Terapia de grupo en la recta final

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Extrabajadores de Clesa mantienen el contacto con la planta y confían en poder volver

22 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El conflicto laboral que trabajadores y exempleados de Clesa viven desde hace un año parece afrontar su recta final. El inminente auto del juez del Mercantil número 6 de Madrid adjudicando la venta de la planta láctea a Feiraco se espera como el gordo de la lotería de Navidad. La idea de Francisco Javier Vaquer Martín es acortar los plazos previstos por los administradores concursales. Así se puso de manifiesto, según confirmaron fuentes consultadas por La Voz, en la reunión que el juez y los técnicos del concurso de acreedores mantuvieron el pasado jueves en Madrid.

Mientras, los cuarenta trabajadores que están dentro siguen manteniendo la producción bajo mínimos. Parte de los 93 despedidos, tras la aplicación de un ERE extintivo el pasado 8 de diciembre, intentan no perder el contacto con la planta y confían en poder volver a sus puestos o a otros cuando entre la nueva propiedad y eche a andar la fábrica. Para evitar que esos exempleados se queden «descolgados» se programaron las reuniones de los viernes en la cafetería de la planta de Saiar. Esas sesiones, a las que acuden varios miembros del comité de empresa, son como una especie de «terapia de grupo» en la que se comparten sentimientos e inquietudes con un café de máquina. Hay extrabajadores de distintos municipios y excompañeros con muy buena relación personal. «Somos como una familia», apuntan. «En lo bueno y en lo malo», añaden. En la sesión del pasado viernes tocó ponerse al día y resolver dudas respecto al informe de los administradores concursales y el plan de negocio que se detalla en la oferta de Feiraco trasladada al juez.

«Las reuniones están bien para vernos las caras y estar al tanto de las cosas que van pasando, la pena que es que no vengan más personas de las que están dentro porque parece que hay dos bandos», comenta una extrabajadora. El aparcamiento de la fábrica presentaba ese día un buen aspecto. De momento nadie quiere hablar de posibles celebraciones. Ya habrá, dicen, tiempo para fiestas.