El PSOE renuncia a defender en el pleno su plan de comprar los muelles de A Coruña

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, habla con su homólogo del PSOE, José Manuel Lage.
El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, habla con su homólogo del PSOE, José Manuel Lage. César Quian

Su abstención permitió la aprobación de una moción del BNG contraria a la adquisición de Batería y Calvo Sotelo que acordó con la Xunta y la Autoridad Portuaria

14 ene 2022 . Actualizado a las 09:34 h.

En julio, el gobierno local de Inés Rey propuso a la Xunta y a la Autoridad Portuaria comprar el 75 % de los muelles de Batería y Calvo Sotelo por 15 millones de euros. Ambas Administraciones dieron su visto bueno a la operación. Hoy, apenas seis meses después, el mismo ejecutivo local permitió con su abstención que el pleno aprobase una moción del BNG que le exige rectificar, ya que rechaza la adquisición de los muelles e insta a dedicar los 15 millones a los barrios.

Las mociones carecen de peso jurídico, pero lo tienen político. La que logró sacar adelante el Bloque, pese a tener solo dos ediles, contó con el apoyo de la concejala no adscrita de Podemos y los cinco representantes de la Marea.

El PSOE ha elegido a ese último partido como su socio único para aprobar los presupuestos de este año, y la portavoz de la Marea, María García, dejó claro que hay líneas rojas: su partido no aceptará ningún acuerdo que incluya el pago por los muelles.

Sus palabras siguieron a las del portavoz del BNG, Francisco Jorquera, quien había subrayado que el pago «non compete ao Concello» y reclamó «igualdade de trato» con Valencia y la cesión gratuita de los terrenos a la ciudad.

En la misma línea, Isabel Faraldo, la concejala no adscrita de Podemos, exigió a la Marea que aplique esas «liñas vermellas» en la negociación con los socialistas.

Pese a la unidad a su izquierda, al PSOE le habría bastado con votar en contra para que la moción cayese. Primero optaron por presentar una enmienda que la matizaba, pero no salió adelante, y cuando llegó la votación definitiva, dejó pasar la propuesta antes de chocar con sus socios presupuestarios de la Marea y el BNG. En su intervención, Juan Díaz Villoslada, titular de Urbanismo, confirmó que «non hai ninguna previsión» de invertir este año 15 millones en el puerto. Recordó a los grupos a su izquierda que en los acuerdos de investidura estaba previsto buscar soluciones para la deuda de Langosteira e hizo un llamamiento para llegar a un «gran acordo» sobre el futuro del puerto. Subrayó que esos pactos «chegarán», la duda es cuándo.

El PP, que preside la Xunta y el Puerto, también intentó sin éxito enmendar la moción del BNG y cuando llegó la votación definitiva se abstuvieron. Su voto habría impedido que prosperase, pero eso habría salvado el plan de un gobierno que no estuvo dispuesto a defenderlo con su voto.

Su portavoz, Rosa Gallego, criticó los «bandazos» de la alcaldesa, Inés Rey, a la que preguntó «¿qué planes tiene para el puerto? ¿Qué gestiones ha hecho para lograr la condonación de la deuda? ¿Por qué exigió comprar el 75 % de los terrenos y no otro porcentaje? ¿Cuánto piensa invertir en la urbanización?». Todas están por ahora sin respuesta. 

El futuro queda en el aire

El resultado de la votación es paradójico. En el pleno se impuso el criterio de una minoría más que absoluta, ya que a los ocho concejales de BNG (2), Marea (5) y Podemos (1) se podrían haber opuesto los 19 que suman PP (9) y PSOE (9), y la exconcejala de Ciudadanos, que se ha integrado en el gobierno local socialista. Pero el consenso que los dos grandes partido alcanzaron entre las Administraciones que gestionan no se repitió en el pleno.

Por lo tanto, los partidos que impulsaron la moción del BNG no tienen mayoría para llevarla a la práctica, y la abstención del PSOE indica que tampoco va a impulsarla. La financiación del puerto queda en el aire y su integración en la ciudad, pendiente.

El gobierno local informa: la ciudad «está funcionando»

Con solo un asunto de gestión en el orden del día —personarse en un proceso judicial—, el pleno arrancó con excusas suigéneris del «bipartito» que según Rosa Gallego gobierna María Pita. Iago Martínez, viceportavoz de la Marea, subrayó que si hay parálisis no es culpa de su partido ni de la negociación presupuestaria, y advirtió al PSOE que no cayese en la tentación de señalarles con el dedo. Por el lado socialista, el edil de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, tranquilizó a la parroquia. La pandemia, explicó, pudo ralentizar algunos asuntos, pero habrá acuerdos y proyectos: «Non teñan dúbida de que a cidade está funcionando».

Unas horas más tarde, al edil de Educación, Javier Celemín, se le cayó encima parte del escaño. «Vamos a tener que arreglar esto», pidió a la alcaldesa Inés Rey.

El incidente ocurrió cuando contestaba a una de las dos preguntas, afilás como navajitas de Taramundi, del BNG. Decía: «Vai iniciar o goberno municipal antes do remate do século XXI accións legais para recuperar a casa Cornide?». Celemín dijo que sí.

1.400 ayudas del Presco, listas

«Considera o goberno local que é fiable á hora de asinar acordos?» Fue la otra pregunta de Francisco Jorquera. Le respondió José Manuel Lage que se ven fiables. Pero no convenció a Jorquera, que le citó a Groucho Marx —«estos son mis principios, si no le gustan tengo otros»— para afearle supuestos incumplimientos.

Lage también contestó a dos intervenciones de Rosa Gallego. A una de ellas, referida a las célebres declaraciones del ministro Garzón sobre las macrogranjas, respondió con el censo de animales de granja en la ciudad: 2 gallinas, 3 caballos, cero cabras, nueve cerdos y 16 vacas en 6 explotaciones que cayeron a 11 y 4 granjas en el mandato del PP.

La otra era sobre el Presco del 2021. Lage explicó que ya han cobrado las ayudas 1.392 autónomos y pequeñas empresas. En total se han abonado más de 2,5 millones de euros y otros 600 beneficiarios cobrarán en próximos días.

Movilidad no ve viable la gestión directa del servicio

El concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, confirmó ayer que el gobierno local prevé licitar de nuevo la gestión del transporte público, cuyo contrato con la Compañía de Tranvías finaliza en el 2024. El edil rechazó la propuesta de la Marea, defendida también por BNG y Podemos, de que el Ayuntamiento asuma la gestión directa del servicio, aunque insistió en que la nueva concesión debe introducir mejoras en las líneas y su funcionamiento.