Miradas confluyentes en el bou «Eva»

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas VIGO / LA VOZ

FIRMAS

Nueve personas fueron asesinadas o empujadas al suicidio cuando trataban de huir de la represión

28 abr 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

«Fiquei co remorso de que si seguira en Vigo, eles non se embarcarían nunha aventura tan arriscada», cuenta Valentín Paz-Andrade, en la entrevista que, publicada en formato de libro, le realizó el periodista Tucho Calvo. Se refería a los primos de Castelao, que murieron el 23 de abril de 1937, junto a otras siete personas, cuando trataban de huir de la represión falangista. Paz-Andrade había escondido a José Losada Castelao y Manuel Rodríguez Castelao en una casa de la calle de García Barbón, que tenía alquilada Ramiro Isla Couto. «Cada tres ou catro días, os refuxiados viñan ter conmigo, a conocer como as cousas se poñían e levar ou traer algún livro (sic)», añade el intelectual galleguista.

Cuando en septiembre de 1936, las autoridades militares destierran por primera vez a Valentín Paz-Andrade, los primos de Castelao, que habían huido de Rianxo, abandonaron el refugio de García Barbón y se escondieron en otro lugar en compañía de otras personas perseguidas.

El historiador Dionisio Pereira recoge en el libro Loita de clases e represión franquista no mar (Xerais, 2011) que las huidas en barcos pesqueros se habían generalizado en Galicia tras la sublevación militar. En Vigo, contabilizó ocho planes de fuga, de los cuales cinco tuvieron éxito. Quizá por ello, las autoridades militares retiraban, durante la noche, bujías e inyectores de los motores de las embarcaciones para evitar las fugas.

A través de O Berbés

«Un grupo de personas hartas de la vida que llevaban en un precario refugio desde hacía más de nueve meses tomaron la decisión de abandonar Galicia», se lee en Galicia bajo la bota de Franco, libro publicado en Francia y atribuido a Luís Seoane y Manuel Domínguez.

El plan era adueñarse de un barco de pesca en O Berbés y huir a los puertos republicanos del Cantábrico. Según este libro, cuando ya estaban a bordo del bou Eva, descubrieron que había un marinero. En un principio se negaron a dejarlo marchar, pero «cuando les habló de su familia», se lo permitieron. Llegó después la delación y el asalto al pesquero. «Los fascistas comenzaron a inundarlo para obligar a los prisioneros a salir, pero no obtuvieron resultado por lo que arrojaron agua ardiendo de las calderas», continúa el libro. Tras varias horas, las nueve personas fueron halladas muertas con un tiro en la sien izquierda, menos Ángel Nogueira que lo tenía en la derecha. Los rumores hablaban de suicidio, pero el libro también recoge el rumor de que fueron los propios guardias quienes efectuaron los disparos «para extender la voz del suicidio colectivo y para evitar que se conociera la noticia de la horrible muerte de estos desafortunados, abrasados por el agua de las calderas con la que habían sido ahogados».

Volviendo al libro escrito por Tucho Calvo, Valentín Paz-Andrade aporta una versión del suceso con algunos datos distintos. El abogado habla de dos matrimonios y diez hombres más los que iniciaron la huida, al añadir a un hermano de Ángel Nogueira y su mujer. Según su versión, estaba toda la tripulación en el barco y cuando fueron delatados, «soamente os tripulantes, e o casal Xacinto Nogueira, abandonaron a nave». Tras insistir en la inundación del barco y en el suicidio, Paz-Andrade dice que los guardias detuvieron a un «rapazolo da Ribeira, a quen lle mandaron levar ao Eva unha canasta de víveres. Era conocido polo Xouvas. Aquela mesma noite foi liquidado a tiros».

La lista de fallecidos

Xoan Carlos Abad Gallego, en su libro Héroes o forajidos, aporta los nombres de las personas que murieron en el bou Eva. Luis Álvarez González, Camilo Campos Méndez, Manuel Martínez Mouriño, Carmen Miguel Agra, Ángel Nogueira Nogueira, Manuel Rodríguez Castelao, José Losada Castelao, Fernando Rodríguez Lorenzo (Nabizas), y José Rodríguez Lorenzo fueron las personas que hallaron la muerte cuando trataban de escapar de una más que probable muerte en alguna cuneta.

eran otros tiempos abril 1937