Rumbo al sur, pero con retraso

Antonio Sandoval Rey A CORUÑA

A CORUÑA

La mayoría de los charranes comunes están ya en aguas africanas

28 oct 2019 . Actualizado a las 11:22 h.

COLONIAS EN EL NORTE

La mayor parte de los charranes comunes que migran por el mar de Galicia provienen de colonias en Escandinavia, Islas Británicas o Países Bajos.

SALTO DE RANA

Así se llama la estrategia migratoria de las diferentes poblaciones de esta y otras especies de aves: las que crían de más al norte invernan más al sur, y las que lo hacen más al sur de Europa lo hacen sobre todo en el norte de África.

Ha escogido un tramo muy concreto de la playa de Santa Cruz para zambullirse entre las breves olas de hoy. Una y otra vez, como un dardo alado y gris, prueba su puntería con pececillos que solo él parece ver.

Lo observo acodado en la balaustrada del paseo marítimo. Aunque sus picados no se corresponden con disposición creativa alguna, sino con un apetito a todas luces feroz, la elasticidad con que vuela, traza sus quiebros, encoge las alas para arrojarse al agua, emerge de la superficie aún rota de esta y se eleva sacudiéndose gotas, para empezar otra vez, me tiene tan fascinado como cuando contemplo una exhibición de coreografía.

Acaba de capturar algo brillante que ha desaparecido con urgencia pico adentro. Bien por él. Falta le hace alimentarse, si como el resto de los suyos tiene claro que debe largarse cuanto antes de esta latitud.

Instrucciones instintivas

Es un ejemplar joven, nacido este año y por tanto con pocas horas de vuelo. Aun así, las instrucciones de lo que debe hacer con su vida están escritas con letra bien clara en su instinto: volar al sur antes de que los días se acorten aún más.

Son pocos los charranes comunes que en estas fechas pasan todavía por nuestro litoral rumbo a las costas de África occidental. Desde finales de julio, y sobre todo en agosto y septiembre, infinidad de bandadas de ellos, como pequeñas caravanas de nómadas, han venido cruzando sobre las olas de nuestra plataforma continental.

Este otoño, como tantos otros, he tenido oportunidad de contemplar y contar muchas de ellas desde el cabo de Estaca de Bares. Alguna he visto también desde el paseo marítimo de O Portiño.

Páginas sobre el mar

Cada uno de esos grupos viajeros, como los de otras aves, se ha llevado consigo un diminuto pedazo de mí que aún me cuesta identificar, a pesar de tantos años estudiando y contemplando sus migraciones. Es algo parecido a cuando vas pasando las páginas de un libro que ya has leído varias veces, pero que siempre te conmueve de manera muy especial. Aunque deseas que perdure, se acabará. Hasta que lo retomes de nuevo, nunca sabes dentro de cuánto tiempo.

Si este fuera el último charrán común que veo este año, el próximo acaso no lo tenga ante mí hasta la primavera, cuando regresan hacia el norte. Aunque lo cierto es que en esas fechas pasan muy rápido y lejos de la costa... Quizá, entonces, no vuelva a ver uno hasta el verano que viene.

Hasta el golfo de Guinea

Espero que este se sienta fuerte y con buen ánimo para acometer las próximas semanas los sucesivos tramos de viaje que le lleven frente a Portugal primero, luego frente a Marruecos y finalmente hasta el golfo de Guinea o el extremo sur de ese continente.

Pesca

Por el momento, el charrán común sigue a lo suyo. También yo. Le miro y voy pescando sensaciones. Él me ignora y va capturando a zambullidas pequeños peces. En su obstinación reconozco el mismo apetito por vivir que me mantiene a mí aquí, tan entretenido observándolo. Espero que no olvide que va con retraso. Como yo, que ya tenía que estar entrando en una reunión.