El ADN hallado en un pie de Déborah señala a un testigo del caso y excluye al exnovio

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

El cadáver de Déborah Fernández fue exhumado en mayo del 2021 para realizar nuevas pruebas
El cadáver de Déborah Fernández fue exhumado en mayo del 2021 para realizar nuevas pruebas M.MORALEJO

A tres días de que prescriba el delito, la pista que condujo al perfil genético de un vigués ajeno al círculo de la joven también se descarta por no ser concluyente y la jueza cierra esa vía

29 abr 2022 . Actualizado a las 00:10 h.

El ADN recuperado por los forenses en un pie del cadáver de Déborah Fernández abrió una nueva pista a solo tres días de que prescriba el delito de homicidio o asesinato aunque la jueza ha dado por cerrada esta vía por cuestiones técnicas. El perfil genético, que no es concluyente, coincidió con el de un vigués que fue testigo del caso pero que no formaba parte del círculo próximo de la joven. Se trataría de un varón caucásico (europeo), pero el análisis no puede asegurar al 100 % que el ADN sea de dicho testigo y por eso, la jueza de Tui dictó ayer un auto cerrando esta vía.

El nuevo hallazgo, según fuentes cercanas al caso, tiene otra consecuencia muy relevante: excluye y descarta al único investigado en 20 años, el exnovio de la joven desaparecida. Su ADN no coincide en nada con el genoma hallado en el cadáver. 

El resto genético que ha sido ahora identificado se extrajo de un resto orgánico hallado en un pie de la fallecida. Los forenses tenían la esperanza de que la joven hubiese raspado la piel de la última persona que la vio con vida o de aquella que trasladó el cadáver y le rozó un pie cuando lo depositó en una cuneta a 40 kilómetros de Vigo diez días después. Tras preparar la escena, dejó un reguero de pistas falsas junto al cadáver para confundir a la policía. A punto de cerrarse el caso el 30 de abril, salvo lo que respecta al exnovio, el enigma de lo que le pasó a Déborah sigue abierto.

La nueva pista condujo hasta un vecino de Coruxo, barrio costero situado a unos kilómetros de Alcabre, donde vivía Déborah. Esa persona, según parece, no formaba parte del entorno inmediato de la joven desaparecida y él mismo confirmó que no se conocían. La policía habló con él y su nombre figura en los legajos de la causa, aunque los investigadores no hallaron pruebas que lo incriminasen. Siempre estuvo en la causa. No se ha podido determinar cómo había muestras del ADN de este nuevo sospechoso, pero los modernos análisis del Instituto de Toxicología de Madrid lo identificaron, aunque no de forma concluyente. Hubo una orden judicial para tomarle más muestras biológicas al testigo para tener más material genético suyo y hacer cotejos.

Las mismas fuentes avisan de que el perfil genético identificado no es concluyente y podría haber coincidencias con otras personas. Al no ser una identificación completa, la jueza de Instrucción número 2 de Tui no lo va a citar como investigado porque carece de pruebas científicas para basar su llamamiento. Y si no cita a nadie nuevo como investigado en lo que queda de semana, el fiscal podría pedir a la jueza este sábado que cierre el caso por prescripción del delito al haber transcurrido 20 años de la denuncia. Seguirá abierta la investigación al exnovio, que podría entrar en un callejón sin salida porque el ADN, hasta ahora, lo descarta. En esto, la familia de Déborah tiene discrepancias.

La última baza es el disco duro de Déborah, que fue borrado y no hay ningún contenido recuperado de sus mensajes por el momento. La empresa que rescató el móvil de Diana Quer trabaja en ello contra reloj.

Según fuentes cercanas al caso, la policía ya tenía ADN de saliva de dicho testigo, que fue recogida en un cribado general del 18 de marzo, y hace aproximadamente un mes la jueza de Tui autorizó que le tomasen muestras de pelo a la misma persona para contrastar los resultados. El cotejo de ADN dio positivo pero al tener una discrepancia no es concluyente. Las mismas fuentes aseguran que dicho testigo contó en su día a la policía que vio meter a la chica dentro de una furgoneta y que le asomaban los pies. Se ratificó en ello al declarar en el juzgado tras la reapertura del caso casi 20 años después.

Datos del testigo

Las mismas fuentes indican que esa persona cuyo ADN dio positivo, que no es vecino del entorno de Déborah y que dice no conocer a la joven de nada, declaró en el 2002, el día antes de la aparición del cadáver. Contó que circulaba en su coche y vio una furgoneta aparcada al lado del campo de fútbol del Coruxo en la que un hombre estaba moviendo a una persona, con pelo oscuro y abundante, con los pies inertes. Apenas aportó detalles ya que dijo haber pasado de largo con el coche.

En el 2021, cuando se reabrió la causa, volvió a declarar aportando muchos más detalles sobre el aspecto del hombre al que vio. En el 2022, según fuentes próximas al caso, añadió que estuvo de pie a escasos metros del coche y que esa persona la conoce debido a su actividad profesional.

Las fuentes consultadas por La Voz indican que son varias sus declaraciones y todas sorprendentes. Esto llevó a que los investigadores le tomaran una muestra de ADN y se le hiciera una comparativa con el pelo hallado en el pie del cadáver de Déborah. De los resultados se desprende que solo hay una discrepancia en el perfil genético y que podría estar motivada por los mutaciones espontáneas que se producen con los años.

Por tanto, el análisis de ADN no fue concluyente y esa persona no será llamada a declarar como investigada y quizás tampoco como testigo, según señalan dichas fuentes. De hecho, la jueza de Tui cerró el miércoles esta vía de investigación y solo deja abierta la del exnovio.

Dichas fuentes insisten en que, aunque la pista del segundo hombre condujo a un callejón sin salida, los análisis de ADN realizados dejan al exnovio totalmente descartado. Para sostener eso se basan en la siguiente argumentación. Por un lado, indican que la declaración de los forenses del Instituto Nacional de Toxicología, que se realizó el 19 de abril, excluyó que cualquiera de las muestras de ADN recogidas del cadáver de Déborah perteneciera al exnovio. Tanto las recogidas en el 2002 como las extraídas tras la exhumación del cadáver. Lo que también dicen es que el ADN hallado en el pelo del pie de Déborah no puede excluirse que pertenezca al testigo que dio positivo, por lo que se descarta al exnovio o a la propia fallecida.

 La muestra del pelo que dio positivo se recogió en el 2002 pero, en aquel momento, debido a los medios de entonces, no podía ser cotejado. Del resto de las muestras que se obtuvieron tras la exhumación, tampoco se obtuvo ninguna compatibilidad ni con el exnovio ni con el resto de las personas contrastadas, según desvelan las mismas fuentes.

 

EL PROCESO 

La desaparición

30 de abril del 2002. Déborah Fernández-Cervera, de 22 años y residente en Alcabre, salió a correr por la zona de Samil esa tarde. Volvía a casa cuando se pierde su pista. 

El cuerpo

10 de mayo del 2002. El cadáver de Déborah fue hallado desnudo y sin signos de violencia en una cuneta de O Rosal, a 40 kilómetros de Vigo. Estaba colocado con una escenificación y pruebas falsas para despistar a la policía. 

La reapertura del caso

7 de noviembre del 2019. Tras años con el caso cerrado, la familia aporta un testimonio que obliga a practicar nuevas diligencias. La jueza de Instrucción número 2 de Tui reabre la investigación y cita a declarar a varios testigos. A ello se suman otras prácticas, como el análisis del disco duro del ordenador de la joven, cuyo resultado no ha trascendido. 

La exhumación

18 de mayo del 2021. Los forenses extraen el cadáver y hacen un tac. Recuperan ocho uñas y las envían al Toxicológico de Madrid para extraer fibras y ADN. 

La inhumación

27 de mayo del 2021: La Justicia devuelve el cuerpo de la joven al cementerio de Pereiró tras realizar la segunda autopsia.

Nuevas vías de investigación

19 de junio del 2021: Aparecen pelo y fibras en las uñas de Déborah. Este hallazgo abre nuevas vías de investigación

Un único investigado

11 de febrero del 2022. El juzgado de Tui llama a declarar al exnovio de la joven en calidad de investigado y evita que el caso prescriba.

ADN masculino en las uñas

10 de marzo del 2022. El Instituto Nacional de Toxicología ha hallado ADN de un varón en una uña del cadáver de Déborah Fernández-Cervera. La familia pide que se amplíe la prueba para averiguar el perfil genético.