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El informe de revisión de las 87 vedas de fondo hace saltar las alarmas en Galicia

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CEDIDA

Los científicos recogen que palangre y enmalle tienen un impacto menor

20 abr 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

Galicia tiembla ante «un despropósito más», en definición de la conselleira de Mar, Rosa Quintana, que se avecina. Ese disparate al que se refiere lleva el sello del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) al pie de un informe que dice que «el cambio más destacable» en la costa ibérica y el golfo de Vizcaya «con respecto al 2021 es la adición, en todos los escenarios, de un gran número de polígonos a lo largo del margen norte ibérico (incluido el Banco de Galicia)». Y si de entre los cinco escenarios que plantean los científicos se opta por el C —que fue el elegido del informe del 2021—, se instaurarían en esa ecorregión 62 vedas, que prohibirían actuar entre los 400 y 800 metros de 8.757 kilómetros cuadrados y que afectarían a una mayor proporción de zonas de pesca, del 17,8?%, porque hay —o podría haber— corales, esponjas, gorgonias o campos marinos.

Lo cierto es que en cualquiera de las alternativas que presenta el ICES aumenta la superficie vedada en la costa ibérica y el golfo de Vizcaya: entre un 49 y un 62?%, según el escenario. Ni que decir tiene que «vemos con preocupación as recomendacións dos científicos de incrementar nun 50?% as áreas vedadas á pesca de fondo, pois suporían un novo golpe para a frota galega», apuntaron desde la Consellería do Mar.

Una inquietud alentada por los antecedentes, pues el anterior informe acabó en 87 vedas a lo largo del cantil de cuatro países (España, Portugal, Francia e Irlanda) y un segmento de flota gravemente perjudicado: el palangre de fondo o pincho, con pérdidas de 150.000 euros al año, en cálculos de la propia flota afectada.

La Xunta no está dispuesta a permitirlo. Y avisa de que si ya ha ido una vez al juzgado, no dudará en hacerlo de nuevo. Sobre todo porque el informe «semella contar de novo con numerosas eivas». Por ejemplo, «que unicamente ten en conta datos do arrastre, non de frotas como o palangre», como deja claro el propio documento del ICES —que además admite que tiene un impacto menor sobre los ecosistemas marinos vulnerables— o que «os datos non están actualizados, ao ser de 2009-2011». «Non se pode estar no 2023 con datos que os máis novos son do 2011», recalcó ayer la conselleira de Mar.

Pero bueno, tampoco es cuestión de adelantarse a los acontecimientos: «Temos que esperar a ver como se plasma isto na proposta de Bruxelas, da que agardamos que, ao contrario que o ano pasado, actúe co máximo rigor».

Pendientes del comisario

Quizá el próximo martes el sector y el Gobierno gallego puedan tener una idea de qué piensa hacer el Ejecutivo comunitario con este informe en la mano. Para ese día ha convocado la DG Mare (Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca) al sector, oenegés y científicos. Un día después, el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, comparecerá en la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, donde los eurodiputados le preguntarán acerca de sus planes. Al menos eso es lo que dice que hará el popular gallego Francisco Millán Mon, que también ha preguntado por escrito cuándo está previsto disponer del informe del Comité Científico y Económico de la Pesca (STEF).

Esa es otra. La Xunta espera que, en esta ocasión, Bruselas module las recomendaciones científicas con los informes de impacto socioeconómico. Eso, aparte de limitar las medidas que contiene el documento a las artes de fondo móviles, dejando al margen enmalle y palangre.