Extorsión a un pesquero

Espe Abuín REDACCIÓN

GALICIA

El ministro de Justicia intenta poner fin al calvario de un barco gallego que se ve amenazado con el embargo cada vez que toca puerto por no ceder al chantaje de una firma mauritana

02 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

La casa armadora del Laxe , un pesquero gallego con base en A Coruña, confía en que la entrevista del ministro de Justicia español, Juan Fernando López Aguilar, con su homólogo mauritano marque el final del calvario que sufre desde el pasado mes de noviembre. En esa fecha el buque fue inmovilizado por orden judicial después de que una consignataria mauritana demandase por impago a la firma gallega con la que estuvo trabajando durante un año. Después de permanecer 17 días amarrado a puerto en noviembre, la Justicia comprobó que el Laxe no tenía deuda alguna con su anterior consignataria, levantó el embargo que había decretado contra el pesquero gallego y éste pudo retomar su trabajo. Pero lo que no sabía la empresa armadora era que sus problemas todavía no habían acabado ahí. Desde entonces, «cada vez que el barco llega a puerto para descargar la mercancía -cada 14 días, porque trabajamos al fresco-, le está esperando una orden de embarco y una nueva amenaza de inmovilización», señala Francisco Correa, administrador de Pesquera Correa Jalda, propietaria del Laxe . Correa explica que su barco está siendo víctima de «una extorsión». Y lo dice con una tranquilidad pasmosa, una calma con la que sólo puede expresarse la voz de la familiaridad. Y es que el chantaje, según dice el empresario, está a la orden del día en el país africano, sólo que la empresa se negó a entrar en el juego para evitar caer en una espiral interminable de sobornos. Aunque cuenta con el respaldo de la embajada y del consulado español -«a los que estamos plenamente agradecidos»- y dispone de documentos que demuestran no sólo que no debe un duro a la consignataria mauritania sino que, además, esa empresa se disolvió hace más de tres años, Francisco Correa espera que la entrevista del ministro López Aguilar sea suficiente para no volver a tener que lanzar los papeles exculpatorios con sellos oficiales estampados antes de largar el cabo de amarre.