Patrocinado porPatrocinado por

Los autores: ejemplares juveniles con heridas en el cuerpo

E. A. REDACCIÓN

SOMOS MAR

Los biólogos tratan de confirmar si esos daños están relacionados con la fijación por el timón del barco

23 sep 2020 . Actualizado a las 19:49 h.

Los casos de interacciones de orcas con barcos no son novedosos. Hay ejemplos en todo el mundo y con distintos tipos de embarcaciones. Lo excepcional de lo que está ocurriendo en Galicia desde el 10 de agosto -y que antes sucedió en el Estrecho y en la costa portuguesa- es la persistencia, que se repitan en el tiempo y en un mismo espacio, apunta Ruth Esteban, doctora en Ciencias Marinas, experta en este tipo concreto de cetáceos. En la rueda de prensa convocada por ese grupo de trabajo espontáneo que se ha formado a raíz de estos extraños sucesos, Esteban hizo hincapié en que, aún sin conclusiones definitivas, los incidentes están causados por unos pocos ejemplares -el biólogo gallego Alfredo López habla de dos, como mucho tres-, juveniles, que forman parte de un grupo en el que también hay adultos, aunque estos últimos suelen estar apartados de los barcos y no interactúan. Y, a pesar de que se dispone todavía de datos suficientes para determinar por qué a las orcas les ha dado este año por interactuar tanto con los veleros, Esteban hace ver que, después de que ocurrieran los primeros incidentes, gracias al material gráfico obtenido, «se han detectado al menos dos ejemplares juveniles de orcas con heridas graves en diferentes partes del cuerpo». Asimismo, se ha constatado su presencia en distintas interacciones comunicadas por los barcos. No es posible confirmar la causa de esas heridas; no se sabe exactamente cómo y cuándo fueron causadas, pero, apunta Esteban, llevan a situarse en dos hipótesis: «Que fuesen las mismas orcas las que se lastimaron por la presión o los roces con el timón, o que se diese el caso contrario, que haya habido una interacción con un barco, no se sabe de qué tipo, ni si esta fue voluntaria o involuntaria, pero que fuese el detonante de que estas interacciones ocurrieran».

Con todo, los biólogos insisten en que «no son un peligro abierto para el hombre» y no hay constancia de ataques de orcas a personas. De hecho, subrayan que en ninguno de los incidentes peligró la integridad de los navegantes, aunque sí comporta un riesgo, sobre todo en el caso de aquellas interacciones nocturnas y duraderas que provocan angustia a las tripulaciones.