Dietmar Hopp, el directivo más odiado del fútbol alemán, tras la vacuna para el coronavirus

Ignacio Tylko

DEPORTES

KAI PFAFFENBACH

El dueño del Hoffenheim, contrario a que los socios de los clubes alemanes se protejan de accionistas externos, financia CureVac, una biofarmacéutica líder en la lucha contra el Covid-19

18 mar 2020 . Actualizado a las 09:05 h.

Dietmar Hopp, principal inversor del Hoffenfeim, equipo que hasta la suspensión de la Bundesliga marchaba noveno en la clasificación, es una de las personas más poderosas del mundo, con una fortuna estimada en 5.300 millones de euros. También, uno de los tipos más odiados por todos los hinchas del fútbol alemán al ser contrario a la regla del 50+1 que permite a los clubes pretegerse contra inversores externos.

El villano, empero, puede convertirse en héroe mundial si se confirma que como uno de los personajes capaces de generar y distribuir la ansiada vacuna contra el coronavirus. Según ha publicado Dier Spiegel, además de ser el magnate de este club, Hopp también se encarga de financiar a la empresa CureVac, en vanguardia de la investigación para hallar una posible cura para el Covid-19.

Este multimillonario se ha ganado recientemente el odio de los seguidores, sobre todo los más radicales. Ha sufrido el repudio masivo liderado por los ultras del Bayern de Múnich y el Borussia Dortmund. La causa de este linchamiento, haberse mostrado en contra de esa cláusula que preserva a los clubes de los magnates, dándole a los socios la posibilidad de controlar la mayoría de los votos a la hora de tomar decisiones.

«Hopp rompe su palabra, hijo de p...», se leyó en una de las banderas desplegadas en el sector visitante del encuentro correspondiente a la 24ª jornada de la Bundesliga entre el Hoffenheim y el Bayern Múnich. Curiosamente, esa protesta de los ultras contra el dueño del Hoffe desencadenó en una inédita determinación de los futbolistas, que decidieron no «lastimarse», es decir, dejarse llevar sin competir, durante el cuarto de hora que restaba para el final del choque.

Ahora, resulta que Hopp es uno de los máximos accionistas de una compañía biofarmacéutica con sede en Tubinga que, según la prensa alemana, estaría en la última fase de búsqueda de la ansieda cura contra el coronavirus.

Der Spiegel llegó a revelar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaba interesado en adquirir esta vacuna. Sin embargo, este extremo fue desmentido por el ministro federal de Economía de Alemania, Peter Altmaier.

Posteriormente, el New York Times destacó que Hopp no estaba interesado en vender la posible cura ya que quiere que la vacuna «no solo ayude a la gente de la región sino también solidariamente a lo largo y ancho del mundo».

«Queremos desarrollar una vacuna para proteger y ayudar a pacientes de todo el mundo y no para países individuales. Tenemos mucha confianza en que podremos desarrollar una vacuna potente en los próximos meses», aseguró en un comunicado la compañía CureVac. En tiempos de fake news, cualquier avance hay que recogerlo con máxima cautela.