¿Qué es el estreptococo del tipo A? ¿Debemos alarmarnos por los dos fallecimientos notificados en Madrid?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

La infección por estreptococo A suele provocar fiebre, enrojecimiento e inflamación de las amígdalas, o pequeñas ampollas en la piel.
La infección por estreptococo A suele provocar fiebre, enrojecimiento e inflamación de las amígdalas, o pequeñas ampollas en la piel. iStock

Te explicamos qué enfermedades cursan con la infección de esta bacteria y cómo se puede prevenir su contagio

09 dic 2022 . Actualizado a las 19:07 h.

El pasado 2 de diciembre el Reino Unido publicaba una alerta sobre un inusual aumento de infecciones por estreptococo (Streptococcus pyogenes). En los últimos días, el gobierno británico ha notificado nueve niños fallecidos. No fue el único país europeo. Francia también advirtió en el día de ayer del fallecimiento de dos pequeños y un adulto. Y a las pocas horas, se sumó España. La Comunidad de Madrid ha informado de la detección de dos casos de muertes a causa de esta bacteria.

En nuestro país, la alerta para detectar posibles casos y muertes sigue activa en todas las comunidades. Se estudia si la frecuencia de estas infecciones es superior a la habitual. Pero, ¿qué es Streptococcus pyogenes? ¿Cuáles son las posibles complicaciones de su infección? ¿Hay motivos para alarmarse?

¿Qué es el estreptococo?

El género Streptococcus es un grupo de bacterias, conocidas en español como estreptococos. Suelen estar muy presentes en la garganta y sobre la piel. Existen varios tipos, pero son dos los que causan la mayor parte de las infecciones en personas: el grupo A y el grupo B.

La mayoría de las infecciones por estreptococo A causan enfermedades leves, como infecciones de garganta, de las amígdalas, impétigo o escarlatina. Suelen cursar sin mayores complicaciones. En el caso de que estas puedan llegar a darse, los cuadros más graves incluyen una neumonía, una fascitis necrosante, un síndrome de shock tóxico o fiebre reumática.

«De cara a padres y madres, lo primero es no sentir ningún tipo de alarma, dado que estas infecciones graves son muy raras, especialmente las más graves», recalca Jesús Saavedra, médico del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Gregorio Marañón y coordinador del proyecto PedGAS-net (red nacional de estudio de las infecciones invasivas por S. Pyogenes) en Science Media Centre España.

Concretamente, las especies conocidas de estreptococos que producen enfermedades en humanos son:

  • Los estreptococos del grupo A (Streptococcus pyogenes) suelen producir amigdalitis e impétigo. Este tipo es el causante de esta alerta sanitaria. 
  • Los estreptococos del grupo B (Streptococcus agalactiae) suelen producir meningitis en neonatos y trastornos del embarazo en la mujer.
  • Neumococo (Streptococcus pneumoniae), que es la principal causa de neumonía.
  • Streptococcus viridans, una causa importante de endocarditis y de abscesos dentales. Dentro de este tipo nos encontramos, Streptococcus mutans, causa importante de caries dental. 

¿Cuáles son los posibles síntomas del estreptococo A?

Los síntomas en niños pequeños suelen ser leves. El cuadro se puede dar en forma respiratoria (amigdalitis) o cutánea (escarlatina). No obstante, el doctor Saavedra apunta a una serie de signos a los que se debe estar alerta: «Los que siempre comentamos los pediatras ante un episodio de fiebre, como somnolencia importante, dificultad respiratoria mantenida, vómitos que no ceden o fiebre que dura más de tres a cuatro días, especialmente si es elevada o difícil de descender».

Saavedra señala que hay que estar alerta a aquellas erupciones que no desaparecen con la digitopresión. Al igual que con aquellas lesiones que son extensas y muy rojas, como quemaduras solares. 

«Algo importante, aunque no al 100 % como todo en medicina, es que las faringitis estreptocócicas suelen cursar sin catarro, mocos ni tos», puntualiza el doctor. 

Posibles síntomas de estreptococo del grupo A: 

  • Dolor en la zona al tragar
  • Fiebre
  • Enrojecimiento e inflamación de las amígdalas (a veces, con manchas blancas o placas de pus)
  • Pequeños puntitos rojos en el paladar
  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello
  • En la piel se suele manifestar con ampollas como los impétigos o enrojecimiento
  • No suele haber catarro, mocos, ni tos

¿Cómo se contagia el estreptococo A?

Este tipo de  bacterias se contagian por contacto directo con secreciones nasales o de la garganta de personas infectadas con lesiones cutáneas infectadas. De esta forma, el riesgo de contagio es mayor cuando la persona se encuentra enferma, como por ejemplo, cuando las personas tienen estreptococos en la garganta o en una herida infectada. En cambio los portadores asintomáticos son mucho menos contagiosos.

Para minimizar ese riesgo de contagio se recomienda la higiene de manos, que debe ser mucho más minuciosa en el caso de posibles infectados después de toser, estornudar o comer. 

Ante una infección respiratoria aguda es necesario reforzar la higiene respiratoria, con el uso de mascarilla. Si el niño no puede usar mascarilla por su edad, es recomendable que la usen sus padres o cuidadores.

¿Cómo se trata?

Los casos leves se tratan con antibióticos, pero estos deben ser siempre prescritos por un profesional médico. 

La Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) recomienda el aislamiento en el domicilio sin acudir al colegio a todos los niños con una infección confirmada por el estreptococo. Por lo menos, hasta después de 24 horas con tratamiento antibiótico para evitar la diseminación y el aumento de casos. 

A partir de este período de tiempo, Saavedra confirma que el niño deja de transmitir la enfermedad, pero que sigue siendo recomendable que no acuda al colegio si sigue presentando fiebre.

¿Hay motivos para alarmarse?

Todavía no se conoce con certeza a qué se debe este aumento de casos en países como Reino Unido, donde superan los 800. En España, la incidencia es mucho menor, pero también se está investigando. 

«La teoría más aceptada es un descenso de la inmunidad general debido a un descenso de la circulación de la bacteria por las medidas de distanciamiento durante la pandemia. Pero ha podido ser un cúmulo de circunstancias que habrá que analizar más despacio, como la coincidencia con dos virus respiratorios que podrían favorecer una infección más grave, como son el VRS y la gripe, o el cambio de cepas o serotipos, que pudieran ser más virulentos», asegura Saavedra. El experto subraya que todavía es pronto para saber si existe un aumento real de la incidencia, ya que está fluctuante y la notificación puede ir con retraso.  

Por su parte, Federico Martinón-Torres, jefe de Pediatría del hospital Clínico de Santiago, investigador y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud, también llama a la calma: «Recordar que es una alerta para autoridades y profesionales sanitarios, no para la población en general, que no debe alarmarse de momento».

El pediatra remarca que Reino Unido ha realizado una alerta por incremento de casos graves con fallecimientos incluidos causados por S. pyogenes en todas las edades y particularmente, en niños. Pero que estos incrementos son en comparación con el número de casos en otras temporadas previas y, de momento, «no indican que se trate de una cepa en particular diferente ni se baraja otra explicación que un incremento proporcional al notable incremento que se ha producido en los casos de infecciones virales en comparación con otros años».

 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.