Los escasos partidarios de las nucleares que quedan en Alemania afirman que un país industrializado como este difícilmente llegue a alcanzar sus ambiciosos objetivos climáticos solo con energía eólica y solar, y sin carbón. Y que en algún momento, la protección del clima obligará a construir nuevos reactores. Además, ¿qué pasará con las centrales apagadas? ¿Y con la basura radioactiva? El apagón nuclear es solo el comienzo. Hay grandes todavía grandes desafíos pendientes.