Los conselleiros refuerzan el discurso de Alfonso Rueda, que busca afianzar su estilo

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Feijoo felicitando a Rueda tras su discurso
Feijoo felicitando a Rueda tras su discurso XOAN A. SOLER

Sus compañeros de partido dieron buena nota a su intervención de investidura y vieron «sólido y solvente» al futuro presidente de Galicia

11 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Alfonso Rueda pronunció ayer el discurso «máis importante» de su carrera política, el de la metamorfosis de número dos de la Xunta en presidente de Galicia. Su voz sonó con más aplomo que en los mítines de su campaña interna por Galicia, pero en algunos momentos tembló, un indicio de que la transformación aún no ha finalizado. Rueda se emocionó en dos ocasiones: al recordar a Valeriano Martínez, el exconselleiro de Facenda fallecido el pasado octubre, y al final, cuando se comprometió a darlo «todo» al servicio del pueblo gallego. Fue en esos dos tramos, al principio y al final, cuando más se evidenciaron los nervios, pero apenas registró errores de lectura.

Porque Rueda leyó. Él mismo afirmó que tendría que hacerlo, por recomendación de su equipo y de algún amigo, cuando anunció su candidatura a la presidencia del PPdeG ante sus compañeros de Pontevedra. Aquel día improvisó largos tramos del discurso y, emocionado, se trabó varias veces. En la campaña interna se le vio cada vez más cómodo, incluso intercaló algunas bromas en sus mítines, y sin renunciar por completo a improvisar, se ayudó de tarjetas. Ayer sus compañeros de partido lo vieron «sólido», «solvente», «muy presidente» y a veces «un poco demasiado rápido». Su entorno considera la prueba más que superada.

«Tampouco son, nin podo, nin intentarei ser Feijoo», dijo Rueda, y la diferencia entre ambos se notó en el discurso. El estilo del futuro presidente es conciso. Empleó casi siempre frases cortas, construidas con la estructura clásica de sujeto-verbo-predicado que, según se dice, Napoleón exigía a sus generales para evitar confusiones. Esa concisión se tradujo en un parlamento de poco más de una hora. Feijoo superaba en ocasiones las dos horas y, sin llegar al estilo parabólico de Xosé Manuel Beiras, empleaba a veces estructuras más barrocas.

Los discursos de la campaña interna estuvieron marcados por los llamamientos a trabajar en equipo. Rueda recurrió varias veces a una metáfora ciclista, un deporte que practica, definiéndose como la persona elegida para tirar del grupo, pero insistiendo en que esa labor es imposible si el «pelotón del PP» no le acompaña. Esa petición de carácter interno no tenía sentido ayer, pero sus efectos sí estuvieron ahí. Los anuncios relacionados con las consellerías trufaron su discurso. En el partido se interpretó como una señal de que sus responsables ya trabajan para el nuevo presidente, y quieren seguir haciéndolo en el futuro.

Esas referencias al equipo, quizá derivadas de la práctica deportiva, se ampliaron a otros partidos cuando citó frases de todos sus predecesores en el cargo. También hizo referencias a la juventud de Galicia, que estará «no máis alto» de sus prioridades. Cuenta, señalaron desde San Caetano, con dos asesoras directas: sus hijas adolescentes.

El discurso fue distribuido con una portada ilustrada con un mojón del camino de Santiago. Antes de ser responsable de Turismo, hizo la ruta diez veces, dicen en su entorno. La experiencia lo marcó, y las referencias a la peregrinación fueron habituales en su campaña interna y ayer, cuando dijo: «Cambia un dos camiñantes, pero o camiño continúa»; y: «A carón da nosa xente, eu serei un camiñante máis».