El mundo que puede venir: estas serán las enfermedades infecciosas del 2050
ENFERMEDADES
Infecciones de transmisión sexual, la gripe A o las bacterias resistentes a los antibióticos centran la preocupación en la comunidad de infectólogos
02 may 2024 . Actualizado a las 16:37 h.¿Es posible prevenir las enfermedades que ocuparán los titulares en el 2050? Parece que si algo bueno ha dejado la pandemia es la posibilidad de saber adelantarse a ello. Pese a creerse erradicadas entre la década de los 70 y 80, las patologías infecciosas pueden volver a ponerse en el punto de mira. No solo en el actual, sino en el futuro. Un problema de salud pública sobre el que la Organización Mundial de la Salud ya se ha pronunciado en diversas ocasiones. Así, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) presentó, el año pasado, el libro Las enfermedades infecciosas en 2050, en el que plantean un más que posible horizonte sanitario.
Es innegable que este tipo de afectaciones han sido una de las principales causas de morbimortalidad en toda la especie humana. Aunque exista la falsa percepción de que ya no suponen un problema, siguen estando presentes. «Esta cíclica falsa sensación de seguridad respecto a las enfermedades infecciosas y sus consecuencias se agrava con la pérdida de interés y atención de las autoridades sanitarias», indica el documento de la Seimc. ¿Qué es lo que más preocupa a la comunidad científica?
El doctor José Miguel Cisneros, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen del Rocío, investigador responsable del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) y miembro de la Seimc, da una visión general. Más allá de la gripe, «destacamos los virus emergentes, que con el cambio climático, pueden afectar a nuevos lugares», detalla. Ejemplo de ello son los virus hemorrágicos, «como el del ébola, el caso más reciente del virus de Marburgo o el brote de meningoencefalitis que hubo en el 2020, en Sevilla, a causa del virus del Nilo», indica.
No solo esto, sino que tampoco se descarta la aparición de virus zoonóticos, a semejanza de lo que ha ocurrido con el SARS-Cov-2: «En el reino animal hay miles de virus desconocidos, y existe el riesgo de que se produzca saltos entre especies y que, al final, el virus en cuestión se adapte al humano, provoque infecciones y tenga capacidad de transmisión entre personas», precisa. Si esto sucediese, el riesgo de pandemia sería «muy alto».
Los virus no son los únicos protagonistas. En el terreno bacteriano, lo que más preocupa a la Seimc son las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos. «Son una amenaza que en la actualidad ya es real», apunta el doctor Cisneros, que añade: «Hay estimaciones que indican que será la primera causa en el mundo por enfermedad». Un contratiempo que si no se le pone solución irá a peor: «El número de antibióticos nuevos que se desarrollan es infinitamente menor que el número de resistencia que las bacterias adquieren», señala.
Se habla de un cierto desgaste en materia de solución a este tipo de problemas con un origen multifactorial. «Se sabe que el cambio climático o el estilo de vida que llevamos puede afectar», precisa la doctora María Tomás, miembro de la Seimc y microbióloga en el Complexo Hospital Universitario de A Coruña (Chuac), que reconoce grandes avances en los métodos de vigilancia. «Detectamos mejor este tipo de infecciones y estamos más alerta por si se volviese a producir una nueva pandemia», indica. Esto es, precisamente, lo que hace que las autoridades sanitarias piensen más en los años venideros.
Una quinta pandemia de gripe
Las futuras pandemias se consideran una amenaza real, especialmente en las que el protagonista sea el virus de la gripe A. Así, la variabilidad genética de este, la falta de predicción de los cambios genéticos y la existencia de reservorios animales se configuran como hipótesis de apoyo a este problema. Es más, las infecciones respiratorias agudas siguen siendo las más frecuentes en todos los grupos de edad a nivel mundial.
Si bien es cierto que la enfermedad suele ser más habitual en las vías respiratorias superiores, esta puede progresar hacia el tracto respiratorio inferior, como ocurre con la bronquitis o neumonía, y revertir una mayor gravedad. «El virus de la gripe A ya ha ocasionado cuatro pandemias y la quinta es una posibilidad debido a estos antecedentes», explica el doctor José Miguel Cisneros.
Tanto este patógeno, como otros causantes de infecciones respiratorias, por ejemplo el rinovirus, «están en constante evolución, lo que afecta a aspectos como la capacidad de transmisión, la evasión a la respuesta inmune o la resistencia a fármacos antivirales», detalla el libro de la SEIMC.
Precisamente, la gripe aviar preocupa porque se ha observado un salto a mamíferos: «Primero comenzó en aves de granja, luego pasó a las silvestres y ahora está en mamíferos. Se debe vigilar que no llegue a los cerdos porque si lo hace, hay más probabilidad de que se transmita a los humanos», cuenta la doctora Tomás. Eso sí, deja claro que no hay que caer en alarmismos.
Sin mejoras en el VIH
Se estima que la infección por el VIH seguirá preocupando en 30 años. Pese a verse como algo ya superado, en la actualidad sigue suponiendo un problema sanitario de enorme importancia. No solo afecta a más de 150.000 personas en España, un dato que sigue creciendo, sino que se transmite a un grupo de población con mucho peso, pues son pacientes muy jóvenes que previamente estaban sanos, y además, en los de mayor edad, acelera el proceso de envejecimiento prematuro y la probabilidad de padecer otras alteraciones cardiovasculares o tumorales.
A su vez, el perfil epidémico es cambiante. «En la actualidad, se asocia con un fuerte incremento en las infecciones de transmisión sexual así como el consumo de drogas recreativas», algo que solo contribuye a plantear nuevos desafíos.
La doctora María Tomás reconoce que ya no es el problema que era, pero se muestra preocupada por el perfil de paciente: «Supone que la persona tenga que tomar un tratamiento de por vida y esto ya supone un cambio en su día a día», precisa la experta. Algo que, por el momento, no variará. La Seimc señala que la carencia de un abordaje global de esta pandemia, la falta de inversión en la curación y desarrollo de vacunas, y las insuficientes medidas de prevención alejan el objetivo de erradicarla en 30 años. Para la sociedad médica, la situación de endemicidad se prolongará en el tiempo.
Incremento de las infecciones de transmisión sexual
En relación a lo anterior, las infecciones de transmisión sexual (ITS) son otra de las grandes preocupaciones. Según la OMS, cada día más de un millón de personas contraen una infección de este tipo, una cifra que no ha parado de incrementarse en los últimos años. «Hay más de 30 agentes causales diferentes entre bacterias, virus y parásitos. Ochos son los responsables de las ITS con mayor incidencia; cuatro bacterianas curables (sífilis, gonococia, clamidiasis y tricomoniasis) y cuatro virales sin solución (hepatitis B -VHB-, virus herpes simple -VHS-, virus de la inmunodeficiencia humana -VIH-, y virus del papiloma humano -VPH-)», indica el libro.
La entidad apunta que, de mantenerse las tendencias sociales, demográficas y migratorias de la actualidad, la población expuesta a la ITS seguirá creciendo. «Es un problema enorme puesto que se han incrementado en un 300 %», aclara la doctora Tomás. La principal razón que lo explica es la carencia de miedo, y por lo tanto, consciencia del peligro. «Las infecciones de transmisión sexual se han vuelto crónicas, con un tratamiento la gente tiene una vida normal, y por eso se han relajado a la hora de tomar precauciones», lamenta la experta.
Para el doctor Cisneros, un caso que ejemplifica bien la situación es el reciente brote de Viruela del Mono. «Ilustró bien el efecto de los cambios culturales, de las relaciones que, unidos a la globalización, hace que la posibilidad de transmisión se vaya incrementado», detalla el experto.
Las infecciones de este tipo no son inocuas, sino que van más allá de una molestia local. «Es causa de infertilidad en la mujer, de cáncer cérvix o de ano, o de tumores como el hepatocarcinoma con la transmisión del virus de la hepatitis», lamenta el doctor Cisneros.
Hepatitis, mejoras según el tipo
La hepatitis todavía ocupó titulares en el 2022, con el brote en población infantil de varios países, entre los que figuraba España. «Se asoció a un tipo de adenovirus y se debió a que, probablemente, estos niños no pudieron desarrollar inmunidad después de la pandemia debido a las medidas preventivas, lo que empeoró su pronóstico», indica la doctora Tomás.
Esta enfermedad infecciosa trae tanto buenas como malas noticias. En el lado positivo, «para el 2050 será posible, si lo hacemos bien, erradicar en el mundo las infecciones por el virus de la hepatitis B, que ha sido la principal causa de hepatitis hasta la vacuna, el virus C, gracias a los nuevos antivirales, y el virus A de la hepatitis», expone el doctor Cisneros. Sin embargo, el aspecto negativo viene de la mano del tipo E y de las hepatitis por virus emergentes, «ante el aumento de casos en humanos causados por virus que tradicionalmente estaban en animales», explica.
Buenas noticias para la tuberculosis
La bacteria mycobacterium tuberculosis está detrás de los casos de tuberculosis, una de las enfermedades más letales del mundo. Eso sí, puede que las tornas cambien de cara al 2050. «Se han conseguido avances científicos técnicos gracias al trabajo de la OMS para llevarlos a países en desarrollo. Si esto continúa, es posible que se pueda reducir la tuberculosis de forma sistemática gracias a los avances diagnósticos que permiten detectarla precozmente, para tratarla y evitar que las personas desarrollen la enfermedad», precisa el doctor Cisneros. Un progreso que no solo se observa en el campo del diagnóstico, sino también en el tratamiento: «En los últimos años se han descubierto nuevos tuberculostáticos y se ha mejorado el uso de los viejos con pautas más cortas y mejor toleradas», celebra el experto.
Resistencia a los antibióticos
«La resistencia a los antimicrobianos y las infecciones provocadas por bacterias resistentes y multirresistentes han aumentado progresivamente en los últimos años», comienza alerta el documento de la Seimc. Un aviso reiterado por diferentes agencias de salud pública.
Un informe encargado por el gobierno del Reino Unido en el 2016 concluyó que en el 2050, este problema sería el responsable de más de diez millones de muertes en el mundo, y de 390.000 en Europa. Igual de impactantes, para la Seimc, las registradas en España en el año 2015, 1.899 personas en concreto, «una cifra que supera a las producida por accidentes de tráfico», compara.
¿Cuál es la causa de estas superbacterias? No hay una concreta, sino que tiene un origen multifactorial. Por un lado, son capaces de desarrollar esta resistencia «como un mecanismo de defensa de lucha entre especies, el ser humano y ella, donde nuestra herramienta son los antibióticos», explica el doctor Cisneros. De esta forma, cada vez que una bacteria se expone a un antibiótico, «el riesgo de que tenga una mutación y desarrolle resistencia ante él va aumentado en la medida que perdura esa exposición», indica. Por esta razón, es importante seguir las pautas de los profesionales cuando los prescriben.
Pero esta no es ni la principal ni la única justificación del problema. Esta cae sobre los médicos, «que prescribimos los antibióticos de forma mejorable», detalla el doctor Cisneros. El experto explica que estos tratamientos pueden ser pautados por cualquier especialidad: «El volumen de conocimiento que hemos adquirido al respecto en los últimos años es tan extraordinario que otras especialidades pueden tener problemas para incorporar esta información a su práctica clínica. Es decir, está claro que todos los médicos hemos estudiando después de la carrera, pero es complicado que un médico de familia, que tiene que conocer de todo o un hematólogo, que tiene que estar a la última en curar la leucina, sepan sobre la pauta de antibióticos las últimas actualizaciones», detalla el miembro de la Seimc.
¿Cuál sería la solución? Desde la sociedad se plantean varias. Una de ellas son los programas de optimización de antibióticos, «una nueva forma de hacer formación continuada en hospitales o centros sanitarios, para que todos los médicos mejoremos», detalla. Otra estrategia que describe de suma importancia pues España está a la cabeza en el consumo de antibióticos es la corporación de una especialidad de enfermedades infecciosas: «Los infectólogos son los expertos en antibióticos. Como era lógico, no podríamos estar detrás de cada infección, pero sí contribuiremos a la formación de manera trasversal del respeto de especialistas en su uso», reclama el experto.
Malaria y otras enfermedades relacionadas con el cambio climático
El cambio climático es una realidad científica que no deja lugar a dudas. «Afecta a la distribución de diversos artrópodos vectores de enfermedades infecciosas y a la distribución y hábitos migratorios de especies que actúan como reservorios de dichas enfermedades», explica la Seimc. Por ejemplo, el mosquito Aedes albopictus está en diversas áreas de España y ya se han detectado los primeros casos de transmisión de virus de Dengue autóctonos en el entorno nacional. Es una enfermedad que puede presentarse desde una forma leve hasta ocasionar una fiebre hemorrágica con riesgo vital.
«España es también un país endémico de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo», detalla el experto, que culpa a la garrapata específica que hace de vector de este virus, en el que el reservorio está en los animales salvajes como los ciervos. «Está demostrado que en Extremadura, Andalucía o Castilla y León se ha debido a las aves migratorias desde África», precisa el doctor Cisneros. De esta forma, una enfermedad que se consideraba exótica ha pasado a ser endémica.
«Sabemos que el cambio climático afecta a las aves, vectores y reservorios, así como a la condición humana porque esto está ocasionando grandes migraciones que vienen debido a la pobreza causada por las sequías», explica el experto. Una serie de casuísticas que, sumadas unas a las otras, no harán más que empeorar la situación: «Un estudio concluyó que el 58 % de las enfermedades infecciosas han empeorado debido al cambio climático», detalla. Una estimación con fundamento científico, que la lucha contra el cambio climático «ayudará a revertir».
¿Posibles soluciones?
Una formación más amplia y actualizada, así como la creación de una especialidad de infectólogos, no es suficiente para atajar el problema que se prevé para el 2050. «Hasta ahora, cada vez que hemos tenido un brote, hemos respondido de forma reactiva, cuando tenemos que trabajar en la prevención», explica el doctor Cisneros, que compara esta casuística a la de un incendio.
Para ello, se deben poner en marcha distintas iniciativas, aunque todas comparten una base. «Hay que multiplicar la inversiones en investigación y dirigirlas a estos virus zoonóticos que, presumiblemente, por su características, son los que más posibilidades tienen de saltar a la especie humana», señala el experto de la Seimc. Una mayor inversión que permitiría conocerlos bien y vigilarlos.