Se acabó la recesión

Mercedes Mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El Banco de España certifica un crecimiento del 0,1 % tras nueve trimestres de deterioro

24 oct 2013 . Actualizado a las 09:54 h.

«Las estimaciones realizadas a partir de la información coyuntural disponible apuntan a que, en el período de julio-septiembre, el PIB pasó a crecer un 0,1 %, en tasa intertrimestral, tras nueve trimestres consecutivos de descensos». Con esta frase, un tanto enrevesada, fiel al grandilocuente lenguaje de los organismos supervisores, certificaba ayer el Banco de España la muerte de la recesión más larga y penosa de nuestra historia reciente. Desde la llegada de la democracia.

No fue ninguna sorpresa. Los miembros del Ejecutivo, incluido el presidente Rajoy, llevan semanas aireando ese ansiado final, dentro y, sobre todo, fuera de las fronteras patrias. No son los únicos. Los mercados también lo han hecho. A su manera, sin tantos aspavientos.

Hace ya algunos meses que los inversores han vuelto a posar sus ojos en España. Están baratas las cosas aquí. No parece, como hace un año, que el euro vaya a saltar por los aires, dinamitado precisamente por España. El país está haciendo los deberes. La cuentas empiezan a cuadrar. Los llamados países emergentes pierden fuelle. Y, en Estados Unidos, los manguerazos de la Reserva Federal tienen los días contados. Blanco y en botella. Hay mucho dinero buscando cobijo y España parece un buen refugio. Quizás no el más seguro, pero sí uno muy apetitoso.

De ahí que el dinero esté «llegando por todas partes» como aseguró hace unos días Emilio Botín. No hay más que echarle un vistazo a la Bolsa o a la deuda para cerciorarnos del interés que estamos despertando. Ese que no podemos «ni imaginarnos», según el presidente del Banco Santander. La española lleva a gala ser la bolsa que más alegrías ha proporcionado a sus fieles en lo que va de año. El Ibex atesora una ganancia de algo más del 20 %. No es poco. Y la prima de riesgo se mueve ahora en el entorno de los 240 puntos. Nada que ver con los casi 650 del verano pasado.

Con todo, y pese a esa más que evidente mejoría, uno y otra están lejos, muy lejos, de sus mejores momentos. El Ibex de los casi 16.000 puntos de noviembre del 2008; y la prima, de los apenas diez puntos de comienzos de ese mismo año. Un motivo más para apostar por España.

Queda claro, pues, que la llamada economía financiera ya se ha puesto en pie. La otra, la real, la que le importa a los ciudadanos, todavía no ha levantado la cabeza. Una cosa es que la recesión se haya acabado y otra muy distinta que salgamos de ella. Para lo último se necesita un crecimiento sostenido y potente. Y lo que hay sobre la mesa del Banco de España es de un avance del 0,1 %. Por no hablar de las previsiones del Fondo Monetario Internacional, que nos augura un crecimiento raquítico para lo que resta de década.

En definitiva, puede que los inversores barrunten el inicio de la recuperación, pero la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, sitiados por el desempleo, las rebajas salariales, las deudas y los recortes, ni la huelen. Queda el consuelo, dicen los expertos, de que los mercados van siempre varios pasos por delante. Lo suyo es adelantarse a los acontecimiento. A ver si aciertan.