Tras 55 minutos de rueda de prensa, se despidió de los empleados presentes en las oficinas del club y cruzó la puerta de salida por segunda vez como ex presidente. La primera fue el lunes, después de presentar la dimisión irrevocable a sus compañeros en la reunión extraordinaria instada por él mismo.
El único acreedor del club y el dueño de la marca
A principios de mes saltaron a la luz pública las negociaciones entre Antonio Quinteiro y Jota Peleteiro, que finalmente no llegaron a puerto. En ningún momento trascendieron cifras.
Tampoco se conoce la cuantía del dinero aportado por Quinteiro al club a lo largo de estos once años al frente de la entidad. Si bien es el único acreedor del Compostela, asegura que esa condición no va a suponer un problema para el futuro del club. Pero sí es una cuestión que habrá que poner sobre el tapete más pronto que tarde: «En los próximos días tendré que hablar con la junta directiva para ver cómo establecemos todo eso. Ahora mismo lo más importante es que la junta se ponga a trabajar para preparar el proyecto de la próxima temporada, que está ahí encima. Lo demás no va a ser un problema entre la junta directiva y yo porque, ante todo, somos amigos y hemos trabajado aquí durante muchos años. Insisto en que no voy a poner, obviamente, ningún problema para eso, siempre y cuando ellos me den una alternativa. Yo no puedo exigir ahora mismo ese acuerdo sabiendo que hay otras prioridades dentro del club y que hay que poner a funcionar el proyecto de la nueva temporada».
Antonio Quinteiro también es el dueño de la marca Sociedad Deportiva Compostela, que adquirió a la par que desembarcó en el club once años atrás. Con anterioridad había sido subastada como uno de los activos de la entonces sociedad anónima deportiva, en el marco del proceso de liquidación al que se vio abocada por decisión judicial tras acogerse a la Ley Concursal.
M. G. Reigosa
Desde que Antonio Quinteiro se hiciese con el control del Compostela en el año 2011, su mandato siempre ha seguido una línea muy presidencialista. Él fue el motor económico a lo largo de estos más de dos lustros, sobre todo en la primera mitad de esa singladura. Nada se hacía sin su aprobación.
Sirva como ejemplo una anécdota que remite a sus primera etapa, la que arrancó junto con Héctor Pardo y Juan Carlos Corredoira, a quien encomendó la parcela deportiva. Corredoira había llegado a un acuerdo con Fernando Vázquez para que se incorporarse al Compostela y se convirtiese en piedra angular de toda la estructura deportiva. El presidente no lo vio claro y frenó la operación. Fue poco antes de que el técnico fichase por el Deportivo, al que terminó ascendiendo a Primera División.
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