La patronal del transporte logra un acuerdo con el Gobierno y desconvoca la huelga de la próxima semana

ECONOMÍA

Tomás Alonso | Europa Press

El paro, que estaba previsto para los días 20, 21 y 22 de diciembre, amenazaba con paralizar la economía y provocar importantes desabastecimientos en los días previos a la Navidad

17 dic 2021 . Actualizado a las 23:07 h.

Apurando los plazos. Cuando el calendario solo dejaba un margen de dos días para lograr desbloquear la situación, finalmente la patronal del transporte ha logrado llegar a un acuerdo con el Gobierno para desconvocar la huelga prevista para los días 20, 21 y 22 de diciembre. A través de un comunicado, enviado pasadas ya las diez de la noche, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) anunciaba el desbloqueo de una situación que en las últimas semanas se había recrudecido y que mantenía en vilo a empresas y consumidores del país. Veían con temor que las fechas se acercaban y que el paro podía conducirles a todos a un desabastecimiento generalizado en una de las épocas de mayor consumo del año.

Los camioneros pedían poner remedio a algunas de las históricas demandas del sector. Y a la vista del resultado, gran parte de ellas han logrado el apoyo del Ejecutivo. En el texto destaca la prohibición de la participación del conductor en las operaciones de carga y descarga, «una reivindicación histórica del sector en beneficio de las condiciones laborales de sus trabajadores». No es la única batalla que han ganado los transportistas. Porque también se ha conseguido reducir a la mitad los tiempos de espera a partir de los cuales el transportista tendrá derecho a una indemnización, así como el trato a dispensar a los conductores en los centros de carga y descarga. 

La cuestión económica era otra de las demandas que habían puesto sobre la mesa. Porque, advertían, con la subida que estaban experimentando los combustibles, muchos se veían abocados a trabajar a pérdidas. En el nuevo texto pactado con el Gobierno, la patronal ha conseguido el compromiso de incorporar «de forma imperativa» en la Ley, la cláusula de estabilización del precio del gasóleo en los contratos de transporte, sin posibilidad de que se produzca un pacto en contrario, una cuestión que provocaba hasta ahora situaciones de presión por parte de los clientes (en su mayoría grandes empresas) frente a los transportistas (un mundo copado por pymes y autónomos).

Aseguran desde CNTC que además de estas medidas, que habían marcado como unas líneas rojas a las que no estaban dispuestos a renunciar, se han logrado otros compromisos por parte del Ministerio, como la no implantación de peajes al transporte pesado sin el consenso del sector.  

Después de que se anunciara la desconvocatoria de la huelga, miles de empresa respiran tranquilas tras muchas semanas de incertidumbre. No en vano, estaba en juego una de las épocas más importantes para sus negocios y muchos ya temían toparse a las puertas de la Navidad con sus estanterías completamente vacías de productos de consumo masivo en estos días festivos.

El problema era mayúsculo. De hecho, desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) habían calculado, con cierta preocupación, cuánto podría suponer el paro previsto por los camioneros a las ya de por sí maltrechas cuentas de los autónomos. Según los números que manejaba el presidente, Eduardo Abad, el paro patronal ocasionaría unas pérdidas por valor de 3.600 millones de euros al pequeño comercio de toda España (168 millones si solo se tiene en cuenta al gallego). O lo que es lo mismo, los comercios de todo el país verían peligrar un 20 % de la facturación de todo el año. Son palabras mayores.

Con todos estos datos, el Gobierno se dio cuenta de que tenía un importante problema que atajar. Eso sí, desde el sector del transporte se criticaba lo tarde que habían reaccionado en Moncloa, que comenzaron a darse cuenta de la magnitud del paro unas pocas semanas antes de que llegara la fecha. El equipo de la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, se afanó durante semanas con el único objetivo de lograr un acuerdo. Fuentes cercanas a la negociación aseguraban estos últimos días que las posiciones parecían algo más cercanas y que de palabra se habían comprometido a cumplir con algunas de las principales exigencias. Pero el sector, extenuado por tanta promesa y poca acción, exigía que todo quedara plasmado por escrito.