El descenso del nivel del agua del Miño en Os Peares cambia el paisaje del embalse

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LUGO

Se trata de un descenso controlado para llevar a cabo trabajos de mantenimiento en las compuertas de la central hidroeléctrica

24 oct 2022 . Actualizado a las 19:52 h.

La bajada del nivel del Miño en el embalse de Os Peares está ya a punto de completarse. El proceso, iniciado hace algo más de una semana pretende dejar al descubierto parte de la infraestructura de la presa para llevar a cabo trabajos de mantenimiento en sus compuertas. Portavoces de Naturgy, la empresa que gestiona esta central hidroeléctrica y las otras cuatro del río Miño, anunciaron a principios de octubre que Os Peares mantendría este nivel inusualmente bajo hasta mediados del mes de noviembre. El repliegue de la orilla está cambiando el paisaje de este tramo del Miño, con terrenos habitualmente sumergidos a la vista y la mayor parte de las infraestructuras de ocio y turismo temporalmente inutilizadas.

Para que los técnicos puedan trabajar en las piezas que toca revisar es preciso que el nivel del agua descienda en la cabecera del embalse hasta la cota de 184,5 metros sobre el nivel del mar. Este domingo el el agua alcanzaba junto a la presa la cota 184,7, a solo 20 centímetros del objetivo. Para conseguirlo ha sido preciso dejar este embalse con 135 hectómetros cúbicos de agua, el 74% de los que es capaz de guardar. Así seguirá hasta que terminen los trabajos de mantenimiento en la presa, que está previsto que duren unas cuatro semanas.

Que baste con el 74% puede hacer pensar que se trata de una bajada leve, sobre todo por comparación con otros embalses de la cuenca Miño-Sil. Los dos más grandes de esta cuenca son los de Belesar y As Portas y los dos están al 24% en estos momentos, muy por debajo de Os Peares. Lo que ocurre es que el nivel del Miño en Os Peares oscila mucho menos que en otros embalses. En condiciones normales, es raro que baje del 85%.

Aunque por comparación pueda parecer escasa, lo cierto es que la bajada actualmente en marcha se nota mucho en las orillas. No es suficiente como para que se vuelvan a ver las casas que quedaron anegadas con el llenado del embalse en 1955, pero sí para dejar temporalmente fuera de servicio todas las instalaciones de ocio que han ido abriendo en los últimos años a orillas de este embalse. El paisaje de estos días resulta especialmente extraño en lugares como la playa de A Cova, en el municipio de O Saviñao, donde el retroceso de la orilla deja al descubierto toda la arena de la zona de baño. Y también permite empezar a adivinar el barranco de decenas de metros de caída que empieza unos metros más allá del límite de la arena. También llama la atención la estampa de los embarcaderos del club náutivo del pueblo de Belesar, colgados estos día sobre la orilla seca. De ahí salía el catamarán que cubre la ruta fluvial del embalse de Os Peares, que tuvo que adelantar su final de temporada cuando Naturgy anunció la bajada. La empresa la retrasó hata después del 12 de octubre para no estropear ese puente turístico. 

Este inusual paisaje de orillas sin agua contrastaba este fin de semana con las intensas lluvias que trajó la borrasca que entró en Galicia el sábado por la noche desde el Atlántico. Por el momento, ni estas lluvias ni las anteriores han servido para que subiese el nivel de los embalses de la cuenca Miño-Sil que están más vacíos. El mayor de ellos, el de Belesar, seguía este domingo por la tarde a un 24% de su nivel máximo, el porcentaje en torno al que lleva varios días.

El embalse de Os Peares

Os Peares es el segundo embalse más grande de los cinco del Miño. Tiene el 19% de la capacidad de almacenamiento de agua de estas cinco presas. Ocurra terrenos de los municipios de Chantada, Carballedo, O Saviñao y Pantón