Y el lateral izquierdo fue para Jacobo, extremo diestro del filial

GRADA DE RÍO

Irina R. H. / AFP7 / Europa Pres

El futbolista del Celta B fue la gran sorpresa del once frente al Barcelona

28 jun 2020 . Actualizado a las 10:03 h.

Las bajas de los zurdos, los problemas físicos y la necesidad de administrar esfuerzos obligaron a Óscar García a retocar sustancialmente el once inicial. Se decantó por un sistema al que ha recurrido en muchas ocasiones, el de tres centrales, si bien con una elección con la que nadie contaba: la ubicación de Jacobo en el lateral izquierdo. Es uno de los jóvenes valores que se está fogueando en el filial, pero allí se desenvuelve preferentemente como extremo derecho o por el frente de ataque. Y lo cierto es que cumplió un partido más que correcto.

Messi se fue despegando de su flanco derecho para irse más hacia el centro y dejó muchos metros a Semedo, que se incorporó con frecuencia por ese costado. Y por ahí fue por donde más insistió el Barça en la primera media hora. El centrocampista más volcado hacia ese lado, y el que tenía que ejercer como primer tapón, era Denis Suárez, que se significa más por su talante de armador que por su vocación de destructor. Se pudo ver en el segundo gol del Barça, y muy al final en la acción en la que le sirve un balón de oro a Nolito que hubiese supuesto el delirio en Balaídos.

Sin cambios en el descanso

En el descanso calentó Fontán, quien en los días previos se perfilaba como el sustituto natural de Lucas Olaza, pese a que se trata de un central. No obstante, también se adapta al carril izquierdo.

Óscar García prefirió redoblar su apuesta por el once inicial y no movió ni las piezas ni el dibujo, si bien el equipo salió más decidido en la presión y en la búsqueda de la portería de Ter Stegen, más valiente.

El gran mérito de Jacobo estribó en evitar los experimentos y no dejarse llevar por su vocación ofensiva. Estuvo muy pendiente de no perder la posición, de tapar y de hacer fácil lo fácil. En la segunda mitad, en la que el Celta dio un paso al frente y jugó más lejos de su área, en algún momento se incorporó al ataque. Pero, de nuevo, atento a volver.

En el minuto 80 Óscar García hizo su último movimiento de pizarra, obligado a meter más leña en la caldera. Retiró a Jacobo, Jorge Sáenz pasó al lateral y entró Santi Mina. Cambió el sistema de tres centrales por una línea de cuatro atrás.

Juzgar a toro pasado siempre es más fácil, pero de lo que no cabe duda es de que el técnico celeste asumió riesgos en su apuesta, demostró que también está al tanto de las opciones que ofrece la cantera y estuvo muy cerca de llevarse el premio gordo.