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La estela de «Angry Birds»

iker cortés MADRID / COLPISA

OCIO@

La industria del videojuego finlandés duplica su facturación y llega a los 1.800 millones

23 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La industria del videojuego finlandesa pasa por uno de sus mejores momentos. En el 2014 tuvo una facturación de 1.800 millones, un 100 % más que el año anterior, y dio empleo a 2.500 personas, en un país con 5,4 millones de habitantes. No es de extrañar, pues, que el Fun & Serious Game Festival, que se celebra del 26 de noviembre al 1 de diciembre en Bilbao, dedique su última jornada a estudiar el modelo finlandés.

No solo es una cuestión de cifras. Algunos de sus estudios han creado iconos casi tan reconocibles como el Mario de Nintendo que ya han entrado ya a formar parte de la historia del videojuego. Es el caso de los Angry Birds, de Rovio. Lanzada en el 2009, la franquicia aún se mantiene viva no solo porque desde el estudio siguen publicando nuevas entregas, niveles y spin-off, sino también porque han elaborado un rico universo con la cabeza puesta en el merchandising y el producto transmedia. Que Rovio Games pasara a llamarse Rovio Entertainment en el 2011 no fue casual. Y que se haya adentrado en el cine de animación da una pista de hacia dónde dirige sus intereses.

No tan relevante a nivel iconográfico pero mucho más exitoso es Clash of Clans (2012), un juego de estrategia y combate para móviles desarrollado por Supercell. El título, que continúa en el top 10 de la lista de juegos de iOS, generó unos ingresos de 871 millones el pasado año.

El precedente de Nokia

No es coincidencia que ambos ejemplos tengan como punto de partida el móvil. La presencia de un fabricante como Nokia, ya de capa caída, en el país, así como la alta penetración de esta tecnología han sido claves. De hecho, un 85 % de los estudios finlandeses -hay 300 compañías, de las que 200 se han establecido en los últimos 4 años-, están desarrollando juegos para, al menos, una plataforma móvil.

¿Las razones? Según Koopee Hiltunen, director de Neogames, la patronal del sector, «es un entorno fácil a la hora de desarrollar, con unos canales de distribución asequibles y unas herramientas muy desarrolladas. Además, la inversión inicial es pequeña».

Pese a que la crisis ha sumido a Finlandia en una importante recesión, la industria del videojuego no ha dejado de crecer. Consciente de lo que tiene entre manos, la Agencia Finlandesa de Innovación y Tecnología ha invertido 30 millones a través de Skene, un programa para incentivar la industria nacional.

La industria del videojuego en Finlandia también tiene casos de éxito, a menor escala, en las consolas de sobremesa. Remedy Studio y Housemarque, dos desarrolladoras con 20 años de experiencia a sus espaldas, son dos ejemplos notables. La primera dio vida a los dos primeros títulos de la serie Max Payne y se ha convertido en una de las desarrolladoras clave de Microsoft, con Quantum Break? para Xbox One. La segunda, en cambio, se está dedicando a nutrir de títulos PlayStation 4, con juegos como Resogun.