La Fundación Amancio Ortega financiará el hospital ambulante en el que Diego González Rivas operará en África

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

Marcos Míguez

La unidad de cirugía móvil es uno de los proyectos estrella de la fundación del cirujano gallego, que se presentó este jueves en A Coruña

22 abr 2023 . Actualizado a las 18:42 h.

La Fundación Amancio Ortega financiará la unidad de cirugía móvil con la que el cirujano gallego Diego González Rivas y su equipo practicará operaciones de pulmón con su técnica mínimamente invasiva de una única incisión en aquellos países de África que no tienen medios para realizar este tipo de intervenciones, que requieren de una gran tecnología y recursos.

El anuncio se dio a conocer en la tarde de este jueves durante el acto oficial de presentación, en el Work Café Santander de A Coruña, de la Fundación Diego González Rivas, que estrenó su actividad hace un mes con la operación a una mujer peruana de 27 años, que estaba embarazada, a la que habían intentando intervenir dos veces sin éxito en su país y que  estaba prácticamente desahuciada. La entidad asumió los gastos de traslado de la joven y de su hermana, mientras que el hospital San Rafael sufragó los gastos hospitalarios y tratamientos.

 Pero el gran reto de la fundación pasaba por conseguir un camión que incluyese una unidad móvil quirúrgica para realizar cirugías mínimamente invasivas en África. «Será como un hospital andante», explicó el cirujano, que desveló que una infraestructura de este tipo es muy costosa y no está al alcance de muchos países africanos. De hecho, ni siquiera existe en algunos de sus hospitales. Como es el caso de Sierra Leona o Liberia, donde ni siquiera existen torres de laparoscopia para practicar este tipo de intervenciones.

Se trata, en todo caso, de una infraestructura muy costosa, por lo que Diego González agradeció especialmente la financiación comprometida por parte de la Fundación Amancio Ortega. «Hacen falta cámaras de alta definición, torres de laparoscopia, sistemas de esterilización, flujos de presión negativa y una unidad de uci paralela en el mismo camión en la que ingrese el paciente después de la operación», señaló el cirujano. El presupuesto de este hospital ambulante aún no se ha establecido, porque también existe el compromiso de otras empresas de donar material quirúrgico.

En todo caso, se trata de una iniciativa pionera en el mundo. «Algo como esto no existe ni se ha hecho nunca. Y fíjate que vamos ir a países donde no tienen medios ni para operar una vesícula y menos cirugías tan complejas». Para hacerse una idea, este tipo de equipos tampoco existen en los hospitales comarcales, por lo que estas operaciones se circunscriben en España a los grandes centros.

En la presentación de la Fundación, el médico también dio a conocer que la segunda iniciativa de la entidad también tendrá África como destino. En este caso Sierra Leona y Libia, a la que donarán torres laparascópicas para realizar cirugías torácicas mínimamente invasivas. «He operado en 128 países, en algunos muy pobres como Burundi, pero en Sierra Leona y Libia no hay ningún tipo de torres laparoscópicas. Por eso se las vamos a donar y podré operar allí». La misión se llevará a cabo en el mes de agosto y también será objeto de un documental.

La tercera iniciativa se llevará a cabo en Tanzania en el mes de septiembre.

Durante el acto, presentado por los periodistas de RadioVoz Pablo Portabales y Loreto Silvoso, los organizadores conectaron en directo con Sierra Leona y Libia. Y también lo hicieron con Perú, donde estaba Azaela Yajaira Lindo Valencia, operada el 14 de marzo en A Coruña, y que se convirtió en la primera paciente operada bajo el amparo de la Fundación Diego González Rivas. Después de haber sido desahuciada en su país y operada con éxito por el cirujano y un equipo del Hospital San Rafael, ahora está prácticamente curada. Así lo demuestran las últimas biopsias, que revelan que el tumor ha desaparecido.

Marcos Míguez

«La paz ha vuelto a mi vida», dijo Azaela. «Estoy muy emocionada», dijo durante la conexión en directo.

«¿Cómo estás?», le preguntó Diego.

«Bastante bien. Tranquila. Ya estoy trabajando. A los veinte días de llegar reinicié mi actividad aquí», le contestó.

«¿Qué te dijeron los médicos en Perú?», añadió el doctor.

«Tengo la cita pendiente con el oncólogo, pero todavía no pasó la consulta», le dijo.

«Pero no va a hacer falta ningún tratamiento, porque con la cirugía se cura», le precisó el médico gallego.
«La recuperación fue muy rápida, a diferencia de las anteriores cirugías. Ahora estoy tranquila, no tengo nada de dolor. La tos se ha quitado de mi vida e incluso mi voz ha quedado mucho mejor», añadió la peruana, que también tuvo palabras para A Coruña. «Voy a quedar toda mi vida agradecida con A Coruña, porque allá pudieron salvar mi vida. Estoy muy agradecida con todos».

Antes de la intervención de Azaela Yajaira, la periodista Loreto Silvoso dejó muy claro, antes de dar paso al doctor, que  «Diego está salvando vidas todos los días». Fue entonces cuando el cirujano se refirió a la entidad que ahora se ha puesto a andar. «La fundación nace con la idea de poder acercar la cirugía mínimamente invasiva a países en vías de desarrollo, a pacientes que no tienen acceso a esta tecnología. En estos países de África siempre encontrábamos dificultades. No hay equipos de cirugía mínimamente invasiva, por lo que tenemos que planificar con meses de antelación toda la infraestructura para poder llevar allí el material. No hay grapadoras, no hay torres de alta definición, no hay instrumental, no hay nada. Operamos siempre al límite», subrayó Diego González sobre las dificultades con que se encuentra en África.

«A veces -añadió- estamos operando y se nos va la luz en medio de la operación. Y también nos ha pasado que tenemos todo preparado, que ha llegado la torre que nos han cedido, y de repente falta una tuerca y no podemos conectar la luz. Nos han pasado tantas cosas». Para solucionar estos contratiempos se decidió crear la fundación e impulsar la unidad móvil quirúrgica «dotada con todo el equipo para que podamos operar con todas las garantías sin que falle esto o lo otro. Esto no existe».

González Rivas también se mostró asombrado por el éxito de la fundación, pese a su poco tiempo de vida. «Nos hemos sorprendido con la aceptación que ha tenido la fundación, no solo en España, sino también a nivel mundial. Y también hemos tenido muchas solicitudes de voluntarios para ayudarnos». 

Sobre el proyecto en agosto en Sierra Leona y Liberia, González Rivas dijo que «va a ser la primera vez en toda mi vida que voy a países en los que no hay ni una sola torre laparascópica en todo el país». Aparte de donar estos equipos, «también conseguimos un set ultrasónico y material quirúrgico, que se los donaremos. Allí los cirujanos están muy ilusionados».

La iniciativa de acudir a estos dos países surgió a partir de la colaboración con el médico holandés Tom Gresnigh, que trabajó en África y con el que también se conectó en directo durante el acto.

La fundación nace con el apoyo de los socios fundadores y patronos José Antonio Souto Meizoso, Jesús Vázquez Sobrino, Ramón Regueira Otero, Juan Carlos Rodríguez Cebrián y Carlos Saavedra. 

La filosofía de la institución es que sea un proyecto gallego, con el gran apoyo de los empresarios gallegos. «Queremos que sea un proyecto gallego, que surja de Galicia. Es un proyecto nuestro, como gallego, como coruñés. Queremos que las empresas líderes sean las que contribuyan. Queremos que sea algo que se consiga en Galicia con la colaboración de los empresarios», indicó el cirujano que agradeció enormemente a todos por el apoyo.