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Microsoft dice adiós a los móviles

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

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El presidente de la compañía en Francia confirma que no lanzarán nuevos productos de consumo

30 sep 2016 . Actualizado a las 17:25 h.

Era un secreto a voces y se ha confirmado por un desliz (¿o filtración interesada?) del nuevo presidente de Microsoft en Francia, Vahé Torossiam: el gigante tecnológico se retira de la primera línea de la telefonía móvil. «Nuestra estrategia para Windows Phone es centrarnos en la parte de negocios», declaró Torossiam en una entrevista concedida a Le Point, en la que confirma que no lanzarán nuevos productos de consumo «durante unos años». El objetivo de la compañía es enfocarse al mercado de empresa y confiar en «un salto tecnológico en los próximos años, junto con un cambio de paradigma», que faciliten su regreso a este sector de la industria.

Windows Phone ocupa actualmente la tercera posición en el ránking de sistemas operativos móviles, pero con una cuota de ventas irrisoria del 0,6%, según los datos de la consultora Gartner correspondientes al segundo trimestre del 2016. El mercado está dominado por Android (86,2%) y a mucha distancia se encuentra iOS (12,9%), aunque la plataforma de Apple consigue esta presencia con un solo modelo, el iPhone, mientras que el sistema impulsado por Google aglutina a numerosos fabricantes. Por detrás de Windows ya solo queda BlackBerry (0,1%), que esta misma semana también ha anunciado que deja de fabricar teléfonos móviles.

El desplome de Microsoft en el sector de los móviles ha sido especialmente notable en el último año. En el segundo trimestre del 2015 todavía tenía una cuota de mercado del 2,5% y conseguía meter Windows en 8,1 millones de terminales vendidos. Esa cifra ha bajado a 1,9 millones, de acuerdo con las cifras de Gartner.

Microsoft no ha podido rentabilizar la compra de la división de móviles de Nokia, por la que pagó 5.400 millones de euros en el 2013 (la venta se cerró en abril del 2014). A pesar de contar con la gama de smartphones Lumia, muy apreciada por los usuarios, la polarización del mercado entre Android e iOS ha hecho imposible la popularización de Windows en el teléfono. El retraso en ofrecer algunas aplicaciones clave como WhatsApp (los desarrolladores dan prioridad a las plataformas con más usuarios, ya que cada app tiene que ser reescrita en los diferentes sistemas operativos) y la fallida estrategia de Windows 8 como software integrador de todos los dispositivos de Microsoft también han jugado en su contra. En mayo, la compañía de Redmond anunció un plan de reestructuración de su negocio de móviles que contemplaba el despido de hasta 1.850 empleados, la mayor parte de ellos en Finlandia.

Mientras, la antigua Nokia aparece ahora, tres años después, como un caballo ganador: recibió una inyección económica millonaria, ha hecho caja también con sus patentes (vendió el sistema de mapas HERE a un consorcio formado por los grupos automovilísticos alemanes Audi, BMW y Daimler por 2.800 millones), ha reducido notablemente su plantilla (la mayoría de los trabajadores pertenecían a la división de móviles) y en enero de este año anunció la compra de Alcatel-Lucent, con lo que se consolida como la segunda compañía de telecomunicaciones del mundo, especializada en redes y preparada para liderar el próximo salto al 5G. Y, por si fuera poco, volverá a fabricar móviles con su marca, a través de terceros. Quien ríe el último, ríe mejor.