Dos décadas de un clásico de la hostelería de A Mariña: el Restaurante San Miguel

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

PEPA LOSADA

Celebra su aniversario, siempre con dos personas al frente, la pareja formada por el chef José Ramón Rodríguez y su esposa y jefe de sala, Mercédez Cansignia

31 mar 2022 . Actualizado a las 17:57 h.

Su nombre se relaciona desde hace dos décadas con el sinónimo de la calidad en la hostelería lucense. El Restaurante San Miguel de Ribadeo, ubicado en el puerto deportivo en una espectacular atalaya sobre la ría, con unas vistas espectaculares, está de aniversario. Celebra sus dos décadas de actividad. Ya va camino de los 21 años (los cumplirá en verano) pero la conmemoración se pospuso hasta ahora debido a la pandemia.

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El Restaurante San Miguel supuso un punto de inflexión, con un local y una cocina -de la mano del chef José Ramón Rodríguez- que se salía de lo que era habitual en A Mariña. Presentó, por ejemplo, un menú del día que incluía tres platos (el de ahora es de cuatro). Poco a poco fue ganando un prestigio que ya nunca ha perdido, apostando por la materia prima de proximidad, especialista en cocina de mercado, en pescados y mariscos que a diario llegan al San Miguel de las lonjas de la zona, además de la ganadería y caza. Y todo ello, con una excelente relación calidad/precio. No en vano, su clientela se ha convertido en su mejor embajador.

 «Abrir aquí fue un acierto»

José Ramón Rodríguez Iglesias es el gerente y jefe de cocina del Restaurante de San Miguel. Cuenta que el origen del establecimiento hay que buscarlo en un empresario de Cartagena, que adquirió el actual edificio, que era un antiguo local de hostelería abandonado, con el objetivo de convertirlo en su casa. La normativa urbanística condicionaba su proyecto así que, pasado un tiempo, contactó con José Ramón Rodríguez y le propuso entrar en sociedad y abrir un restaurante. Entonces José Ramón era el cocinero de otro referente gastronómico, el Restaurante Palermo de Tapia. «Nuestra idea siempre fue mantener el edificio con la estética original, apostando por la restauración del inmueble original de los años setenta. Cambiamos los colores y poco más. Estuvimos un año con las obras y abrimos».

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 Con José Ramón está -ha estado desde el primer momento- su esposa y compañera, jefa de sala, Mercédez Cansignia Alcocer. «Nuestra idea era ofrecer un servicio que entonces no había en Ribadeo, platos que no abundaban, mariscos y pescados diferentes, una paletilla de lechazo..», recuerdan. Con el San Miguel surgió un establecimiento en el que tanto podías comer un menú del día de 12 euros del año 2001, un punto por encima de lo que era corriente, como hacerlo a la carta por 200. Y siempre con la calidad por bandera. Ahora el menú del día cuesta 25 euros («los 12 del año 2001», razona José Ramón, e incluye cuatro platos, con dos aperitivos, postre de la casa, vino con denominación de origen -albariño, rioja, godello...- y café.

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José Ramón y Mercédez echan la vista atrás y concluyen: «Abrir aquí, en este lugar, fue un acierto. Ribadeo es de los mejores lugares que hay para este tipo de negocios, por su proyección turística. Estamos además muy agradecidos a la gente de Ribadeo, de A Mariña y Asturias».

«En estos veinte años la clientela siempre nos ha apoyado»

«De los 20 años que llevamos abiertos, camino ya de los 21, calculo que unos 16 los hemos pasado aquí, en el restaurante. Esta es una profesión de desgaste, vocacional, que te tiene que gustar porque exige muchísimas horas de trabajo para mantener un restaurante en una línea más o menos constante durante tantos años», apunta José Ramón.

¿Y compensa el sacrificio personal? «Sí, porque es lo que le gusta hacer», apunta Mercédez. Ambos son padres de una hija, que tiene 16 años: «Va para periodista, no creo que nos coja el relevo, aunque a mí no me desagradaría», señala José Ramón. Y añade: «Este trabajo es sacrificado, exige mucho de ti, mucha dedicación, pero lo más reconfortante es que han sido 20 años con una clientela que siempre nos ha apoyado, que siempre ha estado ahí, en los buenos y malos momentos. Hablo de la gente de aquí y de la de otras provincias y comunidades, mucha gente que nos llama diciendo: oye, que vamos a ir a Ribadeo, resérvanos sitio para comer».