El tramo más letal de cada año

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En las dos últimas temporadas el Celta cesó a su entrenador tras el ciclo del parón de octubre, que ahora comienza lleno de dudas por el juego y la plantilla

13 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta inicia el tramo más letal para los entrenadores en las dos últimas temporadas. Los resultados y el juego del tránsito entre el parón de selecciones del mes de octubre y el de noviembre se llevó por delante a Antonio Mohamed en el curso 18/19 y a Fran Escribá en el 19/20. Ahora comenzará a recorrer por él Óscar García, parece que con más crédito y con menos jornadas disputadas que entonces, pero con el equipo lleno de dudas después de los dos partidos anteriores al parón y de la falta de movimientos en el cierre de mercado. El de Sabadell deberá superar el trance con la plantilla más justa de los últimos tiempos.

Desde los tiempos de Unzué, que superó esta fase crítica con seis puntos de doce posibles (victoria en Las Palmas y en casa con el Athletic Club), la vuelta tras el parón de selección ha sido la encargada de levantar las primeras señales de alarma en el Celta en las dos últimas campañas. El primero que se vio afectado fue Antonio Mohamed. El argentino hizo cuatro puntos de doce posibles en esta secuencia de temporada y llegado el parón de noviembre recibió la carta de despido. El Turco, que encaraba esta serie de partidos con 10 puntos después de ocho encuentros, goleó al Eibar (4-0) en casa y empató en el Villamarín (3-3) ante el Betis en un partido loco, pero el mal juego, la derrota en casa con el Alavés y el 2-4 con el Real Madrid firmaron su sentencia cuando llegó el parón de noviembre. Dejó al equipo con 14 puntos ,con 4 de margen con respecto al descenso, un escenario que en absoluto mejoró Miguel Cardoso, su sustituto, que duró 14 partidos en el cargo.

Aquella temporada la arregló Fran Escribá, que el pasado mes de noviembre vio cómo se repetía la historia y tenía que hacer las maletas. Con el valenciano, el Celta se fue al parón de octubre con nueve puntos y dos de margen sobre la zona roja, pero a la vuelta, cuatro derrotas consecutivas ante Alavés, Real Sociedad, Betis y Getafe acabaron con sus días en el banquillo. Cuando se marchó, un partido antes del parón de noviembre, el Celta ya habitaba en la zona de descenso a dos del corte que entonces marcaba el Mallorca. Fue ese el momento en el que llegó Óscar García Junyent, que 26 partidos después y de un modo agónico consiguió dejar al equipo en la máxima categoría.

Ahora parece un escenario distinto para afrontar la misma cuesta. Para comenzar, el Celta lleva tres partidos menos de liga al retrasarse el inicio de la competición por el covid-19 y aunque las sensaciones no son buenas, a estas alturas todo el celtismo tiene asumido que la salvación es el principal objetivo, una expectativa real que debe ayudar a mantener la calma. Además, el entrenador catalán cuenta con la plantilla más justa de efectivos de los últimos tiempos (22 de plantilla profesional con cuatro de ellos lesionados).

No obstante, el calendario del ciclo de partidos que se avecina no es nada proclive para los intereses vigueses. Los célticos comienzan el sábado recibiendo al Atlético de Madrid, para viajar a continuación a Valencia para jugar contra el Levante (si ya puede disponer de su campo), a continuación recibirán a la europea Real Sociedad para acabar antes del nuevo parón en Elche ante un rival directo por la permanencia. Si Óscar García supera el examen, el Celta estará en el buen camino.