Murillo, Smolov y Bradaric rompen la tendencia y por primera vez desde
el regreso a Primera el mercado de enero tiene protagonismo en el equipo
25 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.
El Celta recelaba del mercado invernal y con razón. Desde su regreso a Primera solo 4 jugadores de los 15 contratados en enero habían tenido protagonismo y subido el rendimiento del equipo y en ninguno de los siete ejercicios anteriores se había dado un pleno con las incorporaciones, algo que a tenor de lo visto hasta el momento se produce en este ejercicio, ya que Murillo lo ha jugado todo desde su llegada, Smolov se ha hecho con el puesto de titular y Bradaric alcanzó el aprobado general hasta su expulsión del sábado ante el Leganés.
Hasta la fecha los aciertos invernales del Celta se reducían a la llegada de Orellana en enero del 2013 y después de estar ya en Vigo en la temporada del ascenso. El Poeta jugó aquel año 14 partidos en el segundo semestre y fue titular en la mitad de los partidos. Otro chileno como Marcelo Díaz fue el siguiente en sumar cuando en enero del 2016 llegó desde el Hamburgo como una petición expresa de Berizzo y terminó jugando 14 partidos de titular y como un fijo en el pivote. Aquel invierno también llegó Beauvue, pero una lesión frustró el despegue del antillano.
Un año después fue el momento estelar de Jozabed Sánchez. El sevillano no jugaba en el Fulham y en el Celta vivió su mejor etapa reciente. Tuvo 19 partidos y superó el millar de minutos.
Lucas Olaza, en el 2019 fue el último que llegó para jugar, aunque le costó de inicio y tuvo que esperar hasta el mes de marzo para hacerse un sitio. De hecho tan solo disputó tres minutos más que Hoedt, pero su contribución a la salvación fue mucho mayor,
Porque el holandés es uno de los nombres que solo alimentará la estadística invernal del Celta, aunque lejos de los casos más sangrantes encabezados por Welliton, el brasileño de los cuatro minutos. Pranjic, Demidov o Boyé tampoco aportaron. Durante años también el Celta aprovechó el invierno para buscar jóvenes talentos. Por esa vía llegaron Bongonda y Hjulsager, que ya no están en el club.
Ahora la situación ha cambiado. El Celta buscó experiencia y rendimiento inmediato y parece haber acertado. Había dudas con Murillo después de no tener protagonismo en el Valencia, Barcelona y Sampdoria, pero en Vigo se ha convertido en un fijo en el once y en un seguro defensivo.
Tampoco Smolov llegaba con la mejor carta de presentación, pero el ruso aporta trabajo y ya se estrenó como goleador en el Bernabéu. Óscar García ya le ha colocado en tres partidos de titular y a día de hoy parece el acompañante de Aspas dentro del equipo. Bradaric tardó un poco más en entrar, pero parecía también asentado hasta la expulsión del sábado que le impedirá estar en Granada. Además, los tres llegaron en calidad de cedidos y el único desembolso fueron los 700.000 euros que reclamó el Lokomotiv por el préstamo.
A cambio el equipo ingresó 20 millones por la venta de Lobotka al Nápoles.