Gol del laboratorio de porteros

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El moañés marcó por tercera cita consecutiva, en esta ocasión de una falta analizada por los preparadores de los guardametas, ya suma 12 y busca su cuarto pichichi estatal

28 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Iago Aspas ya está en modo velocidad de crucero. Le costó arrancar tras la pandemia, pero ayer firmó una segunda parte soberbia, interviniendo en el primer gol del Celta y marcando el segundo. El de Moaña ya suma 12 goles en liga e iguala por el pichichi español con Gerard Moreno, que hoy jugará con el Villarreal ante el Valencia. Si consigue su cuarto entorchado sería el primero en hacerlo desde los tiempos del mítico Quini (1978-1982).

El capitán del Celta desveló como se había gestado en gol en el laboratorio del Celta. «Tenía claro tirar por ahí. Habíamos visto vídeos y les doy las gracias. Se veía que saltaban», explicó mientras le daba las gracias a Nando Villa y a Gael Potti, los dos preparadores de porteros que trabajan con el primer equipo.

Fue una falta al borde del área. A menos de un metro tras una caída de Rafinha. Denis y Iago se pusieron a la par del balón y el diez asumió la responsabilidad, pero lejos de enviar el balón por encima de la barrera para buscar el ángulo, lo hizo por abajo y encontró el hueco preciso para convertir a Ter Stegen en una estatua sin opción a reaccionar. Un gol parecido al que consiguiera el propio Aspas en el Molinón ante el Sporting la temporada de la doble semifinal y una suerte que Messi, ayer en el bando contrario, también ha ensayado en varias oportunidades.

Aspas celebró con rabia el tanto como si el desértico Balaídos tuviera vida. Se fue al suelo, igual que el día de sus dos mágicos goles al Alavés, y del mismo modo se sacó la camiseta. Era su primer gol no de penalti desde que volvió de la pandemia, el tercero en otros tantos partidos tras errar la pena máxima de Pucela.

Un lance de felicidad que no impidió decir que se marchó del partido con un regusto amargo: «Por un lado es un punto contra el Barcelona en nuestro campo, creo que lo hubiéramos firmado todos antes del partido. Viendo esa última ocasión y cómo hemos estado en los minutos finales, queda la espina de haberlos podido matar», sentenció.

A partir de ahora, Iago Aspas tiene un doble reto por delante. El primero, certificar la salvación cuanto antes. «Con no perder en Mallorca tendremos muchísimas papeletas de salvarnos. La primera piedra del proyecto empezó con Miñambres, luego con el cuerpo técnico y entre todos tenemos que tratar de hacer un gran plantel para pensar en más. Jugadores, visto lo visto, tenemos buenos peloteros», finalizó.

La segunda es el pichichi nacional que puede revalidar por cuarta temporada consecutiva. Ayer igualó los 12 goles que lleva el amarillo Gerard Moreno, que hoy juega su partido. Lucas Pérez (Alavés) y Roger (Levante) también están en la pelea. Todos ellos le llevaban la delantera al moañés, pero por tradición las últimas jornadas de Aspas suelen ser demoledoras.