Estas terrazas se las rifan

María Garrido / Susana Acosta / Carlos Crespo

YES

Porta Faxeira. Santiago. Desde hace unos años son las terrazas más buscadas en Compostela por turistas y locales, porque está en una zona de tránsito entre el casco histórico, el Ensanche, la Alameda y el Campus. En realidad se trata de seis locales, cada uno con sus características, pero muy volcados al servicio al aire libre. El más veterano es el Cestaños, que hace esquina, y le siguen el Farggi, Candela, Tokio, Alameda y A Poda.
Porta Faxeira. Santiago. Desde hace unos años son las terrazas más buscadas en Compostela por turistas y locales, porque está en una zona de tránsito entre el casco histórico, el Ensanche, la Alameda y el Campus. En realidad se trata de seis locales, cada uno con sus características, pero muy volcados al servicio al aire libre. El más veterano es el Cestaños, que hace esquina, y le siguen el Farggi, Candela, Tokio, Alameda y A Poda. PACO RODRÍGUEZ

Con vistas o en pleno centro. Ha llegado el momento de tomar el sol sin tumbona, dejar que corra el aire y disfrutar de un buen refresco en buena compañía. Eso sí, tendrás que estar atento para coger mesa

03 abr 2022 . Actualizado a las 10:23 h.

Será porque la pandemia nos da un respiro, porque el cambio de hora nos alegra el día, porque Lorenzo se está portando y porque la primavera ya empieza a imponerse... O simplemente porque sí, porque hoy apetece... Por todos esos motivos y cualquier otro que se te pueda ocurrir, las terrazas cotizan al alza. Sí, no hace falta mucho más para ser feliz. Buena compañía, solete, respirar al aire libre y algo bueno para saborear. Y listo. El plan perfecto.

Así que si eres de los que te gusta disfrutar de los locales bajo el sol y que te dé el aire en la cara, toma nota de las terrazas con encanto que te presentamos. Algunas, con vistas al mar; otras son rincones que te reconfortan el alma. Pero todas ellas tienen un ambiente de lo más animado. Esto es lo que vas a encontrar en estos locales que YES te presenta para esta semana. Ya estás tardando en coger las cosas y salir. La calle está para disfrutar, para vivirla y saborearla. Lo de quedarte en casa ha pasado ya a la historia. Y se nota. Vaya si se nota. Eso sí, no te despistes para coger mesa

Terrazas mediáticas

El paseo puede comenzar por la que seguramente sea la zona de terrazas más mediática de toda España en los últimos tiempos y que le está quitando protagonismo hasta a la misma Catedral de Santiago. ¿Te has fijado alguna vez en las imágenes de recurso que utilizan las televisiones estatales para hablar de Galicia? Da igual que sea sobre la pandemia, del buen o mal tiempo, del turismo, de los mayores, delos jóvenes o de la gente que compra lotería de Navidad en verano. Porta Faxeira es nuestra calle Preciados, que en Madrid es el lugar más apropiado para acabar con un micrófono en la boca y dándole una opinión a un reportero de cualquier canal. ¿Y cuál es el encanto que tiene este lugar de tránsito entre el casco histórico compostelano, la Alameda y el Ensanche? Pues precisamente ese, que es el auténtico eje sobre el que pivota la vida de la ciudad, con una perfecta mezcla entre los locales, los foráneos o los universitarios. Salvo temporal, siempre hay gente en busca de todos los rayos del sol que concede Santiago. Porque esa es otra de las características de estas terrazas que, en rigor, se extienden a lo largo de la avenida de Figueroa y que cuentan con una buena exposición desde el mediodía hasta última hora de la tarde.

Hablar de un solo negocio sería injusto, porque en Porta Faxeira lo más importante y complicado es encontrar una mesa en las horas punta y siempre que solo se trata de tomar un café, caña o refrescos con un aperitivo. Si se busca algo más sólido, entonces sí que hay que afinar, porque no es lo mismo el Cestaños, que es el más veterano y ocupa la esquina más buscada; que su vecina cafetería Farggi, con más opciones para la merienda. Después vienen una serie de locales muy versátiles como el Candela, el Tokio, el Alameda y A Poda, que cierra esta peculiar lengua hostelera de esparcimiento con vistas al parque más emblemático de la ciudad. Tratándose de un tramo de calle de apenas 50 metros es fácil intuir que se trata de locales relativamente pequeños en su interior que fían casi toda su actividad a las terrazas, cuyas mesas, sillas y parasoles tienen una estética homogénea, una norma de obligado cumplimiento que ayuda para la foto pero que te obliga a estar atento para no liarse a la hora de pagar.

Mirando a la playa

JOSE PARDO

La terraza de O Alpendre, en la conocida playa de Doniños (Ferrol) es un rayo de sol. Porque en cuanto Lorenzo asoma la patita, Noel González, conocido por todos como Pichu, despliega las mesas y sillas de su conocida terraza. Sea invierno o verano. Porque este increíble paisaje no entiende de estaciones. Y así lleva desde hace 18 años. «Somos como los girasoles. Si es el típico día que llueve todo el rato, lo tenemos fácil porque no abrimos directamente. Pero si viene bueno abrimos porque ya sabemos que va a haber un montón de gente. Lo fastidiado es cuando te viene medio regular, que te llueve un pelín y después abre... Esos días son los más coñazo para nosotros porque no sabes muy bien qué hacer», comenta Pichu. Además de las vistas, en esta terraza triunfa la cocina sencilla, pero no por ello ausente de calidad. De hecho, recibieron el año pasado un sol Repsol por sus platos. «Para tomarse una hamburguesa con patatas, una ensalada rica o un bocadillo en un paraje inolvidable. La belleza de la playa alimenta el alma», explica la conocida guía sobre este chiringuito con personalidad.

«Todo muy sencillito y muy bien hecho. Vamos a lo básico y lo fácil. Tortilla, ensaladilla, croquetas y todo tipo de ensaladas, hamburguesas, bocadillos y sándwiches. No hacemos mucha filigrana. Vamos a lo básico, pero con calidad», comenta Pichu, que le gusta formarse para luego ofrecer su conocimiento a los clientes: «Tengo muchos cursos en el Basque Culinary Center, que ahora está muy de moda desde MasterChef, pero hace diez años que voy y siempre aprendo un poquito más año tras año».

Tampoco se complica con las bebidas porque prefiere ofrecer un buen servicio en las mesas antes que liarse con la coctelería y no dar abasto. Así, en esta terraza triunfan los refrescos, la cerveza y los combinados «normales»: «Cuando hay mucha gente, si tienes una carta un poco más rebuscada y complicada, no puedes dar un buen servicio. Por eso, vamos a lo básico total». ¡Pues que viva lo sencillo en esta terraza con magníficas vistas!

En Santa Cristina 

Brigantium Lounge Bar. Santa Cristina (Oleiros). Hace unos cinco años que Bautista Barral, heredero de la antigua Casa Barral, decidió hacer una gran reforma para abrir de nuevo este local emblemático de Santa Cristina en el que la terraza es la protagonista absoluta en cuanto el tiempo lo permite. «Se nota que la gente tiene ganas de salir y de terraza», dice el dueño de este establecimiento que tiene unas 20 mesas en pleno paseo marítimo, con vistas al mar y a la playa. Un lujo.
Brigantium Lounge Bar. Santa Cristina (Oleiros). Hace unos cinco años que Bautista Barral, heredero de la antigua Casa Barral, decidió hacer una gran reforma para abrir de nuevo este local emblemático de Santa Cristina en el que la terraza es la protagonista absoluta en cuanto el tiempo lo permite. «Se nota que la gente tiene ganas de salir y de terraza», dice el dueño de este establecimiento que tiene unas 20 mesas en pleno paseo marítimo, con vistas al mar y a la playa. Un lujo. MARCOS MÍGUEZ

Siguiendo esta ruta de terraceo, de Doniños nos vamos a la playa de Santa Cristina (Oleiros). El Brigantium Lounge Bar ofrece unas 20 mesas en pleno paseo marítimo de esta concurrida zona de Oleiros, que rápidamente se llenan. De día y si el tiempo acompaña, los clientes de este local viven prácticamente en la terraza. No es para menos, porque además de tener unas vistas fantásticas, se encuentra en una zona bastante abrigada. «Esta casa era ya de mis abuelos y luego fue de mis padres. Se llamaba Casa Barral. Desde su origen se montó y se dedicó a la hostelería, pero llevaba muchos años cerrada, alrededor de 15 o 20 años. Estaba muy deteriorada y la opción que teníamos era o deshacernos de esto o ponerlo a funcionar. Y opté por lo más difícil, ponerlo en marcha. Y así fue. Hicimos una gran reforma para adaptar el local a la normativa actual para poder abrir», comenta el dueño, Bautista Barral.

Además, este local también tiene un patio interior con unas diez mesas más que cuenta con un sistema de pérgola para que no te caiga encima ningún chaparrón imprevisto. «La temporada de terraza ya la notamos en el mes de febrero. Fue algo fuera de lo normal. Nos acompañó el buen tiempo y tuvimos fines de semana que parecía verano. De estar aquí muchas personas trabajando y no dar abasto, porque no es lo habitual en esa época del año», comenta Bautista, que dice que en cuanto hace un poco bueno, la terraza está a tope: «Se nota que la gente tiene muchas ganas de salir y de terraza. Dentro tenemos más capacidad, pero en el interior trabajamos más de noche, cuando ya fuera refresca un poco. Por el día, si el tiempo lo permite, todo es fuera».

Además, este local es un todoterreno y tanto sirve para tomar el aperitivo, algo a media tarde, comer y cenar. «Más que nada somos una cervecería. Un restaurante de tapas y raciones», comenta, aunque la oferta es de lo más variada. «Raxo, chipirones, calamares, lo que apetece a pie de playa... Langostinos a la plancha, zamburiñas, bacalao, mejillones, navajas, cazuela de marisco. También pulpo, tortilla, ensaladilla, empanada, croquetas...», comenta. Vamos, que te puedes poner las botas mirando el mar, mientras Lorenzo aprieta de lo lindo. Aunque de toda esta oferta, si hay un plato que triunfa por encima del resto, es el raxo. «Es la especialidad. Sin duda. Lo hacemos con queso del país y se vende mucho. También, los chipirones y el pulpo», dice. Pues nada, solo hay que dejarse caer para probarlo. Eso sí, con el mar y la playa de Santa Cristina de fondo. Un lujo.

Paraíso interior

A Dos Piñeiros. Cambados. En realidad no es una terraza sino una combinación de varias lo que ha dispuesto A dos Piñeiros en su jardín. La principal ocupa un espacio acristalado que se abre por completo en su frontal y en su techo. Otra, sobre el césped, ocupa parte del jardín bajo una gran jaima. Y otras tres más se ubican en cenadores privados, en coquetos rincones.
A Dos Piñeiros. Cambados. En realidad no es una terraza sino una combinación de varias lo que ha dispuesto A dos Piñeiros en su jardín. La principal ocupa un espacio acristalado que se abre por completo en su frontal y en su techo. Otra, sobre el césped, ocupa parte del jardín bajo una gran jaima. Y otras tres más se ubican en cenadores privados, en coquetos rincones. Martina Miser

Difícilmente podrá imaginar quien pase por delante de la casona de piedra que alberga A dos Piñeiros que en su trastienda alberga semejante paraíso. Lo que en su día fue la huerta y el jardín de la casa se han convertido hoy en una terraza con distintos espacios, ambientes y muy variadas posibilidades.

La terraza principal, anexa al restaurante primigenio, se encuentra ubicada en un espacio acristalado inundado por la luz. Una parte del techo conserva a la vista las vigas y la cubierta de madera. La otra, al igual que el frontal, se abre o se cierra por completo, propiciando, más allá de las condiciones meteorológicas, una confortable sensación.

Más allá de esta primera terraza, con capacidad para 70 personas, se abre el jardín. Una enorme jaima protege una zona con mesas para cien comensales, en la que también se ubica un espacio con hamacas y sillones. En su entorno, pequeñas carpas dan cobijo a otras mesas. La terraza se completa con tres cenadores privados, cada uno de ellos con capacidad para 12 personas. «Quisimos cuidar mucho la confortabilidad y la estética y por eso hemos evitado las sombrillas», explica Pablo Andrade, propietario del local.

Y es que A dos Piñeiros ha puesto especial mimo en cuidar los detalles de su terraza. En especial, la iluminación, que enfatiza cada espacio, creando ambientes de lo más acogedores. También sobresale el cuidado del propio jardín, con abundante vegetación y decoraciones florales y con rincones tan coquetos como el que se crea en torno al antiguo pozo del agua. En el conjunto de sus terrazas, A dos Piñeiros cuenta con capacidad para 170 comensales, lo que lo convierte en un espacio idóneo para la celebración de eventos. A ello hay que sumarle los dos comedores interiores y un pequeño reservado.

Aunque en sus inicios abrió como vinoteca y tapería, hoy, a todos los efectos, A dos Piñeiros funciona como un restaurante. Su propuesta culinaria se centra en la cocina tradicional gallega. Con algún leve toque de innovación pero sobre todo centrada en la calidad de la materia prima, especialmente de los mariscos, los pescados y las carnes, todos ellos, siempre que sea posible, de procedencia autóctona.

En cuanto a las elaboraciones priman las brasas, tanto en carne como en pescados. Otro de sus platos más demandados son los arroces, entre los que sobresale el de centollo y cigalas. La carta también cuenta con delicatesen como las navajas en tempura con salsa de piña y mango o el salteado de shitake con zamburiñas en marinera picante. Un consejo, sobre todo en verano, conviene reservar.