La hostelería pide una reunión inmediata con la Xunta para consensuar ya las ayudas al sector

SOCIEDAD

CESAR TOIMIL

La patronal estima que cerrará de inmediato más del 30 % de los negocios

05 nov 2020 . Actualizado a las 10:36 h.

Es la puntilla. O casi. Por eso, la hostelería está a punto de estallar. Más del 30 % de los que han llegado hasta aquí se quedarán por el camino. Esa es la estimación de las patronales provinciales gallegas. «El sector está incendiado, ya se habla de cortar calles. Esto ya no va de cierres. Va de que la gente tiene que dar de comer a sus hijos y eso son palabras mayores. La situación se pone fea», lanza Héctor Cañete, presidente de los empresarios de hostelería de A Coruña y vicepresidente del Clúster Turismo de Galicia.

«Pedimos conocer esas ayudas de las que se habló en la rueda de prensa. ¿Por qué no se nos contactó, para que sean las que realmente necesitamos? Entendemos la justificación sanitaria, pero tenemos un comportamiento ejemplar, el propio Feijoo dijo que la transmisión no es en la hostelería sino en las personas y, sin embargo, nos llevamos todos los golpes», añade. «La gente no puede más. Necesitamos comunicación con la Administración. Demandamos una reunión urgente», se queja.

César Sánchez Ballesteros, presidente de Hostelería de Pontevedra y de la Asociación de Empresarios de Hospedaje de la provincia abunda: «Es una presión que puede explotar en cualquier momento. Entendemos los motivos sanitarios, pero no que las restricciones no vayan parejas a las compensaciones. Queda todo en el aire. El sector no tiene capacidad para afrontar los gastos. Y si pensábamos que íbamos a tener algo parecido a las Navidades, ahora son todo dudas. Es más, estamos entrando en pánico por el desierto que se viene tras la Navidad». «Tenemos que devolver los créditos pedidos en marzo, pero no hay dinero para llegar vivos», añade. «Esto no es Alcoa o Citroën. Es un sector atomizado, pero son 10.000 empleos en Pontevedra. El INE lo mostrará. Pedimos flexibilidad con los tributos. Es responsabilidad de la Administración», concluye.

Cheché Real, presidente de la Asociación Provincial de Hostaleiros de Lugo, destaca la «incertidumbre de estar esperando el DOG». «No se golpea igual la atención al público de la administración o el comercio. A ver qué ayudas conceden. Pedimos una reunión con Feijoo», solicita.

Ovidio Fernández Ojea, presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería de Ourense, califica las medidas de «muy críticas y difíciles de asumir». «No me meto en el criterio de Sanidade, pero la hostelería está en la uci», dice. «El Gobierno debe ser supersensible. Somos un complemento necesario de la vida», concluye.

En Campo Lameiro no sirvió de nada ser concello verde

Hay concellos en verde en el mapa gallego de incidencia del coronavirus —es decir, con menos de siete casos activos— que este miércoles también quedaron dentro de zonas restringidas y sus bares tienen que cerrar. Es el caso de Campo Lameiro, limítrofe con Pontevedra. Allí, uno de sus hosteleros, Jorge Caeiro, responsable de Casa Tito, no daba crédito a que tenga que cerrar las puertas: «Isto é de tolos, ¿están facendo probas con nós ou que? Hai nada eramos un municipio libre de covid, agora temos algún que outro caso e de súpeto péchannos. Que saiban que pecharnos aquí en novembro é como pechar os bares de Sanxenxo en agosto. Está a caza, as setas...».

 

«Esta comida no es para llevar a casa», dicen los grandes chefs

El anunciado cierre de la hostelería en las grandes ciudades gallegas y otros 53 concellos deja también con la persiana bajada a algunos restaurantes gallegos con Estrella Michelín. Es el caso del local de Pepe Vieira en Poio o del de Yayo Daporta en Cambados. Les quedaría la opción de servir comida a domicilio. Pero los dos lo tienen claro: «Esta comida no es para llevar a casa, hay que disfrutarla en el local», indican. Sí sirven a domicilio menús de sus respectivas tabernas, la Ultramar en el caso de Vieira y Continental en lo que respeta a Daporta.

¿Por qué la cocina de autor no se puede llevar hasta los domicilios? «É unha cociña moi inmediata, na que ten que estar todo no seu punto. Ás veces, nin sequera da moito tempo entre facela e levala á mesa. Por iso non resulta transportable», indica Vieira. «Además, esa cocina de autor es para disfrutar en el local, en un contexto muy concreto», añade Yayo Daporta.

Sí lo están intentando ambos, en cuanto a la comida a domicilio, con la Ultramar y Continental. El anuncio de cierre les desconcertó y les obligó a reformular todo de nuevo. Vieira señalaba que «casi es mejor así porque estábamos pasándolo fatal y al menos ahora, al ser un cierre obligatorio, nos tendrán que ayudar».

Cabe recordar que otro chef estrella Michelín, Pepe Solla, anunció hace unos días que cerraba temporalmente su local para evitar «un cierre definitivo».

CÉSAR TOIMIL

Sorpresa en los locales de Ares y Mugardos, resignación en Ferrol

El anuncio de cierre llegó por sorpresa a Ares y Mugardos, municipios que se unen al cierre perimetral de Ferrol, Narón, Fene y Neda. «Nos pilla con la compra hecha y todo reservado para el fin de semana», lamentó Luis Barca, del restaurante Avenida, en Ares. Contrasta con los hosteleros que arrastran medidas desde la semana pasada. «Yo ya no cogí mercancía», reconoce Isabel Gundín, del café Plaza Verde, en Fene. También lo encaran con resignación en Ferrol. Julio Campoy, dueño del Bianco Café, en Ferrol, y La Suite, en Narón, advierte que no cree que pueda mantener ambos.

RAMON LEIRO

«Espero que cerrando un mes reseteemos. Así nos moríamos»

Pablo Liste, que regenta dos restaurantes en Pontevedra, es un hostelero curtido. La crisis del 2008 le pilló con un negocio del ramo en Andalucía. Recuerda el desplome del consumo, pero cree que entonces «si hacías las cosas muy bien podías atraer a la gente. Ahora estás atado». El viernes tendrá que cerrar sus locales. No quiere ser pesimista: «Espero que cerrando un mes reseteemos. Así nos moríamos, nos estábamos muriendo por los pies, la facturación estaba desplomada». Busca y busca hasta agarrarse en algo positivo y concluye: «Mis empleados son como mi familia. Sé que estaremos todos juntos intentando salir adelante».