Los drones vuelven a volar en busca de infracciones para la Agencia de Pesca de Vigo

Aunque el Lundy Sentinel, la embarcación con la que la Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA) vela por la legalidad de la pesca que se ejerce en aguas comunitarias, continuó operando durante la crisis sanitaria del covid-19, sí se interrumpieron los vuelos de aeronaves pilotadas a distancia (RPAS, por sus siglas en inglés) que opera la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) desde esa patrullera. Desde marzo que los drones no hacían estas tareas de vigilancia.

Hasta ahora. El Lundy Sentinel zarpó del puerto de Vigo -donde la EFCA tiene su sede- a finales del mes pasado rumbo a las aguas internacionales del oeste y del centro del Mediterráneo central, en el marco del compromiso de la Unión Europea hacia las organizaciones regionales de pesca como son la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) y la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM). Esta misión se centró en la vigilancia el atún rojo y otras actividades pesqueras reguladas así como la vigilancia de las áreas restringidas a la actividad.

Los drones que despliega la agencia con sede en Lisboa, dotados de cámara óptica e infrarroja, proporcionan información adicional en las inmediaciones del barco como, por ejemplo, antes y durante el embarque. EMSA organiza los datos y el vídeo del vuelo en tiempo real a través de un sistema seguro (de Emsa Satcom) al centro de coordinación de la institución de Vigo.

La acción coordinada entre las dos agencias empezó en el 2019 y los vuelos han estado vigilando áreas de interés en el mar Mediterráneo, aguas Occidentales y del Atlántico nordeste, mar del Norte y mar Báltico.

Este servicio se enmarca en la cooperación europea de las funciones de guardacostas, actualmente presidido por EFCA, en el que las agencias de la Unión Europea EFCA, EMSA y Frontex apoyan a las autoridades nacionales competentes en asegurar una acción coordinada y eficiente en el coste en el mar.

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