Galicia, tercera comunidad que más edificios en madera construye

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

FORESTAL

Cedida

España es el segundo país en superficie forestal de la UE, pero representa solo un 2,5 % de la producción mundial de CLT

31 ene 2024 . Actualizado a las 09:44 h.

Mass Madera es una red que reúne a expertos, empresas, instituciones y organizaciones pioneras en el uso de la madera maciza en edificación en España. Su última reunión tuvo lugar el pasado 17 de enero en Valencia, donde presentaron un informe que deja clara las posibilidades que el uso de este material en la construcción tendrá para los próximos años. Porque las previsiones apuntan a que su utilización crecerá de manera exponencial y eso llevará a una industrialización para duplicar la capacidad productiva de CLT, el material por excelencia en este tipo de construcciones. Aunque Cataluña y País Vasco son las dos comunidades en las que más se emplea este material en la construcción, Galicia no se queda atrás y ocupa ya el tercer lugar, pues es también una de las pocas regiones que cuenta con su propia planta de CLT, la de Xilonor.

Su capacidad descarbonizante y su alto grado de industrialización, que la convierten en la sustituta de materiales como el hormigón y el acero, son solo algunas de las ventajas que presenta la construcción en madera, destaca el informe. También, que sitúa el carbono absorbido por los árboles durante su crecimiento en forma de edificios y que permite almacenar más carbono al contribuir a una gestión sostenible de los bosques productivos.

Por todos estos motivos, la madera está llamada a ser el material del futuro en la construcción. Según el informe de Mass Madera, España cuenta con una industria maderera motivada y preparada para transformar al sector, pues dispone de un alto potencial forestal para aumentar la cantidad de bosques productivos gestionados de manera sostenible. Es, además, el segundo país de la UE en superficie forestal, con algo más de 26 millones de hectáreas, solo por detrás de Suecia.

Sin embargo, está muy lejos de producir las cantidades de CLT que se registran en otros países europeos. El documento recoge que la producción de este material se concentra, por ahora, en País Vasco, Galicia, Cataluña y, próximamente, Aragón. Pero la capacidad productiva de esta plantas es de 73.800 metros cúbicos. Teniendo en cuenta que la capacidad mundial para producir este material se estima en siete millones de metros cúbicos, la capacidad de España supone el 2,5 % de la producción mundial. Pero el informe deja claro que las previsiones de la industria pasan por duplicar la capacidad productiva actual en el plazo de tres años. 

Al mismo tiempo, la edificación en madera maciza en España representa un porcentaje muy bajo: entre el 0,5 y el 1,5 % respecto al total. Sin embargo, el documento prevé que, gracias al aumento de la capacidad productiva, este porcentaje podría llegar al 3 % del total construido en nuestro país en el 2026. También apunta a una ampliación de las tipologías edificatorias donde se emplea.

Hasta ahora, explica el informe, la madera industrializada se empleaba mayoritariamente en viviendas unifamiliares, cubiertas de grandes luces u obras de rehabilitación. Sin embargo, ahora se aplica también en los campos de la redensificación urbana, ampliando edificios existentes o en la construcción de edificios de mediana altura y de equipamientos de gran volumen. El informa cataloga cerca de 500 proyectos concluidos o en fase de construcción, el 22 % de los cuales son de vivienda colectiva, y el 46,1% son de promoción pública. Cataluña está a la cabeza en este tipo de construcción, pues acoge el 34 % de los proyectos, frente al 19 % que hay en el País Vasco. El tercero lugar lo ocupa Galicia, con un 9 %, seguida de Madrid (8 %). 

Para terminar, el documento incluye un decálogo de recomendaciones para profesionales del sector público y privado con el fin de que apoyen el uso de la madera maciza. Entre sus consejos figura el establecer cuotas mínimas en los procesos de licitación para la construcción de nuevos edificios de obra pública, algo a lo que ya se ha comprometido la Xunta; bonificar la construcción sostenible; ofrecer más formación en madera maciza industrializada; editar guías y manuales de código abierto; crear agencias de asesoramiento técnico y poner en marcha proyectos experimentales que sirvan de ejemplo.