar en Sierra Leona: «Fue un milagro, el mayor desafío de mi vida»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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La Fundación González Rivas estrena su actividad en África con cirugías imposibles

05 ago 2023 . Actualizado a las 13:49 h.

«Ha sido un estrés brutal», confiesa. Diego González Rivas ha dado varias vueltas al mundo, operando en 131 países y practicado cerca de 9.000 videocirugías de pulmón con su técnica mínimamente invasiva uniportal VATS, que permite intervenir al paciente por una exigua incisión de tres centímetros. Ha realizado cirugías en el límite de lo posible —cuando no lo ha traspasado— y, en no pocos casos, en condiciones extremas. Pero nunca se había enfrentado a un reto semejante al que se encontró esta semana en Sierra Leona, el país elegido, junto con Liberia, para estrenar la actividad en el extranjero de la fundación que lleva su nombre, constituida hace unos meses para facilitar intervenciones en personas con pocos recursos.

Allí llegó cargado con tres maletas repletas de material para operar que donó a los hospitales de Sierra Leona y Liberia. Pero las condiciones con las que se encontró, especialmente en el primer país, fueron mucho peores de lo imaginado. «Operar era casi imposible, porque no había nada. No hay sistema sanitario; es un desastre absoluto. Es la primera vez que llego a un hospital en el que no hay ni una cámara de vídeo. Y eso que estuve en Burundi, que teóricamente es el país más pobre del mundo, pero las condiciones eran mejores. En Sierra Leona fueron extremas».

Los casos también son más complejos que en Europa o Norteamérica. En África apenas hay cáncer, pero sí enfermos con los pulmones destrozados por la tuberculosis o el aspergiloma. Operarlos es mucho más complejo. «Son cirugías mucho más difíciles que las del cáncer, porque, al infectárseles el pulmón, se queda pegado a la pared. Está todo pegado», relata el médico gallego.

Nada, sin embargo, a lo que no estuviera acostumbrado. Pero lo que no se esperaba era que en el hospital central de Freetown, la capital, el más importante del país, no hubiera ni un solo tac. «Tuvimos que operar a dos pacientes evaluados con una radiografía. Íbamos como a ciegas, porque no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, porque, sin un tac, no sabes por dónde vas», cuenta. Fue solo el principio. Tampoco había tubos para intubar, sistemas de drenaje, grapadoras, suturas para heridas... «Tuvimos que llevar todo el material, pero tampoco tenían anestésicos, y eso es algo que no podemos transportar en una maleta, porque son opioides y podíamos tener problemas».

El equipo también se llevó cámaras 4K, que donó al hospital, pero se encontró con otro obstáculo inesperado. Fue en la segunda operación, en la que fue necesario extirpar el pulmón entero al paciente. «El hospital no tenía un sistema de tierra adecuado, y, si utilizabas el sistema de bisturí eléctrico, se apagaba la pantalla». A ello se unió que el banco de sangre del hospital tenía material escaso, con lo que el propio día hubo que llamar a los parientes del ingresado para que hicieran una donación.

Todo fue una suma de dificultades, pero al final salió bien. «Ha sido la situación más extrema de mi vida, el mayor desafío. No hay palabras para describirlo. Hacer aquí una cirugía mínimamente invasiva ha sido un milagro», explica González Rivas, quien asegura que, pese a todo, la experiencia ha valido mucho la pena. «Fue algo histórico para el país. Y estaban todos emocionadísimos y agradecidos por lo que habíamos hecho. Fue una experiencia increíble», dice. Incluso quiso recibirlos el presidente de Sierra Leona, pero no había tiempo, porque había que seguir camino a Liberia.

En el país gobernado por el exfutbolista George Weah, la situación fue un poco mejor, pero no exenta de contratiempos. El hospital no tenía una torre de laparoscopia, hasta que se encontró una vieja que no reunía las mejores condiciones, y tampoco faltaron problemas con la toma de corriente. Pero el reto se superó de nuevo. «Todo esto —destaca el cirujano— ha sido posible gracias al trabajo de la fundación, que ha estado trabajando durante meses para hacer esto posible».

En la etapa africana también contó con la colaboración de las fundaciones del Real Madrid y de la Liga, que aportaron equipaciones deportivas, camisetas y balones para llevarlos a los niños ingresados en los hospitales de Sierra Leona y Liberia.