Patrocinado porPatrocinado por

El mal tiempo frena a la velutina en Ferrolterra pero perjudica a las abejas

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

SOMOS AGRO

Voluntarios de Protección Civil de Valdoviño llevaron a cabo una intensa campaña de trampeo
Voluntarios de Protección Civil de Valdoviño llevaron a cabo una intensa campaña de trampeo CEDIDA

La lluvia de la primavera retrasó los ataques de la avispa y afectó a las floraciones

25 jun 2021 . Actualizado a las 09:39 h.

Las lluvias del mes de mayo frenaron en seco la proliferación de la Vespa velutina nigrithorax en la comarca. El mal tiempo juega a favor de los apicultores, al menos en relación con los ataques de la conocida como avispa asiática. «Ellas han estado muy paradas, por la lluvia y el frío, y eso a nosotros también nos ha perjudicado, porque los meses de abril y mayo son los de mayor producción de miel, porque es cuando más floraciones coinciden», subraya Rafael Díaz Nieto, delegado de la Asociación Galega de Apicultura (AGA) en Ferrolterra.

Este mielero constata la escasez de capturas de velutinas: «El año pasado había más. Todavía no he instalado las arpas eléctricas [en la entrada de las colmenas] porque no hacen falta». Anota, sin embargo, otro problema: «Las abejas están empezando a enjambrar ahora, al no haberlo podido hacerlo en mayo. Eso significa que salen las reinas a fecundarse en vuelo, que suelen hacerlo a un kilómetro y medio o dos de distancia para evitar la consanguinidad, y la velutina va detrás de esa nube de abejas. Casi la totalidad de las colmenas que enjambran tarde acaban huérfanas, porque la velutina siempre atrapa a las reinas y las obreras, casi nunca a los zánganos».

Si en zonas de Ferrol, Valdoviño o Narón la expansión de la avispa asiática se ha ralentizado, en el interior apenas se tienen noticias de este insecto. «De momento, vese pouca», constata Manuel Ferreira, responsable de la Casa do Mel de Goente. «Fixo mal tempo, aínda que tampouco arrefriou moito, que é o que máis lle molesta, pero xa virá, en dúas ou tres semanas témola aquí», vaticina. Los profesionales del sector insisten en la necesidad de seguir colocando trampas y de renovar el líquido atrayente de manera periódica para garantizar su efectividad.

Colmenas en las ciudades

El delegado en Ferrolterra cuenta que AGA está elaborando una regulación, que trasladará a la Xunta, para poder montar colmenas en las ciudades, en terrazas o en soportes de ventanas, como ya ocurre en Francia o Italia.

Los apicultores retrasan la trashumancia de las colmenas a las zonas de interior

Cuando empieza a presionar la velutina es cuando Iago Vilela Quintana (Madrid, 40 años) emprende el proceso de trashumancia de las colmenas. Durante el invierno y la primavera permanecen en Mera de Arriba (Ortigueira) y en Cedeira, donde reside y de donde es originaria toda su familia, y cuando la avispa asiática irrumpe con fuerza las traslada al monte Caxado, en As Pontes. «De momento, los colmenares de la costa aún no se han bloqueado, que es lo que pasa cuando ataca la velutina; al no poder salir a por néctar, la reina deja de poner, la población va a menos y llega al invierno muy debilitada», explica este apicultor, que compagina esta labor con la vigilancia de incendios en El Bierzo.

La mudanza requiere esfuerzo físico -«de momento no tengo una pluma hidráulica»- y un buen madrugón. «Mover las colmenas no es fácil, y yo utilizo un modelo más grande del habitual, que puede pesar entre 50 y 60 kilos, sin alzas», explica. «La otra opción -apunta- es dividir la colmena en dos. De los diez cuadros le quitas dos llenos de miel y dos con cría y los metes en otra colmena. Existen muchas técnicas de división de colmenas, yo suelo dejar una casi entera, con el 70 % de las abejas, y la otra, con el otro 30 %, aún tiene tiempo para llegar fuerte a la invernada».

Al margen de la velutina, Vilela recalca que «la costa, un buen año, funciona muy bien [para la producción de miel], pero un año como este, con lluvia en abril y mayo, los meses de más floración del eucalipto, allá va la cosecha». En O Caxado sus abejas podrían resistir sin problema todo el invierno, aunque suele devolverlas al litoral a mediados del mes de noviembre, escapando del frío.

«Moita aceptación» al plan de turismo apícola de la Casa do Mel de Goente

La iniciativa de turismo apícola puesta en marcha por la Casa do Mel de Goente hace poco más de un mes está teniendo «moita aceptación», según el presidente de la entidad, Manuel Ferreira. «Chovendo e todo, as fins de semana temos xente, vese que hai gañas de saír e andar pola natureza. Veñen parellas e incluso con cativos, iso que case non as promocionamos», comenta. Son semanas de mucho trabajo para los apicultores, al que se suman los cursos aprobados por la Xunta que imparten los responsables de la Casa do Mel, en este centro y fuera, desde Moeche (en el nuevo centro de transformación alimentaria) a Becerreá.

La propuesta de apiturismo se desarrolla en la zona de restauración de la antigua mina de As Pontes llevada a cabo por Endesa. Allí disponen de tres apiarios, de formación, producción y selección, y del aula da natureza, donde los visitantes pueden vivir «unha experiencia para os sentidos», inhalando el aire del interior de las colmenas. «Ao respiralo absorbemos todas as propiedades dos produtos das abellas: mel, própolis, pan de abella, xalea real, cera e pole», indican.