Así afectan los hábitos del padre a sus futuros hijos: «La comida basura produce alteraciones en la cantidad y calidad espermática»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

La salud del padre puede afectar a sus futuros hijos

Al igual que sucede en las mujeres, los hábitos de vida del padre influyen en su descendencia, la fertilidad se resiente a partir de los 40 años de edad y se ve afectada por enfermedades cardiovasculares y metabólicas

18 ene 2023 . Actualizado a las 15:56 h.

Desde el momento en que una mujer decide buscar un embarazo, es decir, incluso antes de quedarse embarazada, las recomendaciones médicas abundan y establecen claramente cómo ha de ser la dieta y el estilo de vida de la futura madre. Dejar de fumar, no beber alcohol, comenzar a tomar ciertos suplementos, realizar ejercicio físico, alimentarse adecuadamente. Todas estas pautas están científicamente avaladas y ayudan a que la gestación se desarrolle de la mejor manera posible y que el bebé nazca saludable. Sin embargo, algo que se suele dejar de lado en esta ecuación es el rol del padre. Pero, en efecto, los hábitos y la salud de los hombres también tienen un impacto en su futura descendencia.

«Si el padre representa el 50 % de la genética de su descendencia, es evidente que transmite un 50 % de información de sus genes y, con ello, todos aquellos factores que actúan, interfieren y producen mutaciones en el espermatozoide a su descendencia. Por lo tanto, todo aquello que hace el padre y que influye en su calidad de salud también interfiere en su descendencia», señala la doctora Ana Puigvert, andróloga y miembro del Comité Científico de la Sociedad Española de Fertilidad.

De tal palo, tal astilla

Ante todo, hay que tener en cuenta que, al igual que sucede en las mujeres, la fertilidad masculina se resiente a partir de los 40 años de edad. También se ve afectada por enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Todo esto puede afectar a la calidad del esperma, llegando a causar problemas de salud en la descendencia. De hecho, los estudios muestran que los hijos de padres de edad avanzada tienen una mayor probabilidad de sufrir trastornos mentales.

¿Cuál es el mecanismo para que esto ocurra? «Concretamente, la información viajaría en forma de microARN, un tipo de ARN más pequeño. Este es capaz de inducir mecanismos epigenéticos. Los mecanismos epigenéticos afectan a la expresión de nuestros genes pero no cambian nuestro código genético. Es decir, sin modificar el ADN, nuestro padre, e incluso nuestro abuelo, nos podría transmitir una información esencial que afectaría a nuestra salud y a la de nuestros futuros descendientes. Estas moléculas son pequeños ARNs de tan solo 22 nucleótidos. Durante la producción de esperma, se expresan cientos de microARNs diferentes. Algunos de ellos cumplen funciones específicas durante algunas etapas de la espermatogénesis», explica Oihane Martínez-Peula, investigadora en el grupo de neuropsicofarmacología de la Universidad del País Vasco.

¿Qué es la epigenética?

Esta se refiere a los cambios moleculares que afectan al ADN, que interfieren y afectan a la descendencia.

¿Cómo llegan a aparecer esos microARNs en el esperma? «Parece que los adquirirían durante su desarrollo y maduración en testículos y epidídimo. A nivel epigenético, los microARNs son capaces de modular la expresión génica de algunos genes. Aunque hay investigaciones en el campo, en general no hay mucho detalle sobre en qué momento de fecundación o desarrollo embrionario influirían y sobre qué genes», aclara la investigadora.

Un estilo de vida sano, la mejor herencia

Lo que queda cada vez más claro es que, en este proceso, además de la edad a la que se decide tener hijos, llevar un estilo de vida saludable es clave para promover una buena salud en ellos. «La dieta rica en ácidos grasos saturados, muy relacionados a la comida basura, produce alteraciones en la cantidad y calidad espermática. Simplemente adaptando una dieta sana mediterránea se aportan ácidos grasos poliinsaturados que protegen los genes de los radicales libres. El 16 % de hombres con sobrepeso y dieta inadecuada consigue un embrazo por vía natural simplemente cambiando la dieta», observa Puigvert.

La importancia de la dieta de los padres en la descendencia ha sido estudiada desde hace décadas. «Un estudio realizado en una población de Suecia que sufrió épocas de hambruna en el inicio del siglo XX, fue el primero en relacionar el efecto de la dieta en la futura descendencia. Concretamente, la incidencia de obesidad aumentó entre los hijos de estos padres», apunta Martínez-Peula.

En este sentido, «es importante poner en valor la investigación en animales que ha confirmado la relación del efecto de la dieta del padre en su descendencia. En estos experimentos en animales se ha incluso aislado el esperma o los microARNs presentes en animales padres sometidos a adversidades y se ha realizado una fecundación in vitro para poder aislar el efecto del microARN. Diversos estudios en animales han estudiado el efecto de una alimentación rica en grasas en el padre y sus efectos en la salud de las crías. Esta dieta paterna se asoció con un aumento del peso de las crías al nacer», señala la investigadora.

Y aquí no solo hablamos de la dieta. «La actividad física del padre también puede afectar a su descendencia. En un estudio en animales en el que los padres fueron sometidos a ejercicio antes de la concepción, se demostró que el ejercicio realizado por el padre tenía un efecto beneficioso contra la ansiedad que pudieran padecer las crías», dice Martínez-Peula.

Además, hay que tener en cuenta que el sedentarismo altera las características del tejido testicular productor de espermatozoides. «La explicación es sencilla: la compresión entre ambos muslos disminuye el aporte sanguíneo disminuyendo su perfusión y aumentando la temperatura específica testicular», apunta Puigvert.

Fumar y beber: los peores vicios

Si los hábitos saludables del padre influyen en su descendencia, por supuesto, lo mismo ocurre con aquellos hábitos no tan favorables. «El consumo de drogas como nicotina, cannabis o alcohol por parte del padre afecta negativamente a sus descendientes. Estudios en animales han demostrado que el consumo de alcohol por parte del padre influye en el peso que tendrán los machos descendientes de los mismos, mientras que en las hembras, el efecto del consumo de alcohol puede exacerbar un comportamiento ansioso. El efecto de la nicotina o el cannabis se ha relacionado con el aumento del riesgo de alteraciones en el neurodesarrollo de la descendencia, como el autismo», advierte Martínez-Peula.

«Hoy en día sabemos que los testículos, es decir, los órganos reproductivos masculinos, son órganos diana de los ya conocidos disruptores endocrinos que interfieren a todos los niveles de la secuencia del proceso reproductivo del hombre. Son sustancias eminentemente tóxicas sobre la salud del ser humano. El tabaco, por ejemplo, produce la fragmentación de las cadenas de DNA del espermatozoide, provocando una severa alteración reproductiva. El alcohol, por su parte, interfiere en el correcto desarrollo embrionario», dice Puigvert.

Cuidados y consejos

Como explica la doctora Puigvert, no es ningún secreto que un buen estado de salud garantiza una mayor capacidad fértil y disminuye de manera importante los procesos de infertilidad, además de reducir las posibilidades de transmisión de patologías a la descendencia. Esto tiene que ver, como hemos visto, con llevar una alimentación saludable y evitar el sedentarismo. Pero también está relacionado con otros elementos que hacen a la gestación. Así como las mujeres toman suplementos de ácido fólico a lo largo del embarazo, se está empezando a estudiar la posibilidad de que los hombres también lo tomen antes de intentar un embarazo.

«El ácido fólico es una vitamina esencial del complejo de la vitamina B. Desde los años 80, es bien conocido que la deficiencia maternal de esta vitamina está asociada con alteraciones en el desarrollo temprano del bebé. Por ello, se suplementa la dieta de las mujeres con ácido fólico. Y durante los últimos años, se han identificado indicios de que la ingesta paterna de folato también influye en la salud y la aparición de enfermedades en la descendencia. Diferentes estudios en animales han estudiado las consecuencias que puede tener esto. Uno de estos estudios identificó una asociación entre este déficit con un comportamiento ansioso y depresivo en las crías. Además de esto, se ha asociado esta deficiencia de folato con alteraciones epigenéticas en el esperma», explica Martínez-Peula.

Esta investigación todavía está en desarrollo, por lo que Puigvert no recomienda de manera general suplementarse. «Sin embargo, sí es importante una suplementación adecuada en antioxidantes para neutralizar el efecto de los radicales libres. Mi consejo es que cada hombre consulte a su andrólogo, porque no todos los suplementos valen o son adecuados a sus necesidades», señala la doctora.

«Lo que nos indican estas investigaciones en las que se han relacionado hábitos no saludables del padre, como una mala dieta, falta de ejercicio físico y exposición a tóxicos, con alteraciones en la descendencia, ya sean metabólicas o comportamentales, es que se debería insistir en las medidas higiénico dietéticas generales: dieta adecuada, practicar ejercicio, no fumar, no beber, no consumir drogas y en la medida de lo posible, en ser padre joven. El reloj biológico afecta también a los hombres, y las medidas públicas para hacer frente a la caída de la natalidad deben proteger el estilo de vida y dar facilidades a los jóvenes que desean ser padres y madres», concluye Martínez-Peula.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.