El Celta refuerza su plan

Julio Álvarez- Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

Óscar Vázquez

29 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta crece, madura su apuesta futbolística, renueva a su técnico y además está de dulce, en la ola de la dinámica positiva. El equipo vive ese momento en el que al buen hacer de jugadores y técnicos se le unen las circunstancias, ese momento antagonista al de las rachas negativas que en fútbol a veces se puede explicar y otras no. Dinámicas distintas las que se enfrentaban en Balaídos, el resurgir de los celestes se contraponía con las dudas de un rival que no estaba en su mejor momento y que lo demostró. El resultado final importante, porque además del valor y prestigio del punto sumado, refuerza el optimismo de una afición y un equipo ávido de buenos momentos.

La lógica celeste imponía dar descanso a la mayoría de sus principales activos con vistas al partido de Mallorca y el Celta planteó un partido para competir en positivo, es decir de menos a más, guardando sus principales bazas para el último tercio de partido con el objetivo de sorprender a un rival con a posteriori demostró menos soluciones en el banquillo que los celestes para dar ese vuelco al partido.

Óscar volvió a demostrar que sabe cómo jugarle al Barça y que sabe adaptar las prestaciones celestes al ejercicio de minimizar los puntos fuertes del rival. No sorprendió por tanto el cambio de sistema celeste tratando de reforzar los espacios interiores y asegurando la presencia defensiva de dos carrileros pendientes de las ayudas al centro y de las incorporaciones de los profundos laterales rivales. El Celta sin arriesgar en la presión jugó con el repliegue en función del ataque del rival y bien es cierto que pudo llegar al minuto 20 con el partido sentenciado en su contra. Pero este Celta se ha empeñado en revelarse contra los pesimistas pronósticos del regreso del confinamiento y cada partido que pasa suma sensaciones positivas. Lejos de amilanarse los vigueses lanzaron dos contras que dejaron al Barça dudando y que fueron el prólogo de un empate que se mascaba.

Pero el entrenador vigués tenía un plan. Coincidiendo con la triple entrada en el campo de Rafinha, Bradaric y Nolito, el Celta dio un paso adelante y se plantó en el campo del rival con una presión alta que nos recordaba a la primera declaración de intenciones de Óscar el día de su debut en el Camp Nou. Con Aspas y Nolito sobre centrales, Bradaric saliendo a por Rakitic y el resto de jugadores defendiendo en campo rival el Barça no tenía el balón como acostumbra y sufría con los espacios que dejaba a sus espaldas tras las pérdidas de balón y eso igualó a los dos equipos.

El gol visitante, de 9 de área, provocó la última vuelta de tuerca. A falta de 10 minutos las decisiones se toman desde los banquillos. Óscar tira de Mina por el debutante Jacobo y Suárez, el más activo entre los visitantes, dejaba el campo por Griezmann. A partir de ahí el valor de los buenos planes quedaron en manos de los jugadores y del juego, algo que se certificó en el último arreón celeste capaz de desarbolar a un rival superado por sus circunstancias.