Patrocinado porPatrocinado por

A la caza de las mejores abejas gallegas

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Apicultura
Apicultura MONICA IRAGO

Un proyecto de investigación permite seleccionar a los ejemplares mejor adaptados a la comunidad y más resistentes a enfermedades como la varroa

02 abr 2024 . Actualizado a las 21:10 h.

Los apicultores gallegos no atraviesan su mejor momento. El cambio climático, que implica condiciones meteorológicas que no benefician a las abejas, la plaga de la velutina y la presencia de enfermedades como la varroa hace que cada vez sea más difícil recoger miel. Por eso hace ahora unos años, la Asociación Sectorial Forestal de Galicia, en colaboración con la Universidad de Vigo y la Asociación agrogandeira, apícola e forestal de Bande, puso en marcha el proyecto de investigación Apixén, cuyo principal objetivo era encontrar a los mejores ejemplares de abejas autóctonas, para repoblar las colmenas con sus descendientes. Aunque todavía se siguen realizando estudios, los primeros resultados son muy prometedores.

«Queríamos buscar unha liñaxe de abellas que fora nativa e que estivera moi ben adaptado á flora e ao clima do Xurés e repartilas entre os apicultores do parque», cuenta Miguel Acuña, uno de los apicultores que trabajó en el proyecto. El proceso se realizó de la siguiente manera: «Cando detectamos unha colmea cun comportamento superior e sabemos que son raíñas autóctonas, sacamos ovos e os levamos a un centro de propagación», añade Jacobo Feijoo, de la Asociación sectorial y forestal de Galicia. Con ese sistema, eligieron seis linajes que les parecían que cumplían con estas características y que, además, mostraban ciertas resistencias a la varroa, que es una de las enfermedades que más daños ocasiona en las colmenas de esta zona. Los insectos fueron enviados a la Universidad de Vigo, donde se encargaron de analizar su ADN y certificar que pertenecían a razas nativas de la comunidad.

«Das seis liñaxes que eliximos, dous tivemos que desestimalas porque non eran nativas, e co resto fixemos unha cría de raíñas», añade Acuña. Se colocaron tres colmenas en diversos puntos del Xurés, en las que se instalaron estas nuevas abejas. Una de ellas estaba en Lobeira, otra en Corbelle y la tercera en Calvos de Randín, donde también se llevó a cabo la cría de estas abejas, que era un trabajo que ya hacía el apicultor responsable de estas colmenas.

Durante los meses siguientes se estudiaron parámetros como el aumento de población en las colmenas, la producción de miel o la resistencia a la varroa, este último parámetro viendo el porcentaje de infestación de las abejas y estudiando su evolución. «Todos estes parámetros nos din se as abellas están ben adaptadas á zona e detectamos dúas cepas nas que a poboación aumentou antes, o que é bo sinal», añade Acuña.

También se comprobó que eran más resistentes a la enfermedad de la varroa. «Pensamos que as abellas que mellor adaptadas están ao clima e á vexetación da zona van ser máis resistentes», asegura. También están comprobado que estos linajes podrían responder mejor a las amenazas de la velutina. «Por aquí empeza a haber algo de velutina, pero non ten nada que ver coa que hai na costa. O noso problema é a varroa, que causa a morte de moitas abellas», sostiene. Aún así, están viendo que las abejas seleccionadas también ofrecen más resistencia ante la abeja africana.

Los dos linajes seleccionados, ya habían sido certi

ficados por los técnicos de la Universidad de Vigo como autóctonos, que también realizar una caracterización morfológica y genética de estos insectos. Así que, con ellas iniciaron la cría e incubación de nuevos ejemplares, que posteriormente repartieron entre los demás apicultores del parque. La idea es repetir este proceso periódicamente para conseguir mejorar la calidad de los linajes de abeja que existen en la zona y hacerlas más resistentes a todas las amenazas a las que tienen que enfrentarse estos insectos.

 Sensores de humedad, temperatura y peso para controlar las colmenas

El proyecto Apixén incluía una segunda parta para testar un sistema que permite monitorizar las colmenas a distancia, evitando así que los apicultores tengan que desplazarse tan a menudo para comprobar el estado de las abejas. Tras haber comprobado su eficacia, los promotores del proyecto buscan ahora la forma de instalarlo y que sea rentable para las explotaciones.

Lo primero que se instalaron fueron sensores de humedad y temperatura, que permiten conocer en todo momento el microclima que hay en el interior de las colmenas y saber así si el estado de las abejas es bueno. También se colocó un sensor de peso, «que nos permite seguir o ritmo da floración e detectar problemas se hai un descenso», añade Feijoo. La idea es que estos sensores se coloque en una de las colmenas en apiarios con entre 20 y 30. Y que envíen toda la información a una aplicación del teléfono móvil, para que el apicultor pueda estar informado.

«Agora estamos vendo os custes económicos que tería poñelos en moitas colmeas para comprobar se a iniciativa é viable economicamente nas explotacións galegas», añade Acuña. Porque asegura que los sensores de temperatura y humedad tienen un precio muy asequible, pero no así los de peso, cuyo coste es más elevado. Este apicultor ourensano está convencido de las ventajas de este nuevo sistema. «Os datos que ofrecen son indicativos de moitas cousas e nos evitarán ter que ir tan a miúdo ás colmeas e manipular as caixas, porque canto menos se toquen mellor», afirma.