Raxoi cree que hay base legal para recurrir la sentencia de las estatuas del maestro Mateo

S. Luaña / R. Martínez SANTIAGO / LA VOZ

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Comparativa entre el estado de las estatuas tras su estancia en el Pazo de Ximonde y en el de Meirás, donde perdieron algunos de sus elementos
Comparativa entre el estado de las estatuas tras su estancia en el Pazo de Ximonde y en el de Meirás, donde perdieron algunos de sus elementos

El alcalde dice que lo importante no es la titularidad, sino que pasen a formar parte del patrimonio público

27 dic 2019 . Actualizado a las 22:44 h.

El Concello de Santiago decidirá la semana que viene si recurre la sentencia de la Audiencia de Madrid que le da la razón a los Franco en el caso de las estatuas del pórtico de la Gloria y dice que la parte demandante no pudo demostrar que las que están en poder de la familia del dictador sean las mismas que adquirió el Concello de Santiago. Lo hará una vez que la asesoría jurídica de la Administración local y los abogados que llevaron la causa de las estatuas del maestro Mateo se reúnan y tomen una decisión al respecto. Aunque el litigio con los Franco no iba en el orden del día del Consello de Goberno Local celebrado hoy, sí se habló de la cuestión, y el alcalde, Sánchez Bugallo, adelantó al finalizar la reunión que el gobierno local piensa que «vai haber base legal» para recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo. El regidor advierte de que hay un cambio de argumentación entre este fallo y el anterior del juzgado 41 de Madrid, y es que este último reconoce que las esculturas fueron compradas por el Concello. «O que se discute e se as da familia Franco son as que adquiriu o Concello», subraya Bugallo, quien también puntualiza que, igualmente, se reconoce en el fallo judicial que los Franco no tienen documento alguno que pruebe que se las compraron a un anticuario.

El regidor compostelano indicó que lo que le importa a la Administración local no es tanto la titularidad de las estatuas como que pasen a formar parte del patrimonio público. De hecho, la intención del Concello era ponerlas a disposición del Museo da Catedral o del Museo das Peregrinacións.«Non tiñamos pensado traelas a Raxoi, queremos que sexan accesibles para o conxunto dos cidadáns».

El alcalde asegura que se buscará toda la documentación que sea necesaria para avalar el recurso, si se presenta, por lo que se acudirá al Museo da Catedral para ver si aparecen nuevos informes. En ese sentido, y en referencia a algunos argumentos que aparecen en la sentencia sobre la falta de pruebas acerca de la adquisición de las esculturas por parte del Concello o su posible cesión a los Franco sin que mediase una compraventa, Bugallo recalcó que «é evidente que nos anos 50 non se lles pedía aos Franco que firmaran un recibí, e hai unha longa tradición de bens que pasaron ás mans da familia sen que foran documentados».

 «As figuras non son catorce nin vinte, son nove»

El representante legal del Concello de Santiago en este proceso, Xaquín Monteagudo, cree que la sentencia de la Audiencia de Madrid aporta dos novedades respecto a la del juzgado madrileño: «Admite que no ano 1948 o Concello de Santiago si adquiriu as estatuas, e admite tamén a nosa tese de que as figuras, en canto integrantes do patrimonio histórico, serían inalienables».

Por el contrario, el fallo no considera probado que esas estatuas son las que hoy tienen los Franco. A su entender, se llega a esa conclusión a través de tesis que el letrado considera erróneas, como cuando dice la sentencia que una de las estatuas a las que hacía referencia Bouza Brey estaba fracturada y las de Meirás no lo están: «Nas fotos do catálogo da exposición vese claramente que hai unha fractura á altura da media perna». En cuanto a si se trata o no de las mismas piezas, subraya: «As figuras do pórtico non son catorce nin vinte, son nove, e as demais están no Museo de Pontevedra». Es decir, no hay más estatuas del maestro Mateo que puedan dar lugar a confusión. Y añade que los Franco, cuando responden a la demanda, dicen que las esculturas que reclama el Concello son las que tienen ellos. «É rechamante que iso non se teña en conta». Con todo, lo que más le molesta al letrado es la falta de sensibilidad con el patrimonio público. «Falan das estatuas coma se fose unha leira», lamenta.

La Audiencia de Madrid falla en contra del Concello de Santiago en el pleito con la familia Franco por las estatuas del maestro Mateo

 

La Audiencia Provincial de Madrid ha fallado en contra del Concello de Santiago en el recurso interpuesto contra la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 41 de la capital de España en el proceso judicial iniciado con el objetivo de recuperar las estatuas esculpidas por el maestro Mateo para el pórtico de la Gloria y que se hallan en poder de la familia Franco.

El anterior gobierno municipal de Compostela Aberta, que inició este pleito, advirtió que la batalla judicial podría ser larga, y los hechos lo van demostrando. El actual alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, anunció que una vez el Concello disponga de la sentencia, estudiará la posibilidad de presentar un nuevo recurso de casación contra el fallo de la Audiencia madrileña.

El regidor compostelano se ha mostrado «sorprendido» por esta sentencia tras tener conocimiento verbal de ella por medio del abogado que representó al Concello. Y es que, frente al fallo en primera instancia del juzgado número 41, que en febrero pasado rechazó la demanda con el argumento central de la prescripción de los hechos, ya fuesen la adquisición o incluso la usurpación de las esculturas, ahora la Audiencia no cuestiona que el Concello de Santiago sea propietario de las mismas, sino que no se puede acreditar que las que están en posesión de la familia Franco y cuyo último destino conocido es el pazo de Meirás, sean las mismas que reclama la administración municipal compostelana.

Bugallo señaló que si hay «base legal» para recurrir ante el Tribunal Supremo, el gobierno local lo hará, y será a partir de este jueves cuando analice la situación con el jefe de la asesoría jurídica municipal en el mandato de Martiño Noriega, Xaquín Monteagudo, quien, por decisión del actual ejecutivo, sigue representando al Concello en este caso. Bugallo recordó que, en su anterior etapa en el Pazo de Raxoi, ya había sido abordado este asunto en dos ocasiones, en torno a los años 1990 y 2000, pero que entonces no se inició pleito alguno ante la imposibilidad de demostrar documentalmente tanto la compra de las esculturas por parte del Concello como la cesión de las obras a los Franco. Fue el hallazgo de nueva documentación lo que decidió al gobierno de Martiño Noriega a abrir la vía judicial en el 2017.

La demanda del Ayuntamiento de Santiago se vio respaldada con la localización en el archivo de la Universidade de Santiago del expediente de adquisición de las piezas, así como de la propia escritura notarial, haciendo constar todas las características de las estatuas, de la titularidad municipal. Según estos documentos, tras su retirada de la Catedral, las esculturas pasaron a manos del Conde de Ximonde en el siglo XVIII, un noble cuyos herederos las vendieron al Concello. En el documento de venta existe una reserva «para evitar que desaparezcan del Ayuntamiento» y se preserve su propiedad «pública, de los vecinos de Santiago», sin posibilidad de venta o cesión. Es decir, las esculturas no podían dejar de ser de titularidad municipal. Es por ello que Raxoi procedió judicialmente contra los herederos de los Franco (María del Carmen, Jaime Felipe, María Aránzazu, José Cristóbal, María del Mar y María de la O Martínez-Bordiu Franco) y contra la mercantil Pristina S.L.

El Concello de Santiago demostró que las esculturas fueron adquiridas en 1948 a los herederos del Conde de Ximonde y que pagó por ellas 60.000 pesetas. Las estatuas de Abraham e Isaac habrían permanecido en la sede municipal hasta 1954, después de que Francisco Franco y Carmen Polo realizaran una visita a Santiago con motivo del año santo. El Concello considera que el alcalde de esa época, Enrique Otero, no pudo o no quiso resistirse al interés que las esculturas despertaron en la esposa del dictador y, sin que mediase ningún acuerdo de la institución municipal, a los pocos días pasaron a engrosar el patrimonio familiar de Franco y llegaron a Meirás, para destinarse posteriormente a la Casa Cornide, en A Coruña.

Para respaldar sus argumentos, el Concello también había presentado en el proceso judicial un informe pericial que certificaba que estas estatutas, que formaron parte de exposiciones en el Museo del Prado y en el Museo de la Catedral compostelana entre los años 2016 y 2017, eran las mismas que reclamaba, así como el documento de la Xunta de Galicia que las declaraba como Bien de Interés Cultural (BIC).

La familia Franco sostuvo en el pleito que las esculturas de Abraham e Isaac fueron adquiridas a un anticuario en los años cincuenta, aunque no fueron capaces de presentar documentación alguna al respecto, alegando que habían pasado siete décadas desde la supuesta transacción. El fallo en primera instancia, a cargo de la magistrada Adelaida Medrano, no cuestionó la argumentación municipal, avalada documentalmente, de que el Concello había adquirido las obras de arte, pero consideró que este hecho no impedía que posteriormente existiesen otras transacciones, como defienden los herederos del dictador.

El pleito por las esculturas de Abraham e Isaac tiene gran trascendencia, no solo por la recuperación de un patrimonio que, como afirma Sánchez Bugallo, «pertenece a todos los ciudadanos», sino también porque es el primer caso judicial respecto al patrimonio amasado por los Franco, y se abriría así un camino para su recuperación. Ambas esculturas fueron separadas del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago hacia 1520, cuando se realizó la reforma de la fachada principal de la basílica.