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Un velero británico se salva de los embates de las orcas al parar el barco

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Reanudó su ruta hacia A Coruña una hora después de topar con las orcas

25 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya lo decían los expertos en biología, tan sorprendidos como los profanos en la materia por las inusuales interacciones que este verano están protagonizando las orcas por toda la fachada atlántica: que detener la embarcación era la fórmula más efectiva para evitar los embates de los ejemplares. Una técnica que ha funcionado en el caso del Promise 3, un velero británico que dio con la manada en la mañana del martes pasado cuando navegaba a la altura de Fisterra, un área que no está afectada por las restricciones que ha dictado la Dirección General de la Marina Mercante para la franja costera comprendida entre Prioriño Grande y Estaca de Bares.

El dueño del Promise, Graeme Walker, un director financiero jubilado, relató su caso a The Guardian, al que contó lo que aquí ha explicado Salvamento Marítimo. Que iba navegando tranquilamente cuando notó algo extraño en el timón. Al principio pensó en una avería, pero recordó lo que había leído sobre la presencia de orcas en Galicia y enseguida supo que los cetáceos habían empezado a interaccionar con el barco. Más que nada porque enseguida vio los ejemplares -hasta tres- saliendo a la superficie.

Como en otros casos, se cebaron con el timón, contra el que arremetieron de tal forma que Walker tuvo que soltar los mandos para evitar salir lesionado, narró al rotativo británico.

El Promise 3 contactó con el centro de Salvamento Fisterra, desde donde le recomendaron que detuviese el barco, que no continuase navegando y que de esa manera las orcas desistirían de su objetivo. Y fue efectivo, explican desde Salvamento Marítimo. Las orcas perdieron el interés un cuarto de hora después. No obstante, la tripulación optó por la prudencia y esperó para volver a poner en marcha el velero. Permanecieron parados una hora antes de continuar, por sus propios medios y sin necesitar asistencia de los servicios de rescate, hasta el puerto de A Coruña.

Remolque a Muros

No correría la misma suerte por la tarde el velero Atao -en un principio se creía que se llamaba Gautier, pero ese es el nombre de su capitán- que tuvo que ser remolcado por la Salvamar Regulus hasta Muros.

El grupo de trabajo espontáneo de biólogos que se ha creado para analizar las casi medio centenar de interacciones que este año se han producido desde el Estrecho hasta Galicia explican que está más que comprobado «que las orcas son más persistentes cuanta más resistencia encuentran en el timón; es decir, cuando el barco va a más velocidad o cuando el piloto automático o la propia tripulación intentan corregir o mantener el rumbo», explica Ruth Esteban, doctora en Ciencias Marinas con una tesis sobre las poblaciones de orcas en el Estrecho. En esas observaciones también se ha detectado que «generalmente, las interacciones han acabado cuando se produce la ruptura de los componentes móviles que les han llamado la atención o «cuando los barcos han dejado de moverse».

Recomendaciones

La primera recomendación que lanzan los biólogos a los navegantes es la que lleva repitiendo Salvamento Marítimo desde finales de agosto: que nunca se aproximen a un grupo de orcas, que traten de navegar por fuera de las 12 millas de la costa y, en caso de interacción, contactar con Salvamento, que dará instrucciones de cómo actuar en cada caso, porque no todos son iguales y, sobre todo, mantener la calma. Ya si pueden grabar y fotografiar a los ejemplares sería perfecto, pues es lo que ha ayudado a los expertos saber de qué grupo de orcas se trata.

Marina Mercante podría ampliar en tiempo y extensión el área vedada a los veleros medianos

La Dirección General de la Marina Mercante no descarta ampliar en los próximos días el área en la que tienen prohibido navegar los veleros de 15 metros o menos. Una ampliación que puede concernir tanto a la duración en el tiempo -en principio era por una semana, hasta el próximo martes-, como al área afectada -por el momento, de Prioriño Grande a Estaca de Bares-. Todo dependerá «de la evolución de los acontecimientos; de si hay o no más encuentros entre veleros y orcas en otras áreas marítimas y de las zonas que atraviesen los cetáceos en sus movimientos migratorios», apuntan desde el organismo dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. De hecho, el Promise 3 y el Atao se toparon con las orcas fuera de la zona restringida a la navegación de veleros.

Aunque el Ministerio de Transición Ecológica no ha podido enviar el avión de incendios que había anunciado a causa del mal tiempo, desde Salvamento Marítimo apuntan que desde hace diez días el Sasemar 102 ha reconvertido los vuelos que hacía para controlar la contaminación marina en pasadas de reconocimiento en busca de las orcas. El martes pasado barrió la zona entre Corrubedo y Prioriño, sin avistar ninguna. El miércoles iba a recorrer el trayecto entre Prioriño y Ribadeo, pero un techo de nubes impedía la visibilidad.

Esos vuelos de reconocimiento, junto a los radioavisos que emite recomendando dar amplio resguardo y alejarse el máximo posible, son las acciones que realiza desde el punto de vista preventivo.