La costera del bonito decepciona con una caída del 28 % en las ventas
PESCA Y MARISQUEO
Algunos armadores barajan tirar la toalla y abandonar la campaña
28 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«¿Que por que? Iso é o que se levan preguntando os patróns dende hai un mes». Así resume Miguel Neira, presidente de la asociación de armadores de Burela (Absa), el sentir de la flota bonitera gallega, que afronta una costera menos fructífera de lo que esperaban. Las ventas de bonito del norte en las lonjas han caído un 28 % (de 2.779 toneladas han pasado a 2.000) y la facturación otro 12 % (de 9,6 millones de euros a 8,4). De poco les vale a los armadores que, a cambio, el precio haya aumentado (12,75 euros el máximo por kilo este año, frente a los 11,70 del pasado) y algunos están devanándose los sesos para tomar la decisión de tirar o no la toalla, según avanzó Neira. Una veintena de barcos de Burela participan en la costera, un número similar al del año pasado.
El presidente de los armadores de Burela (lonja que capta la mitad de las ventas de bonito) precisa que las cifras definitivas de la costera se conocerán la próxima semana, cuando acabe agosto, pero reconoce que es difícil que la situación dé un vuelco de un día para otro.
La campaña arrancó en junio. Fue un «mes bo», pero luego todo se torció y los barcos empezaron a tener dificultades para localizar los bancos de túnidos.
También es cierto que los boniteros gallegos partían este verano con unas expectativas altas, pues la del año pasado fue la mejor costera en muchos años: 3.600 toneladas subastadas y 12,8 millones facturados. En el 2013 fueron 2.736 toneladas y 10,8 millones.
La conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, quiso dar su apoyo al sector durante una visita realizada ayer a la lonja de Burela, en la que asistió a la puja de bonito. Esta cita ya casi se está convirtiendo en una tradición de cada mes de agosto.
Quintana aprovechó para resaltar que su departamento «apoya e impulsa decididamente la comercialización» de los productos procedentes de la pesca y de la acuicultura, entre ellos el bonito. De hecho promociona el consumo de esta especie a través de la campaña Faino Bonito.
Desde finales de los 80, los expertos han constatado un cambio en las rutas migratorias del bonito del norte. Esta especie sigue dos itinerarios en su búsqueda de alimento: la de Fisterra, en la que el banco discurre pegado a la costa Cantábrica y la azoriana, en la que se concentra al suroeste de Irlanda. La primera casi ha desaparecido. Hay varias teorías para explicar el abandono de ese camino, desde el cambio global hasta el de las especies alimento.