Solo la Administración y las obras tiran del empleo en precampaña

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Evolución del empleo en Galicia
La Voz

Los contratos en el sector público y la construcción no compensan la sangría en los servicios, que provoca la pérdida de 114.300 ocupados en tres meses

24 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No es el primer trimestre del año terreno fértil para el mercado laboral. Por octavo ejercicio consecutivo, la economía española destruyó empleo entre enero y marzo. En concreto, se perdieron 114.300 puestos de trabajo, hasta dejar el total de ocupados en el país ligeramente por encima de los 17,45 millones de personas, según la encuesta de población activa (EPA) publicada ayer.

El dato tiene muchas sombras, que siembran dudas sobre el vigor de la recuperación económica, pero también algunas luces. Las principales: se trata de la menor caída en este período desde el 2008 y, desestacionalizado el dato (esto es, corregidas las diferencias de días laborables respecto al año pasado), la ocupación pasaría de caer un 0,65 % a crecer un 0,4 %.

La pérdida de puestos de trabajo va acompañada, paradójicamente, de una reducción del desempleo, que cayó en 13.100 personas el trimestre pasado, lo que sitúa el número total de parados en 5.444.600. Sin embargo, la tasa de desempleo se eleva en siete centésimas, hasta el 23,78 %, una contradicción motivada por la caída de la población activa en 127.400 personas, que abandonaron, temporal o definitivamente, el mercado laboral.

El bache del primer trimestre se explica, fundamentalmente, por el ingente peso en la economía española del sector servicios, que destruyó 135.400 empleos tras finalizar los contratos de la campaña navideña. Tampoco vinieron bien dadas en la agricultura, con la peor cosecha de la aceituna de los últimos años, lo que entre otros factores llevó al sector primario a prescindir de 11.500 trabajadores. Pérdidas que no se compensaron con los puestos de trabajo creados en la industria (2.300) ni con los 30.300 que generó la construcción, que se vuelve a reivindicar como motor del mercado laboral en España.

Al resurgir del ladrillo y el cemento contribuye la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales, que también impulsa el empleo en el sector público, que dio trabajo a 29.200 personas entre enero y marzo, mientras que la empresa privada prescindió de 143.500 trabajadores.

Galicia pierde 143 empleos al día

En Galicia, que entre enero y marzo destruyó el doble de empleo que el conjunto de España -un 1,29 %, frente al 0,65 % del país-, el balance del primer trimestre del año se salda con la pérdida de 12.900 puestos de trabajo, 143 cada día entre enero y marzo, lo que vuelve a situar el total de ocupados por debajo de la barrera psicológica del millón (987.500).

Pero, al contrario de lo que ocurre en el resto del país, en la comunidad la pérdida de empleo viene acompañada de una subida del paro, que repunta un 4,5 % (el segundo mayor incremento autonómico, tras Baleares), hasta dejar el total de desempleados en 275.700 y la tasa en el 21,83 %, nueve décimas más que al cierre del año pasado. Eso sí, si se comparan los datos con los del mismo trimestre del 2014, en el último año el paro se ha reducido en 21.200 personas y la ocupación aumenta en 4.700.

En Galicia, solo la construcción creó empleo en el primer trimestre: 3.100 nuevos puestos de trabajo, frente a los descensos en servicios (13.400), industria (2.400) y sector primario (200).

Con menos ocupados, aumentan los hogares gallegos con todos sus miembros en paro, que son ya 94.900 -6.500 más que a finales del año pasado-. En España están en esa situación 1.793.600 familias.

El Gobierno se aferra a los datos del último año para lanzar un mensaje optimista

El Gobierno quiere ver el vaso medio lleno. Y por eso ayer dejó a un lado los datos del trimestre y se centró en la evolución del empleo en el último año. Bajo esa premisa, el presidente, Mariano Rajoy, aseguró que los datos son «buenos sin ambages» y permiten a los parados tener «más razones para la esperanza». A través de un vídeo, insistió en que la EPA «confirma la evolución cada vez más positiva de la economía», con «menos paro, más empleo y de mejor calidad». En este mismo argumento insistió la ministra de Empleo, que remarcó que en el último año se crearon más de medio millón de empleos.

Para los sindicatos, el descenso del paro es un dato «engañoso» dado al profundo retroceso en la ocupación. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, alertó de que «la recuperación no se asienta en bases sólidas», mientras que el líder de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, señaló que la pérdida de población activa demuestra que «la economía española se encoge cada vez más».

José María Acebeiro. Universitario. «Acabo de encontrar trabajo como camarero»

A sus 36 años, este vecino de Teo (A Coruña) con formación universitaria en gestión de bienes culturales, tuvo trabajo en lo suyo hace tres años, en un museo. Desde entonces, su peregrinaje por el mercado laboral ha sido un calvario. Ahora ha encontrado un trabajo en un restaurante para los meses de la temporada de verano. «Acabo de conseguir empleo como camarero para trabajar con una jornada de seis horas diarias en la que nos pagan solo por hora», admite resignado. Y agrega: «El empleo que se puede encontrar es muy precario, en condiciones muy malas, pero es lo que hay: para ganar 600 euros como mucho, y eso no da para vivir».

Miguel Soto. Operario de almacén. «Es la primera vez que tengo que cobrar el paro»

Miguel Soto es uno de los 163 trabajadores de Pórtico que lograron mantener su puesto cuando el primer ERE pasó la guadaña en noviembre del 2013. La entrada en liquidación de la firma ha terminado barriendo por etapas a toda la plantilla. «A mí me tocó en febrero. No es la primera vez que me quedo en paro, pero sí la primera que cobro prestación. Las otras encontré empleo casi al día siguiente», afirma.

Miguel Soto llevaba más de 15 años trabajando en Pórtico. Ahora tiene 40. Nunca se imaginó que aquella historia de éxito pudiera acabar así. «En estos dos meses he recorrido todas las ETT y he presentado cientos de currículos. La respuesta es siempre la misma: "ya te llamaremos". De momento, no lo han hecho», dice.

Sandra Pérez. Graduada en Turismo. «Dar con algo a jornada completa es difícil»

Trabajó mucho tiempo en el punto de información de Aena en Alvedro, hasta que hace dos años y medio se suprimió este servicio y Sandra Pérez se quedó en la calle. Desde entonces ha encadenado un sinfín de contratos temporales, «algunos en condiciones buenas y otros no. Algunos con un salario normal, pero donde era difícil encontrar una jornada completa. Las sustituciones que hice fueron a media jornada». El día 16 de abril terminó su último contrato, y aunque la van llamando bastante a menudo, «si junto todos los días que trabajo al año no son ni la tercera parte». A todo ello se une que a su edad, mayor de 45, «no es tan sencillo encontrar trabajo».

Ángel López. Prejubilado de ADIF. «Me han hecho varias ofertas de empleo»

A Ángel López le cuesta ver en el día a día «esos datos de recuperación de los que habla la prensa. Habrá que ser optimista, no nos queda otra». Técnico de montajes eléctricos y telecomunicaciones, lleva nueve meses en paro, acogido al ERE de Renfe-Adif, donde trabajó durante 41 años. A un pie de entrar en la jubilación, López puede presumir de que en estos meses sin trabajo «me han llamado varias veces para ofrecerme empleo. Si quisiera podría tener trabajo, pero me acogí a este plan de prejubilación». Considera que hay que priorizar los contratos para los jóvenes, «sin menoscabo de la gente mayor, que puede hacer una labor de ayuda. Nos pasó a todos».

Domingo Busto. Parado de Lugo. «Non desisto de atopar outro traballo»

Domingo, con 59 años, se quedó en el paro a principios del 2015. La panadería para la que trabajaba, Majufer, que se encuentra en concurso de acreedores, cerró y dejó al personal con salarios pendientes de tres meses. Domingo confía en encontrar un empleo, después de 25 años trabajando en la misma profesión y con la experiencia adquirida como panadero y como repartidor. «Antes non había moito problema, pero entrou tanta xente de fóra nas panaderías que non sei como será a cousa. Malo será». Desde que se quedó en el paro recibió una oferta para repartir pan en una empresa de A Terra Chá. No lo aceptó porque necesitaba comprar una furgoneta.