Los espaderos pagarán una cuota por tonelada para financiar sus macrocampañas de promoción
SOMOS MAR

La intención es desarrollar acciones estables que planten cara al salmón
24 may 2025 . Actualizado a las 04:45 h.Ya lo hacen socios de otras organizaciones interprofesionales, como la del porcino o la del lácteo, en la que los integrantes contribuyen con una cuota en función de su producción para financiar campañas de promoción o emprender otras acciones de investigación o formación que benefician al conjunto del gremio. Pero no lo hacía la única que hay del sector pesquero. Hasta ahora. Las organizaciones de la parte extractiva que conforman Interfish, la interprofesional que engloba a toda la cadena de valor de la tintorera, pez espada y marrajo, aportarán, por primera vez, fondos por cada tonelada de pescado desembarcado para financiar las campañas de promoción de sus productos.
Esto que ya cuenta con numerosos antecedentes, constituye «un cambio de modelo sin precedentes» en el sector pesquero, admiten las entidades que representan a los espaderos en un comunicado, en el que, además, definen la medida como una «apuesta estratégica por una promoción sostenida el tiempo de un producto de calidad, capturado por barcos con base en Galicia».
Así que las tres organizaciones de productores pesqueros (OPP) que participan en Interfish —Opromar, Burela y Orpagu, ya que la viguesa Opnapa ha dejado la entidad—, en el sexto cumpleaños de la interprofesional (en agosto será el aniversario), se han propuesto ahorrar para venderse. Y llevan haciendo peto desde el pasado 9 de mayo, que fue cuando la junta directiva de la entidad aprobó esa cuota por tonelada. Cada una aporta entre 5 y 8 euros por cada mil kilos, según la especie de que se trate. Las cuentas de la lechera dicen que, atendiendo al volumen de desembarcos del año pasado, a finales del ejercicio tendrán 200.000 euros bajo el colchón. A los que habría que sumar la parte que llega de las Administraciones, toda vez que la Xunta y el Ministerio de Pesca continuarán financiando las acciones promocionales. El sueño que les hará romper la hucha es tener lo suficiente para desarrollar «campañas estables» al puro estilo FROM, el desaparecido Fondo de Regulación y Ordenación de Mercados Pesqueros que parió aquel Pezqueñines, no gracias, eslogan que raro es el boomer que no recuerde.
Y si el FROM es el modelo, la fuente de inspiración para esta nueva etapa promocional está en el éxito noruego, convencidos como están de que «si otras especies foráneas, como el salmón, crecen en ventas pese a ser más caras [que, por ejemplo, el marraxo], es porque han sabido contar bien su historia». Y para historia la suya, la de los espaderos de Orpagu, Burela y Opromar: «Ha llegado el momento de contarla desde lo que somos: mar, cultura e identidad», señalan desde Interfish.
Así, aunque mantendrán las acciones ya iniciadas, como la campaña Conoce nuestros pescados protectores, que se centra en los beneficios nutricionales de marrajo, tintorera y pez espada, y en divulgar que las evidencias científicas demuestran que el selenio que portan neutraliza el mercurio que acumulan, los pescadores empezarán a poner caras y nombres a los protagonistas de esa historia.
Un giro de guion con el que el sector extractivo busca construir «una narrativa sólida, emocional y eficaz, capaz de conectar con el consumidor y asegurar que estas tres especies capturadas de forma sostenible, ocupen el lugar que les corresponde en la mesa». Es decir, hablar con el mismo lenguaje que emplean las oenegés que los ponen en el ojo del huracán: el de las emociones.
Eso no significa «renunciar a los argumentos científicos», porque, además, apuntalan sus propiedades nutritivas y saludables como fuente esencial de omega 3, pero sí entrar en el plano de las emociones contando esa «historia de superación, de riesgos, de esfuerzo colectivo y de coraje que empieza en alta mar, pasa por la lonja y acaba en la mesa de miles de familias». Por el medio, todo un entramado socioeconómico de empleo, identidad y cultura que forma parte esencial de la identidad gallega.