Carlos Álvarez, presidente de Geosen: «El patrimonio geológico no es renovable»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

CEDIDA POR CARLOS ÁLVAREZ

LA ENTREVISTA DE DOMINGO | «Es una barbaridad poner un eólico junto a un penedo», asegura este geólogo, que aborda diversas cuestiones de actualidad

11 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Geólogo por la Universidad Complutense de Madrid, la trayectoria profesional de Carlos Álvarez García (67 años) ha abarcado casi todos los palos de esta disciplina: explotación de hidrocarburos, obra pública, riesgos geológicos, geotermia, explotación minera, hidrogeología.... Ya jubilado, ahora preside Geosen, una entidad sin ánimo de lucro de la que forman parte geólogos ya retirados con el objetivo de difundir y promover el conocimiento de esta ciencia. Excursiones, conferencias en las facultades y diferentes actividades son promovidas por esta asociación, que ha mostrado su apoyo al proyecto del Geoparque Costa da Morte y a la reivindicación de no instalar eólicos en el entorno de los Penedos de Pasarela.

-¿A su parecer se habla lo suficiente de geología en el momento actual?

-Para nada, necesita bastante más visibilidad. La geología es una forma de entender el paisaje y la historia de la tierra, y es fundamental para que todos los chavales comprendan el origen de todos esos elementos que les rodean: los valles, los bosques, los montes, las playas...

-Entender al patrimonio también incita a protegerlo. Mucho se habla estos días de los proyectos eólicos y de su impacto en el paisaje.

-La energía es renovable, pero el patrimonio geológico no lo es. Aquello que se destruye no se puede recuperar. Por eso desde Geosen hemos defendido la creación del Geoparque Costa da Morte, así como que no se instalen aerogeneradores en los Penedos de Pasarela y Traba.

-¿Dónde está el límite? ¿La elección de energías limpias justifica la implantación indiscriminada de estas infraestructuras?

-Nuestra entidad es firme defensora de la transición energética, pero pensamos que no tiene sentido lo que piensan hacer. Ya no solo debería haber una compensación a los habitantes de esa zona, sino que debería facilitársele a los ayuntamientos la promoción de las rutas para ver las formaciones y la creación de un centro de visitantes. La entidad que presido para nada está en contra de las energías renovables, y de hecho pronto llevaremos a un congreso a Vitoria una reflexión ante el calentamiento global. Personalmente prefiero este término, calentamiento global, antes que cambio climático.

-¿Por qué motivo prefiere esa denominación?

-Porque a lo largo de la historia ha habido diferentes episodios naturales de cambio climático, pero lo que está ocurriendo ahora es un calentamiento global generado por la mano del hombre desde la revolución industrial de finales del siglo XXI.

-Un siglo es un período de tiempo insignificante para la historia de un planeta, y sin embargo el daño causado es enorme.

-Geológicamente es un período de tiempo insignificante, efectivamente. Ha habido calentamientos mucho mayores, pero el actual es muy espectacular por el corto período de tiempo en el que se produce.

-Volviendo al patrimonio geológico de la Costa da Morte, ¿tuvo la oportunidad de conocerlo en alguna ocasión?

-Pues he tenido la fortuna de apreciarlo desde el mar: Fisterra, Touriñán, Vilán, las islas Sisargas... Y ya más al norte Prior, Ortegal, Estaca de Bares... Conozco muy bien la costa gallega desde el mar, y desde allí he visto los generadores. Ahora hay en desarrollo una tecnología basada en la vibración de unos postes, sin hélices, que generan energía y que tendrían muchísimo menos impacto que un eólico.

-¿Qué hace a los Penedos de Pasarela y Traba tan especiales?

-Sus formas, desde luego. Bloques graníticos verticales coronados por formas antropomórficas y zoomórficas verdaderamente especiales. Son espectaculares: no se puede poner un generador al lado de un penedo, eso es una barbaridad.

-Reconocer oficialmente e impulsar el Geoparque podría ayudar a ahuyentar estos megaproyectos.

-Es una lástima que no esté reconocido, como el de Zumaia, en la costa vasca, el de Cabo de Gata o el de Las Loras, en Burgos. Hay que dejar claro que la legislación y la protección de estos lugares no impide el desarrollo de la vida normal de las personas que viven allí, pero sí previene la instalación de una central térmica, por ejemplo, o de un parque eólico.

-En el contexto actual han cobrado mucha importancia las actividades al aire libre y ha aumentado el interés por el aspecto paisajístico.

-Desde luego, son actividades que puede hacer toda la familia y que ayudan a conocer nuestro entorno.

-¿Qué presencia tiene la geología en los colegios?

-En los currículos educativos está totalmente abandonada y me da muchísima lástima que las ciencias naturales estén desapareciendo poco a poco de los planes de estudio.

-Con lo que se prestan al trabajo de campo...

-Así es, yo he tenido la oportunidad de ir con chavales y familias al campo y es impresionante. Lo primero que hacen es venirte con una piedrecita en la mano a preguntarte lo que es -lo típico cuando vas con un geólogo al campo [ríe]- y se quedan fascinados con la explicación. También preguntan mucho que si el agua o el petróleo están en lagos subterráneos y yo les explico que está en realidad impregnando las rocas, como un azucarillo sumergido en el café. Son conceptos que la gente no tiene demasiado claros y que es precisamente lo que explica el paisaje. Hay otras asignaturas, como la biología o la botánica, que a mi parecer también deberían enseñarse de ese modo, con salidas y trabajo de campo, para que los niños lo vean con sus propios ojos.