Un centenar de personas se congregaban ayer en la localidad de Agualada (Coristanco) para presenciar la demostración sobre el terreno de las cualidades de una marca de tractores y material agrícola. La empresa Agrícola Matova ponía en el mercado comarcal vehículos de la marca Kubota. Las evoluciones de media docena de ellos sobre una parcela captó la atención de los vecinos de una localidad en la que el número de explotaciones agrarias no ha dejado de crecer durante la última década. Con todo, explica Laura Varela, copropietaria de Matova, las ventas de material, en especial de tractores, han sido altas durante el último año. Eso sí, los clientes ya no son grandes explotaciones, sino particulares que trabajan pequeñas propiedades para ayudar en la economía doméstica o mantener las tradiciones. En el entorno de Coristanco se concentran todavía algunas explotaciones, principalmente lácteas, como las situadas en Tordoia, Frades, Trazo, A Baña, Santa Comba ou Mazaricos, que adquieren algún material. Según Varela, la mayor demanda se centra en tractores de pequeño tamaño y nuevos, frente a los grandes aparatos de segunda mano que ocupan antes los primeros puestos de ventas. Los tractores se emplean para usos que van desde la limpieza de montes hasta la cosecha a pequeña escala de maíz o patatas, aunque la agricultura industrial se redujo en la zona desde los años 80. Según los ganaderos, la imposición de la cuota láctea acabó también con buena parte de las explotaciones.
