Una final con red por la vía rápida

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El Celta, que es el mejor equipo de la zona baja tras el parón, se distanció en ocho puntos del Mallorca en cuatro jornadas y puede encarrilar la salvación en Son Moix

29 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuatro jornadas lo han cambiado todo para el Celta, que tenía señalada la salida a Mallorca como un encuentro clave en su lucha por la permanencia y que ahora adquiere la etiqueta de final, pero con red. Porque mientras los vigueses han sumado ocho puntos desde el regreso del fútbol los bermellones solo empataron un partido, lo que traducido a la tabla clasificatoria significa ocho puntos de margen para los vigueses, que si mañana empatan o ganan en Son Moix, habrán encarrilado la permanencia con cinco jornadas de antelación. Algo impensable después del partido inaugural ante el Villarreal.

La temporada pasada, a estas alturas, el Celta era décimo séptimo con 32 puntos y solo uno de margen con respecto al Valladolid, que estaba en descenso con 31, cinco más que los baleares en la actualidad. Al final de campaña, tanto vigueses como pucelanos huyeron de la quema al aprovecharse de la caída libre del Girona, que en la misma jornada 32 tenía 34 puntos, tres de margen con la zona roja.

El colchón del Celta ahora es mayor, por eso la contienda de mañana en Son Moix adquiere tintes especiales. Con ocho puntos de margen sobre el Mallorca y nueve sobre el Leganés, los vigueses darán un brinco casi definitivo si empatan o ganan en territorio balear. En la ida en Balaídos empataron a dos goles y el golaveraje general es muy favorable al equipo celeste (-6 frente a -23), una situación que se repite con los pepineros (-21).

Porque hasta la fecha el Celta es el quinto equipo de la liga en una clasificación post pandemia y el primero, conjuntamente con el Eibar, del pelotón de cola. Los de Óscar García Junyent suman ocho puntos (dos triunfos, dos empates y una derrota), la misma cifra que alcanza el Eibar, que supera a los vigueses en la tabla tras su victoria de ayer en Granada. El Valladolid sumó seis (una victoria y tres empates). Los de Pucela tienen un punto más, igual que el Alavés, y ambos están a tiro. Pero en la zona de descenso ni Leganés ni Mallorca saben lo que es ganar. Los pepineros arrancaron un par de empates y los baleares un único punto, en su última cita como locales ante lo de Javier Aguirre.

La diferencia de producción goleadora también resulta evidente. Mientras el Celta firmó nueve goles desde el regreso, el acierto bermellón se reduce a dos (uno al Leganés y otro inservible en San Mamés), mientras que por contra encajó nueve por tres del Celta. Los dos jugaron contra el Barça como locales y a mayores los de Vicente Moreno visitaron Valdebebas. Y los vigueses llegan al partido con cuatro jornadas sin perder y los locales con cinco sin ganar.

Pero los números y las rachas no sirven de nada cuando se trata de un partido definitivo. A los dos les irá la vida en la cita de mañana (19.30 horas). Porque el Mallorca se juega seguir enganchado a la pelea, y para eso solo le vale el triunfo. «La realidad es que nos quedan tres partidos en casa que no podemos fallar y después tendremos que sacar alguno fuera de casa. Sigo convencido y espero que los jugadores también», comentó el entrenador Vicente Moreno.

Para el Celta, la contienda puede suponer dar casi carpetazo por la vía rápida a un objetivo que se había puesto complicado. Además, en el caso vigués, la final tiene red. Una hipotética derrota le dejaría tocado y con la necesidad de sacar dos partidos más adelante, pero en absoluto le devolvería a la casilla de salida en la que estuvo tanto tiempo.

Además, el Celta reservó jugadores pensando en la cita. Rafinha y Murillo solo jugaron la última media hora ante el Barcelona el sábado y Olaza no entró en la convocatoria.